domingo, 15 de diciembre de 2013

Libros Secretos





En estos días de fríos y de lluvia intensa, apetece la conversación en casa tomando té o café caliente y el reencuentro con viejos amigos que viven fuera y regresan por Navidad. Uno de ellos está elaborando un trabajo de investigación sobre literatura secreta y maldita y en el transcurso de sus indagaciones encontró datos acerca de un curioso libro.

El libro en cuestión es la obra de un norteamericano (no se sabe muy bien si canadiense o estadounidense), que la escribió posiblemente entre 1965 y 1970, pero que nunca se llegó a publicar, por un pleito entre el autor, su editor y un agente literario.

La leyenda cuenta que el autor, llamado Alfred Leonard Siebourn (posiblemente un seudónimo, puesto que el más absoluto secretismo rodea a este escritor), destruyó todas las copias y solamente conservó un manuscrito escrito a lápiz, que reescribió en una máquina de escribir Olympia DeLuxe SM9, y que luego pasó por una multicopista y distribuyó de manera personalizada, a su círculo de familiares, amistades y conocidos.


La lectura de libros poco sanos puede llevar a la locura y al alejamiento de la realidad. Grabado de Gustavo Doré para una edición del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha.


Al parecer el problema es que, cada vez que copiaba un ejemplar, solía rehacer partes de la novela, por lo que se cree que no hay dos copias iguales. Algunos dicen que no existen más de trescientas copias, y otros que no superan las cien en todo el mundo. No se sabe exactamente cuántas páginas tiene, aunque la horquilla se encuentra entre 200 y 230.

La historia es un feroz alegato anticolonialista y una crítica al eurocentrismo y al imperialismo, muy de su época, con alusiones a las drogas, las guerras de liberación, la eliminación de los antiguos sistemas jerárquicos y de valores, la plena emancipación femenina, el fin de la segregación racial, la crítica a la "buena educación", y la preocupación por los problemas ecológicos. 

La trama se desarrolla en una isla atlántica durante la segunda mitad del siglo XIX, justo en el apogeo de la época victoriana y del dominio británico sobre los mares.


Inglaterra fue la dueña de los mares durante todo el Siglo XIX, no sólo desde el punto de vista militar, sino también comercial. Clipper, utilizado en el comercio, en especial en el Pacifico y mares de China y Japón. Era uno de los barcos preferidos por los contrabandistas de opio.


El argumento es el que sigue:

Un joven y empobrecido caballero inglés, Sir Osbert Briggent, de unos veinticinco años de edad emprende un viaje, acompañado de su madre viuda (Lady Ethel Briggent), una refinada, clasista y pudorosa poetisa a ratos libres y apasionada lectora de novelas rosas.
Su destino es una isla situada en el Atlántico a la que se le da, a lo largo de la novela, al menos cuatro nombres: Spring Island; Temptress Island; Isla de las Mareas y Blissed Island. 

La isla descrita es de orografía complicada y montañosa, con numerosos barrancos y bosques de extrañas especies vegetales


Durante las primeras páginas, Osbert, que cuenta el relato en primera persona, describe su malestar por verse obligado a dejar el tórrido romance que mantenía con una joven de familia burguesa, con la que estuvo a punto de dejar su soltería. También recuerda con nostalgia su estancia en la Universidad de Cambridge, donde estudió ciencias naturales, en el Saint Catharine's College, del que lleva orgulloso su chaqueta y bufanda.

El motivo del viaje es hacerse cargo de la herencia que le había legado su padre, un mayor del Regimiento 24 de Infantería (The Bengal Tigers), que fallece durante la Guerra Zulú, en Sudáfrica, en la Batalla de Isandlwana. 

El mayor y baronet Corentin Briggent había estado desde muy joven en la India, durante la Segunda Guerra Sij y el Motín Indio. El Regimiento había permanecido en varias posesiones insulares británicas como Mauricio, Andamán o Malta. Una de sus compañías de infantería fue destinada en Temptress Island durante cinco años, con Briggent como oficial en jefe. Durante su estancia en la isla, había realizado algunos negocios, que le permitieron convertirse en un acaudalaldo terrateniente.



La derrota de Isandlwana fue un duro golpe para los británicos durante la Guerra Zulú. El 24 Regimiento fue casi aniquilado.

Debido a la declaración de cuarentena por una epidemia de fiebre tifoidea, madre e hijo deben permanecer en la isla durante algo más de un año. Mientras aprovechan para alternar con la alta sociedad insular e intentar vender sus propiedades a buen precio. Durante tan larga estancia, Osbert se enamora de una madura viuda criolla (Lady Elyse).

El joven pretende escribir un tratado natural sobre la isla, siguiendo el ejemplo de sus admirados Humboldt, Darwin y Wallace, por lo que realiza continuas excursiones al interior de Temptress Island, acompañado de guías locales. Los resultados de sus expediciones son plasmadas en un cuaderno, junto con otras vivencias e impresiones, a modo de diario.

La novela describe paisajes que se parecen mucho a los de la isla de Tenerife, incluso al parecer, hay un capítulo dedicado a sus escarceos amorosos con la susodicha viuda en que se describe con todo lujo de detalles una playa que bien podría ser la de El Médano, Montaña Roja incluida (Redmound se llama en la novela). Otros topónimos que nos suenan familiares son Christian Bay, Holy Cross, Pooltown. Se dice que el autor vivió en los años sesenta en Tenerife y que trabajó como guía para una agencia de viajes.



La experimentación con drogas se convirtió en habitual para muchos creadores, desde Poe hasta Kerouac, pasando por Huxley, Valle Inclán o Philip K. Dick.

La obra no deja de tener pasajes escandalosos, como el camino que sigue Osbert, desde su inocencia victoriana a un estado de abandono libertino al alcohol, drogas y perversidades sexuales de todo pelaje, conducido por Lady Elyse Birdwhistle. Otra escena particularmente dura es la matanza de varios jóvenes nativos a manos de un pelotón de soldados británicos. 

Por supuesto me interesé instintivamente por el texto, y pregunté a mi interlocutor cómo conseguirla. Entonces viene lo más tenebroso del asunto.

Nadie sabe cómo se accede a un ejemplar del libro. Se rumorea que alguno de los poseedores invita personalmente a un lector y le entrega su manuscrito, en un lugar seguro, sin teléfonos, cámaras, fotocopiadoras, ordenadores, micrófonos, lápices o blocs de notas y, en varias sesiones, el libro es leído por el iniciado.


