martes, 27 de enero de 2009

El western y el paisaje (1)





Comienzo una serie de varios episodios dedicados a la relación que existe entre algunos géneros cinematográficos y el espacio, empezando por el western. Espero que guste a los amantes del cine, a los geógrafos y a los geógrafos amantes del cine. 


¿EL MAS “ESPACIAL” DE LOS GÉNEROS CINEMATOGRÁFICOS?.
La geografía siempre ha abordado el estudio de diferentes temas relacionados con el espacio y el territorio, y para ello ha utilizado las más variopintas fuentes de información, desde mapas antiguos o relatos de viajeros hasta los modernos S.I.G. y los sistemas de teledetección.Sin embargo, el cine ha sido nuestra asignatura pendiente, a la hora de extraer información de las bandas de nitrato de plata impresas por la misma luz, si exceptuamos los documentales de O’ Flaherty o las películas en un primigenio Kodachrome rodadas por National Geographic en los años cincuenta, no hay una intervención importante en el estudio de este modo de expresión por parte de nuestro gremio.

El western es uno de los géneros cinematográficos que más necesita del paisaje para su desarrollo, y ha sido uno de los géneros que más se ha aprovechado del cine en color.
En el western es necesario mostrar los paisajes del Oeste, porque es un cine de confrontaciones, de eterna dialéctica: praderas inmensas donde los caballos galopan durante dias, frente a saloons estrechos y llenos de humo, donde te das de codazos con tu vecino de barra; hombres solitarios frente a grandes grupos de vaqueros o de la caballería donde se fraguan amistades eternas; grandes ríos y montañas nevadas frente a desiertos mortales, salinos y arenosos; indios salvajes que arrancan cabelleras e indios explotados, esclavizados y embrutecidos muriéndose en las reservas...
 



El que las aventuras se desarrollen en un ambiente natural, les confiere una aureola de historia atávica, que toca en nuestro subconsciente más profundo, pero que también nos conecta con las historias universales de la literatura: No podemos entender La Odisea sin el Mediterráneo; El Quijote, sin la llanura castellana, Sierra Morena o el Ebro; Robinson Crusoe, es inexplicable sin la isla desierta.

Por tanto, las películas del oeste, representan siempre la universalidad porque hablan de los eternos conflictos humanos: el amor, la guerra, la amistad, la traición, la muerte. Sin embargo, también son siempre, películas de lugares, porque se mueven en un espacio amplio, pero constreñido entre la frontera del Mississippí y el Océano Pacífico. Sería impensable desarrollar un western en Boston, con sombreros de copa y miriñaques, teatros y la Universidad de Harvard, sin “colts”, “winchesters”, vaqueros sudorosos, caminos polvorientos, o el cuero de las vacas.
 
Saloon abarrotado, jugadores, barman, tabaco, whisky, escupideras. Uno de los lugares canónicos del western desde sus orígenes. (Born to the west, 1937).

 



Está también sujeto a un tiempo muy determinado, que podría empezar con el viaje de Merriwether Lewis y John Clark o quizá la caída de El Álamo, en 1836, hasta prácticamente el siglo XX. (Grupo Salvaje o La Balada de Cable Hogue) Aunque se intentaron rodar algunos episodios anteriores de la historia americana en algunas películas, como Fort Ti, El Último Mohicano o La Conquista del Oeste, el único sombrero de mapache que casa bien en el western es el de Davy Crockett, y los viejos “Lancaster” de cargar por el cañón, y atacar la bala son poco dramáticos.

Esta doble faceta del cine del oeste es quizá lo que lo hace tan versátil y permite una variedad de temas y situaciones casi inabarcable.
Nosotros, como geógrafos, nos centraremos en los aspectos que tocan al paisaje y su importancia en la narración.

“Cabalgando así a lo largo del Rim, ensimismado en sus pensamientos, casi cruzó sin advertirla una senda muy hollada en medio de un denso seto de pinos y que bajaba por el borde roqueño (...) John halló poco tiempo para más divagaciones, ni tampoco tuvo más que de cuando en cuando la ocasión de ver por encima de las copas de los cedros la vasta cuenca azulada que dormitaba bajo el sol poniente".
Zane Grey. Hasta el último hombre.