Las ruinas de una vieja abadía de la época española son el escenario de una de las más escabrosas escenas de la novela.



El nuevo invitado pasa a formar parte de un selecto club de lectores de un libro que no volverá a leer jamás. Solamente los poseedores pueden releerlo cuantas veces quieran. Circulan algunos resúmenes que se nutren de la memoria de algunos lectores, que los distribuyen de manera anónima.

Otro enigma es el título del libro. Algunos dicen que es Historia Natural de la Mágica Isla de Las Mareas, otros que se llama solamente Eléboro (el nombre de una planta tóxica que desencadena el final), aunque este amigo me ha contado que él cree firmemente en que su título es El Cuaderno Olvidado de Elyse Birdwhistle

Siebourn, en el prólogo, relata que, durante la II Guerra Mundial, en el desescombro de una casa bombardeada durante el Blitz de febrero de 1941, en el distrito de South Bank, se encuentra un baúl intacto, que permanece cerrado años en un almacén de Baker Street, a la espera de ser rescatado por alguien. En 1947 es subastado y el comprador, vende todos los objetos que contenía (eran numerosos libros y revistas antiguas), incluidos 12 cuadernos de tapa dura, llenos de una escritura serena y apretada y con algunos dibujos de árboles, flores y animales. Siebourn adquiere estos cuadernos en un tenderete de libros viejos y usados en Cecil Court, durante el verano de 1961 por 42 libras. De inmediato los lee y empieza a reelaborar el texto usando la historia de los cuadernos.




Vitral de la Capilla de Saint CatharinE College, en Cambridge.


Siebourn utiliza un artificio que no es nuevo. Lo usó Umberto Eco en El Nombre de La Rosa e incluso Miguel de Cervantes, que atribuye a Cide Hamete Benengeli la escritura de gran parte de El Quijote (del capítulo IX en adelante). Según el Manco de Lepanto, El Ingenioso Hidalgo… es una traducción al castellano de un texto más antiguo escrito en árabe que cuenta una historia verdadera. 

También se usa en los Cuentos de Canterbury de Geoffrey Chaucer, en El Aleph de Jorge Luis Borges, en algunas obras de Stanislaw Lem y, más recientemente, en Soldados de Salamina, de Javier Cercas.

Esta historia puede ser solamente un rumor más, una leyenda urbana como tantas otras que se transmite de boca en boca y de blog en blog, pero he disfrutado mucho escuchándola, y más contada con erudición y amenidad. 

En próximas entradas, seguiremos profundizando en el asunto de los libros ficticios, secretos, malditos y prohibidos.


El eléboro es una planta tóxica, cuyo consumo es altamente peligroso por sus consecuencias nefastas para el corazón.

domingo, 8 de diciembre de 2013

La Costa de Arafo


La costa de Arafo es baja y rocosa, con playas escasas y por lo general de callaos y gravas aunque la Playa de Lima aparece cubierta a veces de fina arena negra. La longitud litoral del municipio es de unos 1200 metros.
La implantación del Polígono Industrial en el año 1974 convirtió lo que hasta entonces eran amplias zonas de cultivo de tomate y zonas balutas cubiertas de vegetación natural en un sector fuertemente humanizado.

Los barranquillos son los lugares que poseen una vegetación más interesante, con cardones de gran tamaño.

Gran parte del paisaje vegetal actual es el resultado de la antropización, de la roturación del terreno con fines agrícolas, o de extracción de áridos y rocas, que ha  ocasionado el desalojo y destrucción de gran parte de la vegetación natural; asimismo se aprecian procesos de recolonización de las zonas abandonadas (agrícolas fundamentalmente) donde las etapas de sustitución se van reemplazado en el tiempo.
Cardonal tinerfeño. En la Costa de Arafo encontramos grandes ejemplares de cardón (Euphorbia canariensis), dispuestos en riscos inaccesibles y soleados y paredes de barrancos y vaguadas. Aparece acompañado en ocasiones por el balillo (Atalanthus pinnatus) y de tasaigo (Rubia fruticosa). En las zonas más ácidas, donde afloran las pumitas, aparece el matorrisco (Lavandula canariensis) y la magarza (Argyranthemum frutescens). El sustrato es aquí muy irregular, concentrándose el suelo disponible en grietas. Existen elementos residuales del bosque termófilo como almácigos (Pistacia atlántica), alta presencia de acebuches (Olea europea ssp. cerasiformis) y leña negra o espinero (Rhamnus crenulata), lengua de pájaro (Globularia salicina), faro (Gonospernum fruticosum) y duraznillos (Ceballosia fruticosa), refugiadas en las paredes más inaccesibles del Barranco de Risco de Tierra, Morra de Chigergue y de Yóquina.
El resto del terreno está ocupado por herbazales y pastizales de composición variada destacando los cerrillos (Hyparrhenia hirta), el panasco o grama (Cenchrus ciliaris) y el rabo de burro (Aristida adsensionis). La barrilla (Mesembryanthemum crystallini) se establece en aquellos lugares especialmente degradados, como escombreras. La sonaja (Echium plantagineum) y los cardos (Galactites tomentosa), prefieren los canteros abandonados y con cierta humedad residual.
Ejemplar de cardón de gran tamaño, cerca de Iñajo.
Tabaibal dulce tinerfeño. Las tabaibas dulces (Euphorbia balsamífera) se disponen en aquellos lugares más cercanos a la autopista, Las Baleras, La Molineta, Medio Camino, Playa de Lima , Las Hornillas y los sectores cercanos a Iñajo, debido a la influencia de la maresía, ocupando tanto coladas de basalto como zonas de pumitas, con elementos típicos del piso costero como el salado (Schyzogine sericea), cardoncillo (Ceropegia fusca) y ahulagas (Launaea arborescens).
En algunos bordes de barranco y en zonas de malpaís poco antropizadas, como el caso del Lomo del Caballo o Los Majanitos  se enriquece con flora rupícola como tomillo de burro (Micromeria teneriffae), y madama (Allagopapus dichotomus).
Balos sobre acumulaciones de sedimentos aluviales de los bordes del Barranco de Risco de Tierra.
Al reducirse la vegetación potencial por intervención humana, el territorio ha ido siendo ocupado por la  vegetación de sustitución, de gran importancia por su complejidad y diversidad, en función de su localización, del grado de alteración del territorio y del tiempo transcurrido desde ésta. En general, son comunidades arbustivas y herbáceas, que reciben distintos nombres en función de las especies dominantes o de su aspecto.
Tabaibal amargo. La especie que domina es la tabaiba amarga (Euphorbia lamarckii), que forma extensos y densos matorrales, en especial en Chigergue, Tonática, La Pedrera y las Tierras de Arena. Otras especies propias del cardonal-tabaibal, que encontramos en estos parajes, con diferente distribución y presencia, son el cornical (Periploca laevigata), y la esparraguera (Asparagus umbellatus.). Las zonas más degradadas están cubiertas de verodes (Kleinia neriifolia), acompañados por aulagas (Launaea arborescens), y balos (Plocama pendula), que ocupan las zonas arenosas, sobre todo en los fondos  de barranco. Es de resaltar la importante presencia de madama (Allagopappus dichotomus), que ocupa sectores rocosos y degradados.
Tabaibal amargo de la Pedrera.
Tuneras.   Los tunerales son abundantes en ciertos puntos muy determinados, como Tonática, El Portugués, Hernando, Los Nateros o El Charco del Caballo. La especie dominante es la tunera (Opuntia máxima), que forma algunos matorrales, acompañada de incienso (Artemisia thuscula) y vinagreras (Rumex lunaria), en aquellos lugares de suelos más profundos. En las zonas más secas, y sobre todo en los sectores de pumitas, las tuneras entran en contacto con aulagares y saladares (Launaeo arborescentis-Schizogynetum sericeae). También encontramos el tabaco moro (Nicotiana glauca) en los desmontes y acumulaciones de escombros
Otros matorrales nitrófilos. El verode (Kleinia neriifolia) forma extensos y densos matorrales, acompañado en aquellos lugares más degradados (Medio Camino y La Hidalga) del incienso (Artemisia thuscula) y en las zonas más umbrosas y húmedas (zonas de barrancos) de vinagreras (Rumex lunaria). Otras especies propias del cardonal-tabaibal, que encontramos en estos parajes, con diferente distribución y presencia, son el cornical (Periploca laevigata), esparraguera (Asparagus umbellatus.) y magarza (Argyranthemum frutescens).