Río Rojo. En este película se muestra muy bien otro de los eternos temas del western: la conducción de las grandes manadas de ganado a través de las llanuras. 

martes, 20 de enero de 2009

El espacio urbano de Arafo (5 y final)



EL PLANO URBANO

En general, el plano de Arafo, presenta una forma irregular, debido al encabalgamiento de los diferentes momentos históricos sobre el mismo territorio, y a la forma primigenia de las parcelas sobre las que se construye, parcelas dedicadas a la agricultura y que después han variado su uso. Esta configuración de espacios de labranza (canteros), imbricados con viviendas se ha mantenido hasta tiempos relativamente recientes. Los elementos lineales han sido, sin duda, los caminos y veredas.Debemos hacer notar la gran importancia que tuvieron en el pasado los trazados verticales, entre los que destacaremos el eje Señor del Pino- Iglesia- Esquina de Los Carros (calles Mario Marrero, Amílcar González y La Libertad), que forma parte de un antiguo camino trashumante aborigen que unía la cumbre y la costa del Valle de Güímar, y que , a su vez, por La Morra del Tanque, El Pinalete y las Arenas, une Arafo, con La Orotava, a través de La Crucita y Aguamansa.Este eje es la verdadera columna vertebral de la organización urbana de Arafo.El otro elemento espinal, bastante secundario, es la calle Galván, que por la Calle Puerto de la Cruz une La Cruz con la carretera Arafo - Güimar.

El primer elemento horizontal en aparecer fue el camino que une el Volcán con la Iglesia, a través de la Cruz del Valle, que perdió su importancia con la apertura de la Avenida Reyes de España, verdadera arteria principal en la actualidad del casco de Arafo.
El plano ordenado se manifiesta en el grupo de viviendas Nuestra Señora del Carmen, construido por la Obra Sindical del Hogar, a finales de los años cincuenta, siguiendo los criterios de arquitectura orgánica imperantes en el momento, esto es casas terreras unifamiliares, adosadas en bloques encintados con aceras, alineadas sobre calles de planta ortogonal.
Más tarde, el grupo Añavingo (inaugurado a mediados de los años ochenta del siglo XX) y su ampliación posterior siguen un esquema de ciudad jardín, con dúplex adosados en bloques con calles peatonales internas y vías perimetrales para vehículos.
El paisaje urbano de Arafo, es en cierta medida, una composición que alterna diferentes formas y texturas, y en el que todavía tiene un evidente peso la herencia agraria de la villa, que se manifiesta en huertas aún cultivadas (cada vez menos) entre las edificaciones, y junto a las vías de comunicación.
En la actualidad se ha registrado un fuerte tirón de la construcción, siendo preeminente el sector privado, que ha construido promociones de viviendas en calles principales, como Reyes de España o Güímar, aunque también se han concluido los trabajos de construcción de viviendas sociales en la calle Luis Braille.
Uno de los resultados evidentes de tal proceso edificador ha sido la eliminación de algunas perspectivas visuales tradicionales, y la uniformización del medio construido.
La culminación de todas estas promociones, así como la ejecución del futuro Plan General, cambiarán el plano del municipio, concediéndole un nuevo aspecto.

martes, 13 de enero de 2009

El Espacio Urbano de Arafo (4)




LA SEGREGACIÓN ESPACIAL. 
En la actualidad Arafo cuenta con una serie de dotaciones perfectamente diferenciadas en función de su ubicación y su utilidad: 
En el centro del casco se sitúan áreas administrativas como el Ayuntamiento y Juzgado de Paz y oficina de Correos, así como oficinas bancarias, junto a espacios destinados al ocio como el “Centro Cultural y Recreo”, el Casino “Unión y Progreso” y el Auditorio “Juan Carlos I”. También existe un emplazamiento dedicado a la sanidad y los servicios sociales, con el Centro de Salud y la Residencia Socio-Sanitaria “María Auxiliadora”. Se registran los edificios más destacados desde el punto de vista patrimonial, como la Parroquia de San Juan Degollado. 
La zona de El Carmen es el lugar de los colegios y espacios deportivos, pero también existe un a instalación emplazada en este lugar por razones de aislamiento, vientos favorables e idoneidad de suelos: el cementerio, construido en los años veinte del pasado siglo, y hoy rodeado de viviendas y equipamientos. 
Los bordes del casco están ocupados por un difuso límite rururbano donde los restos de agricultura que aún se mantienen conviven con entramado de viviendas dispersas, muchas de las cuales no tienen acceso a servicios como agua, electricidad o recogida de basura. 
 
A la entrada de la Villa se encuentra el Centro de Ocio, Artesanal y del Agricultor, con su correspondiente mercadillo, y el Centro para la Formación de Artesanos. 
En cuanto a las viviendas, el sector donde se concentran la mayor parte de la promociones de titularidad pública es El Carmen, con la existencia de cuatro promociones que abarcan prácticamente los últimos cincuenta años de historia de Arafo.


sábado, 10 de enero de 2009

EL ESPACIO URBANO DE ARAFO (3)


A comienzos del siglo XX se produce un ligero aumento de población, aunque la I Guerra Mundial marcará el comienzo de una etapa recesiva que acrecentará la dinámica migratoria. Sin embargo, hacia 1920, se percibió un sensible ascenso del número de habitantes, coincidente con la recuperación del sector exportador y el alumbramiento de aguas de la galería de Los Huecos. 
 