Tabaibas dulces y amargas, sobre los toscales de Iñajo.
Zona litoral. El sector litoral de Arafo no llega al kilómetro y medio. Sin embargo, podemos encontrar una importante balera (Plocametum pendulae) en la desembocadura del Barranco de Las Hornillas.

Las comunidades del cinturón halófilo costero de roca están compuestas de caméfitos y hemicriptófitos aerohalinos como lechuga de mar (Astydamia latifolia), siempreviva de la mar (Limonium pectinatum), tomillo marino (Frankenia ericifolia) y uva de mar (Zygophyllum fontanesii).
Esta zona costera se encuentra muy transformada por las actividades humanas. Depuradora comarcal y algunas naves del Polígono Industrial.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Etnografía del Sureste de Tenerife.

HORNOS DE AGACHE.  Estas muestras del conocimiento empírico de los antiguos maestros pedreros,  abundan en Agache y se usaban  para secar fruta, para extraer pez  de los pinos o para hacer pan. Arrastradero La Medida.


Vagoneta rescatada de una galería y colocada en el Mirador de Los Frailes. Arafo. El trabajo en las galeríaspermitió la extracción de caudales de agua que ayudaron al desarrollo de la agricultura, el turismo de nuestras islas. En pocos sitios se rinde homenaje a los miles de trabajadores que perforaban la tierra en condiciones durísimas, incluso con riesgo de sus vidas.

Colmenas en el Lomo de Abarzo, cerca de la Canal Alta. Arafo. La apicultura es una actividad tradicional que ha experimentado una cierta recuperación en los últimos años, a pesar de las plagas y enfermedades que acosan a nuestras colonias de abejas.

Horno de Pasacola, Igueste de Candelaria. Poblado del que solamente se conservan sus ruinas, que merecen ser restauradas y el lugar, desbrozado y acondicionado para su visita y disfrute de los ciudadanos.

CAMINO DE LA VÍRGEN DE CANDELARIA, CERCA DE PASACOLA. Este secular camino, que une la La Laguna con Candelaria permitió desde los primeros momentos de la conquista castellana, el paso de peregrinos, gentes, e incluso la propia Virgen desde un punto al otro. Los antiguos caminos de herradura fueron obras afrontadas por el primer cabildo colonial castellano, y su trazado aún se conserva en razonable buen estado entre los núcleos rurales.

Cuarto de aperos en archete, abandonado. Piedras Altas, costa de Agache. Estos cuartos fueron muy comunes en todo el municipio de Güímar, llegando ser incluso bodegas. Su construcción es sencilla y sólida.

ACUEDUCTO EN EL BARRANCO DEL RÍO. SAN JUAN. Estrechamente vinculado a la historia local, debido a sus manantiales permanentes de agua, que favorecieron el desarrollo agrícola de la localidad,  es una importante reserva de vegetación endémica (laurisilva xérica). Estos acueductos seculares permiten aún el paso del agua en este territorio desértico.

Las eras son construcciones donde se trilla la mies. Las numerosas eras que encontramos por toda la isla reflejan la importancia que tuvieron los cereales como alimento básico de los canarios durante siglos. Era de La Crucita. Arico.

Cruz de Icor. Numerosos son los calvarios y cruces que hallamos en medio del campo. Algunas están vinculadas a sucesos luctuosos, otros son hitos que marcan descansos en caminos de peregrinación, procesionales o de enterramiento. Algunas, sencillamente, son elementos que hablan de la fe de la gente común.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Valle de Las Higueras



Todos tenemos un territorio en la memoria donde nos sentimos felices y seguros. Es nuestra particular Arcadia, nuestro Sangri-La, donde nunca envejecemos, somos protagonistas de nuestra vida y sentimos que las cosas que hacemos son realmente importantes.

Para algunos es el Instituto, para otros la Universidad, su primera novia, el primer trabajo, o incluso el servicio militar (para los que lo hicieron). 

Para mi abuelo fueron sus años de juventud cuidando cabras en los montes de Arafo, en aquellos convulsos pero esperanzados años de la Segunda República Española, cuando los cabreros aprendían a leer, asistían a las reuniones de los casinos y pensaron, que, por fin habían dejado de ser los parias de la Tierra, los esclavos sin pan.
Luego llegó la pesadilla de la Guerra Civil, y el fantasma que se abatió en forma de los duros años de la Postguerra. Y cuando el ambiente se hizo irrespirable, y el hambre dramática, mi abuelo emigró a Venezuela.
Pero siempre recordó aquellos años de su adolescencia y juventud con gran cariño. Decía que en aquellos años aprendió todo lo que merece aprenderse, en la escuela, con las cabras, en las viñas y en las bodegas.

sábado, 9 de noviembre de 2013

Aves de Arafo y sus alrededores


 



Lo mío no es la ornitología, aunque puedo llegar a identificar algunas especies. Hace unos días he tenido la ocasión de conversar con un conocido que controla bastante el tema (el oficio con el que se gana la vida es auxiliar administrativo, pero su pasión es la zoología).
Y me ha contado algo sobre las aves que se pueden encontrar en Arafo y sus alrededores.
Muchas aves se mueven por los sectores de Cumbre, Medianía y Costa con soltura. Las actividades humanas (cultivos principalmente, aunque también los asentamientos urbanos) han perjudicado, en general, a las aves, sobre todo al grupo de rapaces, pero ha beneficiado a los paseriformes y las palomas.
El alcaudón (Lanius meridionalis koenigi), es capaz de vivir desde la Costa, hasta zonas de escobonales y retamares, caracterizada por su color grisáceo y por un antifaz negro. Es una pequeña rapaz, que se alimenta de insectos, lagartos, perenquenes, ratones e incluso otros pájaros. Suele utilizar de despensa las ramas de algunas plantas, donde empala a sus presas. Es capaz incluso, de hacer un reclamo de otros pájaros para engañarlos y poderlos capturar.

Alcaudón. Muy frecuente en el sur más xérico, en Arafo solamente lo he localizado
en las zonas próximas al Roque de La Negrita, en la Cumbre.
La chirrera (Sylvia conspicillata), vive entre tabaibales y cardonales, en zonas bajas de la Costa, especialmente en las zonas de La Hidalga, Chiguerge, y El Cuervo. El caminero (Anthus berthelotii), es frecuente en zonas abiertas de la Pedrera y Barranco de Risco de Tierra, en sectores de cultivos abandonados y desembocaduras de barranco.
En las zonas de monte bajo, zonas de cultivo e incluso en jardines,  es común observar al mosquitero común (Phylloscopus collybita canariensis); mirlo (Turdus mérula), de gran adaptabilidad y alta tasa de reproducción; canario (Serinus canaria), abundante y ubicuo; capirote (Sylvia atricapilla), que precisa de zonas de matorrales altos y arboledas  y el pinzón (Fringilla coelebs), que es mucho más arborícola que los anteriores.

Caminero, entre los herbazales secos de la zona baja.
El búho chico (Asio otus canariensis) es otra de las especies que vuelve a ser común, y es posible observarlo sobre el pueblo de Arafo, haciendo “razzias” nocturnas en busca de roedores en solares y huertas. Sus zonas de nidificación pueden ser antiguos salones y casas abandonadas.
La coruja o lechuza común (Tyto alba ssp. alba), rapaz nocturna, de cara y pecho blancos, sin orejas. Se localiza en la zona baja y medianías, barrancos, acantilados costeros y pueblos y zonas habitadas. Se alimenta de reptiles, insectos, polluelos y roedores.

La coruja vuela en silencio, como un fantasma, con un aleteo pesado. Me solían sorprender cuando en mi juventud tenía que ir caminado a regar de madrugada y las veía atravesando el pueblo. Luego supimos que se alimentaba de los polluelos de los árboles de la plaza.
El cernícalo (Falco tinnunculus canariensis), de hábitos diurnos, es la rapaz con más amplia distribución, gracias a su capacidad para adaptarse a hábitats naturales y humanizados, los múltiples lugares que le brinda la topografía para anidar y la garantía de recursos alimenticios que supone una dieta basada en los lagartos, pero también en grandes insectos (saltamontes), gusanos, ranas, algún roedor y hasta polluelos de otras aves.

El cernícalo es la rapaz más común de nuestro municipio. Es frecuente verla volando y cirniéndose (mantenerse en el aire mediante un aleteo característico) para cazar en cultivos abandonados.
La aguililla o ratonero común (Buteo buteo insularum) es una rapaz diurna relativamente bien representada y una distribución amplia (aunque menor que el cernícalo). Su dieta está basada en el conejo (Oryctolagus cuniculus), aunque no le hace ascos a otros roedores, como el ratón y la rata campestre. Se encuentra bien representado en los altos del Valle (zonas difícilmente accesibles como el Pico del Valle, Las Morras, Barranco de La Laja), delimitando su territorio en diversas zonas del cardonal-tabaibal, laursivilva, fayal-brezal, pinares e incluso áreas de cultivos que posean algún risco donde poder colocar su nido, aunque siente especial predilección por el límite inferior del bosque.

La aguililla es una rapaz de dimensiones medias. Trabaja a nuestro favor, puesto que elimina roedores que se convertirían en una plaga.
El gavilán (Accipiter nisus), es la única rapaz ornitófaga del archipiélago y parte de sus presas son capturadas en las zonas de cultivo limítrofes con el borde inferior del bosque, en especial palomas, pero también paseriformes.
Suele establecer sus territorios en áreas de pinar mixto y laurisilva, aun cuando este tipo de vegetación haya sido parcialmente alterada a consecuencias de repoblaciones con ciertas especies foráneas (Pinus sp., Castanea sativa). De hecho, en ocasiones el nido es construido en alguno de estos árboles.
Otras especies frecuentes y de interés cinegético son: la perdiz moruna (Alectoris barbara), frecuente en todo tipo de ambientes, desde las zonas esteparias hasta los bosques, aunque con querencia a laderas y barrancos abiertos. Es común verla en las zonas de las coladas históricas del Volcán de Arafo. La tórtola común (Streptopelia turtur) es muy frecuente en los últimos años (incluso nidifica en los árboles de las plazas del pueblo).
El cumbrero o pinzón azul (Fringilla teydea) se encuentra con cierta facilidad en los pinares de Arafo, sobre todo en Los Lomitos, Orticosia y en los sectores de cumbre (Ayosa, Ayesa), desde donde puede pasar con facilidad a los retamares, aunque es capaz de descender hasta los mil metros de altitud, siempre y cuando existan pinares o sotobosque de escobones, habiéndose constatado que no se instala en los pinares repoblados hasta los 30 años de la plantación.