Los nuevos acuíferos y la puesta en cultivo de las zonas costeras del municipio, provocó un paulatino asentamiento de población foránea, que se asentará principalmente en El Volcán. El Modernismo de principios de siglo, que tantas transformaciones produjo en las ciudades canarias (ensanches, nuevas calles, plazas, paseos, elementos ornamentales), también empieza a llegar a Arafo, gracias a la recuperación económica que se estaba experimentado y que posibilitó la realización de una serie de significativas construcciones como el campanario de la iglesia parroquial o el kiosco del centro de la plaza y que se iniciaran los trabajos de instalación del alumbrado eléctrico en la calle principal, ampliados a todo el casco a partir de 1931. 
En esa década se construyó un nuevo edificio para Ayuntamiento, Escuelas y Juzgado, en un terreno municipal situado al lado de la Plaza. 
 

 
La posguerra supuso una etapa de crisis acrecentada por el embargo internacional impuesto a la dictadura franquista, aunque a mediados de los cincuenta se observa un cierto aumento demográfico, coincidente con el final del ciclo de aislamiento internacional y superación de la autarquía económica. 
 
En ese momento, se empezaron a ejecutar una serie de obras que mejoraron sensiblemente el equipamiento urbano de Arafo: se edificó el Edificio de la Obra Social del Movimiento, se instaló el servicio de agua potable a domicilio y se sustituyó el antiguo empedrado de la calle General Franco por un pavimentado asfáltico, se amplió y mejoró la plaza de José Antonio, se fabricaron 4 escuelas y 4 viviendas para maestros en La Hidalga y El Carmen, se edificaron 50 viviendas de renta limitada en esa última zona y se ampliaron y reformaron las Casas Consistoriales con la terminación del segundo piso. 
 
Los años 60 significaron un impulso en el desarrollo del municipio, que quedó plasmado en parte en su morfología urbana. En esa década se llevó a cabo la apertura de una calle que unirá el barrio del Carmen con la carretera Arafo-Güímar y se continuó con el asfaltado de calles. La carretera Arafo-Güímar se convierte en estos años en una zona de expansión de la edificación, mediante viviendas de autoconstrucción, sobre solares propios o solares cedidos por el ayuntamiento en zonas ocupadas por las coladas del Volcán de Arafo.
 
Las calles abiertas a principios de los años ochenta, como Rafael Clavijo, Reyes de España, o Capitán Núñez han servido en estas dos décadas como zonas de expansión urbana, en especial el arco noroeste, entre la zona de equipamiento educativo y deportivo, y La Cruz, sector que se ha colmatado recientemente por la construcción de promociones de titularidad privada.
 
 


miércoles, 7 de enero de 2009

El paisaje urbano de Arafo (2)

 
El trazado urbanístico no varió considerablemente en la primera mitad del XIX, ya que el aumento de población fue poco significativo, pues se pasó de 724 habitantes en 1802 a 875 en 1849. Además, se llegó a empedrar el entorno de la iglesia y la calle principal. Ese año, el pueblo contaba con 241 casas, de las que 202 estaban esparcidas, así como con 3 cuevas habitadas.
 
En la segunda mitad del siglo XIX, Arafo conoció un notable ascenso de población. Las medidas desamortizadores adoptadas por la revolución liberal hicieron que la propiedad de la tierra pasara de manos de la terratenencia agrícola representada por el convento agustino del Espíritu Santo a un sector del campesinado que vio acrecentada su relevancia social y política dentro del pueblo, favorecidos además con la redención del gravoso censo que debían pagar al mencionado cenobio. 
 
Aparecen nuevos cultivos como los plantíos de pencones (Opuntia máxima) para la producción de cochinilla, principal producto de exportación, lo cual permitió extender la superficie irrigada. Ello motivó que se realizaran obras de canalización en el pueblo, así como que se dictaran normas sobre conducción de aguas por atarjeas.
 
En consecuencia, se produjo también un aumento del número de viviendas y el pueblo se expandió hacia el sur, hacia el Volcán (coladas recientes de la erupción de 1705), pues en 1864 se concedieron las primeras licencias para construir casas en esa zona y se comenzó a componer un camino para comunicarla con el entorno de la iglesia.
 

 
 
Pero la caída del cultivo de la cochinilla intensificará el tráfico emigratorio a las nuevas repúblicas americanas, circunstancia que no disminuirá hasta los últimos años del XIX, cuando las plantaciones de papas y tomates en tierras bajo riego para su exportación a Inglaterra, mejoraron la maltrecha economía local como consecuencia de la caída del comercio de la grana. 
 
A lo que hay que sumar la apertura del ramal en 1897 que unirá el casco con la carretera general del sur y que significará tener una buena vía de salida para la producción agraria local, sobre todo rumbo al puerto de Santa Cruz para su embarque, pero también a la recova santacrucera que se llenaba de papas, castañas, guindas, y vinos de Arafo. 
 
Otro cultivo interesante fue el del tabaco que ocupó buena parte de las tierras bajas del municipio, más concretamente en las tierras de El Portugués, en el que se estableció un secadero de tabaco, aunque en el casco existían otros de menor tamaño, como el existente en las inmediaciones de la Calle de La Paz (hoy Teobaldo Power).



lunes, 5 de enero de 2009

EL PAISAJE URBANO DE ARAFO (1)





El actual entramado urbano de Arafo es fruto de un proceso evolutivo que arranca desde los primeros años del siglo XVI, con la incorporación de la isla a la Corona de Castilla y el progresivo asentamiento de población en una franja comprendida entre los 400 y 700 metros de altitud. Las aguas manantes del barranco de Añavingo y del barranco de Arafo o de Amador, unido a unas condiciones climáticas favorables propició el desarrollo de una incipiente comunidad agrícola que se estableció en las zonas conocidas como Perdomo y El Aserradero. A la existencia de agua debemos unir la presencia de importantes yacimientos de pumitas muy mezcladas con otros productos, como arenas o arcillas, que permitieron el picado y sorribas de tierras que se fueron configurando alrededor y en medio de las viviendas construidas, constituyendo así un mosaico de paisaje donde las teselas de lo edificado y de los canteros se combinan, delimitadas por caminos, veredas y atarjeas. 




La explotación de las tierras de labor dio a la colectividad una cierta prosperidad económica, con lo que en el último cuarto del siglo XVII, los vecinos más pudientes estaban en condiciones de costear el levantamiento de una ermita en la que celebrar cultos, situada en la zona denominada El Llanito, y que con el paso de los años y tras sucesivas ampliaciones dio lugar a la actual iglesia. El pueblo contaba por esas fechas con unas sesenta casas y otras tantas familias establecidas. 


Pero la erupción del volcán de Las Arenas en 1705 motivó que la población se fuera alejando del núcleo fundacional y poco a poco, empezaran a levantar nuevas construcciones en torno a la ermita de San Juan Degollado, que a finales de la centuria se convirtió en la zona más poblada. De ese modo, Arafo comenzó a configurarse como una aldea de estructura irregular, aunque se advertía un eje central descendiente a través de la pendiente, antigua ruta de trashumancia aborigen, a partir de la cual se fueron desarrollando otras vías en sentido transversal. 


Es posible que en este momento, ciertos lugares tomaran entidad funcional propia y diferenciada, como La Hoya (configurada como una zona de casas de labor diseminadas en un sector de tierras sumamente fértiles y abrigada de los vientos), Los Lomos (donde las edificaciones ocupan el frente de las vías y los canteros ocupan los sectores traseros, a los que se accede por pequeños callejones transversales ),o El Barrero (un sector de casas prácticamente colgadas de las estribaciones del Barranco de la Piedra y del Entonado, con vías pequeñas y sinuosas). 

BIBLIOGRAFÍA

  • FARIÑA PESTANO, F (1998). La historia de Arafo a través de sus alcaldes. CCPC, Ayuntamiento de Arafo. Santa Cruz de Tenerife. 
  • FARIÑA PESTANO, F (2004). La historia de Arafo. Ayto de Arafo.Arafo. 
  • FARIÑA PESTANO, F Y MORENO GARCÍA, J (1994). 1974-1994, LA Alcaldía de Domingo Calzadilla, y la historia más reciente de Arafo. Ayto de Arafo. Arafo. 
  • FARIÑA PESTANO, F Y GIGANTE CARBALLO, F (2006). Notas Sobre la Evolución del Paisaje Urbano de Arafo. Programa de las Fiestas Patronales de la Villa de Arafo. 
  • RODRÍGUEZ DELGADO, O. 1995 Historia religiosa de Arafo Ayuntamiento de Arafo. Santa Cruz de Tenerife. 
  • VV AA (1996). Guía de Recursos patrimoniales del Sureste de Tenerife. Asociación cultural Sureste de Tenerife. Santa Cruz de Tenerife.