Pinzón azul. Una especie bastante más común de lo que se piensa. Suelo verla en los miradores, cerca de las papeleras, buscando algún pedazo de bocadillo abandonado.
El pájaro de monte o pinzón vulgar (Fringuilla coelebs), se ha diferenciado en distintas subespecies, estableciéndose la ssp. tintillon en Tenerife. Los altos de Güimar y Arafo son la única localidad del Sur en las que se ha citado. Aunque su ambiente más característico es la laurisilva y fayal-brezal, coexisten con el pinzón azul en el pinar mixto y ocasionalmente en la vegetación de transición entre el piso basal y montano. Yo no los he visto nunca por los pinares, pero si recuerdo que en las zonas de laurisilva de Anaga es bastante abundante.
El chirrero o herrerillo común (Parus caeruleus teneriffae). Es la especie que más se ha diferenciado de la avifauna insular, distinguiéndose cuatro subespecies. En el Valle está bien distribuida debido a la gran adaptabilidad que posee. Se pueden observar desde las zonas más xéricas de la costa, por donde penetra a través de los cauces de barrancos con balos, hasta el matorral de alta montaña. También son capaces de habitar en los pueblos alojándose en los parques, jardines o arbolados.
El papito o petirrojo (Erithacus rubecula) es más abundante en la parte Norte de la Isla, por lo que en el Sur aparece asociado a área húmedas ocupando zonas de laurisilva, fayal-brezal, pinares y cultivos en el borde del bosque. En los pinares de la zona Sur es bastante escaso, salvo en lugares relativamente húmedos, como barrancos con abundante vegetación. Yo lo he visto en Chamoco, pero también en el Barranco de las Gambuesas y Añavingo.

Petirrojo o papito (el txantxangorri vasco), una especie poco dada a dejarse ver.
El hornero o mosquitero común (Phylloscopus collybita) se encuentra en formaciones boscosas, con brezos y escobones en el sotobosque, aunque no le hace ascos a entrar en jardines y parques.
La banderita o reyezuelo canario (Regulus teneriffae), es muy raro en los bosques del valle, siendo más abundante cerca de la Dorsal y la vertiente norte. Ocupa zonas de fayal-brezal y laurisilva, aunque su hábitat natural lo constituyen el pinar mixto.

Banderita. Recientemente ha sido determinada como una especie diferenciada del reyezuelo sencillo.
El canario (Serinus canaria), es una especie abundante y bien distribuida. Su hábitat predilecto lo constituyen las zonas de cultivos y el borde del bosque, pudiendo ocupar áreas de pinar abierto, cardonal-tabaibal y matorral de alta montaña. A veces se le puede ver en parques y en laurisilva alterada.

Canario sobre la cepa  de una viña.
El pájaro pollo o gorrión moruno (Passer hispaniolensis), habita en parques y jardines de las ciudades, edificios, cultivos, y es un ave antropófila, introducida en Canarias y que ha desplazado a especies como el gorrión chillón, ocupando sus nichos ecológicos. Se alimenta de granos, semillas, frutos, desperdicios de comida y también insectos y larvas. Construye un nido de hierbas secas que rellena de plumas. Suele emplazarlo bajo aleros de tejados, huecos de paredes y árboles de parques y jardines.
El tabobo o abubilla (Upupa epops), es una especie parcialmente migratoria, permaneciendo una pequeña parte de la población durante todo el año. Típica de ambientes xéricos del Sur y zonas de cultivo, también frecuenta los bosques pero en menor medida y era más abundante en el pasado. En la cabeza,  luce una llamativa cresta de plumas o moño que se abre en forma de abanico cuando está alarmada. Se la puede ver desde el nivel del mar hasta los 1800 metros de altitud. Su dieta se basa fundamentalmente en insectos, gusanos y larvas. Gracias a su largo pico con forma curva, pueden explorar el terreno y materia vegetal en busca de alimento.

La abubilla es una especie insectivora que cumple también una gran labor dentro del ecosistema. Muy escasa en la actualidad, antes era común verlas realizando sus rituales de apareamiento en los cantero y bordes de camino.
La alpispa (Motacilla cinérea canariensis), ha visto mermada sus población por distintas razones al ser una especie dependiente del agua y zonas encharcadas, por lo que la desaparición de sus hábitats preferidos, el agotamiento de los manantiales y aguas en cauces, la instalación de tuberías y la disminución de charcas en el entorno agrícola, la ha perjudicado. Nidifica en agujeros de muros o taludes, grietas de rocas, entradas de cuevas, próximas a zonas húmedas o encharcadas. El nido aparece amplia y delicadamente recubierto de pelos. Es característico el continuo movimiento vertical de su larga cola. 

Alpispa, en un bebedero. Para los campesinos, la aparición de alpispas volando bajo y saltando en las calles era seña de lluvias próximas.
La andoriña o vencejo unicolor (Apus unicolor) es un endemismo macaronésico, en los archipiélagos de Madeira y Canarias. Es  parcialmente migradora, pues parte de sus poblaciones no abandona las islas.  De los que emigran, los cuarteles de invierno, son seguramente africanos. Nidificante en Canarias, en todas las islas e islotes, pero su abundancia varía notablemente de una a otra; así, mientras en Gran Canaria, La Palma La Gomera y Tenerife resulta común, en Fuerteventura y Lanzarote es rara y se encuentra muy localizada.

Es fácil observarlo en todo tipo de ambientes, desde la costa hasta la alta montaña (por encima incluso de los 3.000 m s.n.m., incluyendo bosques de laurisilva, pinares, cultivos y ciudades.
Nidifica en grietas de barrancos y acantilados, así como en edificios en diverso estado de construcción, tanto en la costa como en el interior de las islas.
AVES AMENAZADAS.
Los factores de amenaza más importantes, en general, para la población de aves son diversos y variados, pero, en general se pude decir que la destrucción del hábitat y la proliferación del uso de venenos que eran ingeridos por las aves, unas veces de modo casual, otras veces porque en ciertas capas de la población se consideraba que existían algunas aves dañinas (rapaces, granívoras).
Las actividades económicas desarrolladas en la isla (tales como la ganadería, el sector agrario, la construcción de barcos y casas), causaron la destrucción (bosques termófilos) y la fragmentación de los pinares y zonas de Monteverde.

El uso masivo de insecticidas en los años cincuenta para combatir las diferentes plagas de langostas (Schirtocerca gregaria) que llegaron a Tenerife (una especialmente virulenta en el Valle de Güímar fue la de octubre-noviembre de 1958), tuvo consecuencias negativas para la población de aves.
En la actualidad, la escasa extensión del  hábitat,  la fragmentación de los espacios naturales debidas a la construcción de infraestructuras (autopistas) y los volados de los tendidos de alta tensión (rapaces y grandes aves), suponen factores constantes de amenaza para las aves
Los incendios forestales son una gran causa de mortandad, en especial para aquellas especies que dependen del bosque (gavilanes, pico picapinos, reyezuelo, pinzones, herrerillo). Aunque los pinares canarios tienen la capacidad de recuperarse de los efectos del fuego en un tiempo relativamente corto, un incendio de grandes dimensiones compromete enormemente la supervivencia de las poblaciones residentes aves (sobre todo si se produce en momentos de nidificación o con polluelos), dañando los efectivos poblaciones y reduciendo la calidad del hábitat.

El uso y abuso de venenos cada vez más complejos y potentes conduce al envenenamiento, casual o intencionado de numerosas aves.
El pequeño tamaño de algunos contingentes (por ejemplo el reyezuelo o el pájaro moro), y su carácter fragmentario es un importante factor de amenaza, ya que cualquier cambio aleatorio, tanto intrínsecas (demográficas o genéticas) como extrínsecas (cambios ambientales) pude llevar a la desaparición de los grupos poblacionales.
Los efectos que la depredación ha tenido sobre diferentes especies de aves, en especial algunas palomas y los paseriformes, han sido notables.
Particularmente  nocivos han sido los gatos asilvestrados, siendo un importante factor en el declive de la población  de algunos paseriformes, como los pinzones, el reyezuelo, y de otras especies que nidifican en el suelo como el las palomas de la laurisilva, las pardelas, el caminero o el tabobo. Sin embargo, el principal alimento del gato, obviando los invertebrados que aportan poco alimento (pero que también pueden ser depredados), lo constituyen los mamíferos (conejos principalmente, algunos ratones e incluso musarañas), seguidos de los reptiles.

Los incendios forestales arrasan con todo a su paso y transforman las condiciones ecológicas durante periodos de tiempo más o menos largos.

Nota: Las fotos que acompañan este artículo las he sacado por entero de la Red.



lunes, 4 de noviembre de 2013

Castañeros en Arafo.



Este año he cumplido con la tradición de ir a buscar castañas a Gorgo, coincidiendo con los días de Todos Los Santos y Fieles Difuntos. El año pasado me retrasé y me robaron las castañas, así que decidí ser más madrugador. 

La castaña ha sido un fruto tradicional en los otoños de Arafo, asada, guisada, en fritango o con pescado salado, acompañadas de vinos jóvenes. Lo que hoy consideramos como una delicatessen, fue en tiempos pasados un alimento básico que ayudaba a pasar la escasez de alimentos del otoño. Sin embargo, la pertinaz sequía que nos acompaña desde hace un par de años y la progresión del abandono (unido a la proliferación de amigos de lo ajeno), han tenido como consecuencia unas cosechas cada vez más escasas.
El castañero (Castanea sativa) es un árbol caducifolio, de tronco robusto y copa amplia, que puede alcanzar fácilmente los 20 metros de altura. 
De gran longevidad, en algunas zonas de Europa y la Península Ibérica se le atribuyen miles de años a algunos ejemplares.

Castañero. Grogo. Altos de Arafo, sobre los 900 metros de altitud.
Se distribuye de forma natural por la región mediterránea, desde la Península Ibérica hasta el Cáucaso; se extiende por el norte hasta el centro de Europa y por el sur hasta Argelia y los montes mediterráneos de Marruecos. Al parecer procede de Asia Menor, desde donde fue llevado a Grecia en el siglo V antes de Cristo y se cree que fueron los romanos quienes lo dispersan por Italia, Córcega, Cerdeña, Francia y España. 
La palabra “castaña” procede del griego kastanion karyon, que significa “nuez castanaica”, nombre con el que se conocía el fruto de este árbol cultivado desde tiempos remotos en Kastana, una ciudad del antiguo reino de Ponto situada a orillas del Ponto Euxino, el actual Mar Negro. 

Hoya con castañeros. Se suelen mezclar con otros frutales tradicionales, como perales o almendreros.

El castañero ha sido de gran utilidad, con una larga historia acompañando a las civilizaciones europeas, y la castaña ha sido el alimento básico en algunas zonas de la Europa templada, como Galicia o Córcega.
Los bosques de castañeros actuales, mantienen una dinámica seminatural, puesto que cada vez se les prestan menos prácticas culturales y se sitúan en sectores pobres de laderas y pendientes en buena parte de la cuenca mediterránea y zonas montañosas de la Europa templada.

Hojas del castaño, lustrosas, brillantes, recién brotadas durante la primavera.

Su madera es dura pero ligera, resistente y de gran durabilidad, por lo que es muy apreciada en la construcción de muebles finos, ebanistería y carpintería en general. Especial mención merece su empleo en la fabricación de barricas y toneles, siendo casi tan apreciada como la madera del roble, especie emparentada con el castaño (ambas pertenecen a la familia de las Fagáceas). Solamente tiene un pero, y es su gran capacidad de absorción, por lo que se dice que la barrica de castaño “bebe más vino que el amo”.

Flores de castaño. Finales de la primavera.

Su flexibilidad y resistencia la hace muy adecuada en cestería y para fabricar herramientas del campo. En medicina popular, la infusión de las hojas se emplea por sus propiedades expectorantes, antitusígenas, astringentes, antidiarreicas, antipiréticas y antirreumáticas. Antiguamente se recomendaba para tratar la tos ferina. 

Erizos apañados, tanto del árbol, como del suelo.
La corteza es astringente y también se usa para curtir pieles. Con la cáscara de los frutos y las hojas se prepara un champú natural que sirve para teñir los cabellos rubios, y las flores se utilizan para aromatizar el tabaco de pipa. 
Los castañeros llegaron a Canarias en época muy temprana, casi con los primeros conquistadores de La Gomera y El Hierro, aunque hay quien dice que pudieron llegar incluso con los primeros normandos. 

Castañas, después de sacarlas de los erizos. La mezcla de variedades en árboles contiguos da como resultado que sea muy raro recoger cosechas uniformes.
Desde épocas tempranas de la colonización europea,  se tiene conocimiento de su existencia en Gran Canaria y La Palma. La introducción del castaño en Tenerife debió ser algo posterior, y al parecer se utilizó para repoblar las zonas de Monteverde que habían sido taladas por las hachas de los conquistadores. Ocuparon entonces las laderas de las comarcas de Acentejo y Taoro.
En Arafo, las zonas donde aún se encuentran castaños, se sitúan en una franja localizada entre los 500 metros de altitud hasta los 1.500, aunque la zona de óptimo es la banda de los 900 metros de altitud. La variedad más común es la denominada “Arafera”, una castaña muy grande e irregular, dulce y excelente para asar e incluso para comer en crudo.  

Erizos vacíos. Se dejan en la tierra, para que se pudran y mejoren la fertilidad del suelo.
Los que se encuentran a una mayor altitud son los de la Morra de las Piedras y Lomo de los Chochos, a más de mil quinientos metros, sobre Chivisaya y Media Montaña. 
Después los localizamos en formaciones más o menos compactas, en Lomo Redondo, Gorgo Ajafoña y Los Loros. También los encontramos en La Granja, El Pinalete, La Planta, Las Vigas e incluso en zonas ganadas al Volcán de Arafo, en Lo Ramos y Perdomo, en su menor altitud.
Especial atención merecen los castañeros de Las Arenas, sobre los 1300 metros, cultivados en los campos de lapilli (picón oscuro) generados por la erupción del Volcán de Arafo en 1705.

Y este es el fruto final de tanto esfuerzo. Como dice la gente de antes. "Esto no es pago con dinero", pero sí con la satisfacción de mandarse un buen fritango.

lunes, 14 de octubre de 2013

Revolución Verde






El término Revolución Verde se refiere a la renovación de las prácticas agrícolas a partir la década de los cuarenta del Siglo XX. 
Debido a su éxito, las tecnologías de la Revolución Verde se difunden por todo el mundo durante los años 1950 y 1960, aumentando significativamente las producciones agrícolas de cultivo.
Se atribuyen a Norman Borlaug, (ingeniero agrónomo, genetista, fitopatólogo, humanista estadounidense) las primeras investigaciones en los años cuarenta en México para conseguir trigos que desarrollaran resistencia a las enfermedades (roya), y después nuevas variedades de alto rendimiento. 

El regadío automatizado y masivo ha sido una de las consecuencias de la Revolución Verde.

Mediante la combinación de las variedades de trigo de Borlaug con nuevas tecnologías agrícolas mecanizadas, México fue capaz de producir más trigo del que consumían sus ciudadanos, llegando a exportar trigo en los años sesenta.
Debido al éxito de la Revolución Verde, sus tecnologías cuajan  en los Estados Unidos, que pasó de importar la mitad de su trigo a convertirse en autosuficiente en la década de 1950 y poco después se convirtió en exportador. Después llegarían países como Turquía, Túnez, España, Argentina, China, Australia…
Aprovechando las tecnologías de la Revolución Verde para producir más alimentos para la población mundial creciente, la Fundación Rockefeller y la Fundación Ford, así como muchas agencias gubernamentales de todo el mundo comienzan a financiar la investigación. En 1963, con la ayuda de estos fondos, la Oficina de Estudios Especiales en México se transformó en el CIMMYT, Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo. 

Las semillas de alto rendimiento precisan del uso y abuso de grandes cantidades de fitosanitarios para poder hacer frente a plagas y enfermedades.

Borlaug y la Fundación Ford (CIMMYT) llevan sus esfuerzos en 1961 a Pakistán e India, introduciendo las semillas híbridas en la producción agrícola y provocando un incremento notable de la productividad agrícola en naciones que estaban al borde de la hambruna masiva debido a su creciente población.
Desarrollaron una nueva variedad de arroz, IR8, que produce más granos por planta cuando se cultivan con riego y fertilizantes. En la actualidad, India es uno de los productores de arroz del mundo y líder en el uso de arroz IR8, que extendió por toda Asia en las décadas siguientes.
La invención y desarrollo de esta agricultura incrementó exponencialmente la producción mundial de alimentos, gracias a lo cual algunos consideran que se salvaron más de 100 millones de vidas humanas. Borlaug recibió el Premio Nobel de la Paz en 1970.

Variedades de millo peruanas: muchos sabores, muchos colores, diferentes requerimientos ecológicos, posibilidad de cultivo todo el año.

La ingeniería genética permitió desarrollar durante la Revolución Verde variedades de alto rendimiento. Eran plantas criadas y desarrolladas en laboratorio específicamente para responder a los fertilizantes y producir una mayor cantidad de grano por hectárea plantada.
Las plantas que tenían las semillas más grandes fueron seleccionadas para alcanzar la mayor producción posible. Después de la cría selectiva de estas plantas, han evolucionado hacia especímenes cuyo rasgo común  es la semilla mayor. Estas semillas más grandes aumentan el rendimiento de grano y un mayor peso sobre el suelo.
Este mayor peso sobre el suelo luego dio lugar a una asignación mayor  de fotosíntesis. Al maximizar la semilla (o porción de alimento), la planta tenía que ser  capaz de usar la fotosíntesis de modo más eficiente, debido a que la energía producida durante este proceso va directamente a la porción de alimento.
Por último, mediante una selección de cultivo de plantas que no eran sensibles a la longitud del día, los investigadores fueron capaces de duplicar la producción de un cultivo, porque las plantas deben responder de igual manera en cualquier parte del mundo, sin tener en cuenta la disponibilidad de luz. 

Arroces tradicionales del Delta del Ebro. Aún es posible en territorios relativamente pequeños, encontrar una gran variedad de semillas.
El uso masivo de fertilizantes de síntesis química (la mezcla NPK, es decir nitrógeno, fosfatos y potasio), son en gran parte lo que hizo la Revolución Verde posible, y cambió para siempre las prácticas agrícolas, porque las variedades de alto rendimiento no pueden crecer con éxito sin la ayuda de fertilizantes, cada vez más caros y dependientes de la industria química, que a su vez, depende de la extracción y comercialización de petróleo.

La extensión del regadío también jugó un papel importante cambió para siempre regiones agrícolas donde cultivar las variedades de alto rendimiento. Antes de la Revolución Verde, la agricultura comercial se limitaba a zonas con precipitaciones importantes, pero la generalización del riego permite que el agua “sobrante” pueda ser embalsada y trasvasada a zonas más secas, lo que ha puesto más tierras en producción agraria, aumentando los rendimientos de los cultivos en todo el país. Esto fue lo que ocurrió en España con los trasvases (Tajo-Segura) y la generalización del regadío mediante los Planes Badajoz y Jaén en los años sesenta.

La extensión del invernadero, donde todos los factores que intervienen en los cultivos se controlan al máximo (riego, suelos, insolación, vientos, fertilización) ha sido otra de las consecuencias de la Revolución Verde.
Cultivo de flores ornamentales en China

El desarrollo de variedades de alto rendimiento significa que sólo unas pocas especies son susceptibles de ser cultivadas lo que ha generado una gran pérdida de biodiversidad genética agraria dentro de las principales especies alimenticias. Cientos de miles de variedades heterogéneas de plantas cultivadas y adaptadas a multitud de ambientes, han sido sustituidas por un reducido número de variedades comerciales de laboratorio y muy uniformes. 
La uniformidad en los cultivos condujo a que estas variedades fueran más propensas a enfermedades y plagas, ya que no estaban adaptadas. Con el fin de protegerlas se generalizó el uso de pesticidas.
En India, por ejemplo, hubo miles de variedades de arroz antes de la Revolución Verde y en la actualidad hay alrededor de diez (todas variedades de alto rendimiento).

Una de las consecuencias de la extensión de invernaderos es la uniformidad del paisaje.
El Ejido, Almería: El Mar de Plástico.

Se estima que, a lo largo de la historia, el ser humano se ha alimentado de unas diez mil especies gracias a la agricultura. Hoy, no más de 120 especies cultivadas de plantas nos proporcionan un 90% de los alimentos, y tan sólo 12 especies vegetales y 5 especies animales nos proporcionan más de un 70% de ellos. 
Cuatro especies vegetales (papas, arroz, millo y trigo) y tres especies animales (vacas, cochinos y pollos) nos proporcionan más de la mitad. Las variedades o razas dentro  de cada una de estas especies también se reducen.
En Estados Unidos sólo queda menos de un 10% de árboles frutales y especies hortícolas que eran de uso común por los granjeros a finales del Siglo XIX. Los Bancos de genes han logrado conservar muy pocas. En Méjico se ha perdido el 80% de las variedades documentadas en 1920. En Corea, sólo el 26 % de las variedades locales cultivadas en huertos familiares en 1985 seguían utilizándose en 1993. 

Paisaje tradicional rural del interior de la Península Ibérica: convivencia de bosques con caseríos y cultivos, adaptación a las curvas del terreno, prados ganaderos. La diversidad es sana.

A nivel mundial entre el 80 y 95 % de las variedades conocidas para los cultivos más importantes a principios del siglo XX se han perdido para siempre. 
La pérdida de diversidad biológica agrícola ha provocado una reducción de la capacidad de las generaciones presentes y futuras para afrontar imprevisibles cambios medioambientales y necesidades humanas. 

Otros aspectos negativos comenzaron a hacer acto de presencia:
  • Excesivo costo de las semillas, cuya producción fue acaparada por unos cuantos laboratorios a nivel mundial.
  • Carísima tecnología complementaria (en especial de regadío), que estaba patentada por unas pocas compañías multinacionales, lo que creaba dependencia hacia esas empresas.
  • África, el continente más azotado por el hambre, la desnutrición y las enfermedades derivadas, no se ha beneficiado de la Revolución Verde. Se ha achacado a la falta de infraestructuras, la corrupción gubernamental, y la inseguridad sociopolítica, pero también se dice que la causa es que no existía posibilidad de negocio, así que no se ocuparon de los problemas agrícolas africanos. A la larga ha resultado beneficioso, puesto que los campesinos africanos han seguido conservando variedades locales de mijo, sorgo, maní o cebada.
  • La constatación de que los cultivos tradicionales eliminados estaban mejor adaptados a los ambientes locales, a sus características climáticas, edáficas y de resistencia a plagas y enfermedades. 
  • La homogeneidad de las nuevas variedades causó la aparición de plagas, combatidas mediante el uso masivo de costosos fitosanitarios.
Mercado de alimentos entre Angola y Congo: naranjas, piñas tropicales, calabazas, mandioca, plátano...todas han escapado a la uniformidad de las semillas de alto rendimiento.

A consecuencia de esto nacen movimientos que luchan por la disminución del uso de agroquímicos, basando sus argumentos en la agroecología, que sería definida como:
Aquellos sistemas agrícolas que promueven la producción sana y segura de alimentos y fibras textiles desde el punto de vista ambiental, social y económico. 

Coles y hortalizas en un campo donde crecen otras hierbas, flanqueadas por setos vivos y arboleda. 

La fertilidad del suelo es la base para una buena producción, respetando el medio ambiente en todos sus aspectos. La agricultura orgánica reduce considerablemente las necesidades de aportes externos al no utilizar abonos, sustancias químicas, ni plaguicidas u otros productos de síntesis. En su lugar permite que sean las leyes de la naturaleza las que incrementen tanto los rendimientos como la resistencia de los cultivos.
La agricultura industrial, por el contrario,  se apoya en cinco grandes pilares: la maquinaria agrícola moderna; el transporte de alimentos a largas distancias; los agroquímicos; la biotecnología y los sistemas de riego.
Los tres primeros están relacionados directamente con la producción y consumo de petróleo. Así pues, de la misma manera que la agricultura industrial ha sido un factor importante para la transición demográfica, su crisis al agotarse el petróleo puede suponer futuras hambrunas, crisis alimentarias y un aumento drástico de la mortalidad a nivel mundial.

¿Mapa de los paisajes agrarios de España?.