martes, 31 de julio de 2012

Esquinas

Riscos marinos en la Caleta de Interián

Plaza con fuente, Garachico.
Calvario de San Juan del Reparo.

Teatro Guimerá. Santa Cruz de Tenerife.
Horno en las zonas altas de Agache, entre La Medida y Lomo de Mena

Estanque con ñameras. El Sauzal.

Callejón. Buenavista del Norte.



miércoles, 4 de julio de 2012

Geografía, enseñanza y tecnologías de la información y comunicación (I).






Ya hemos hablado anteriormente en otras páginas de este blog de asuntos relacionados con la didáctica de la geografía.

Aprovecho estos meses del verano, cuando pende sobre la educación española la amenaza de una nueva contrarreforma, que promete volver patas arriba el sistema educativo, bastante vapuleado en los últimos años, para establecer las posibilidades que ofrece, además de los métodos tradicionales de enseñanza de la geografía, la utilización normal de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), que usadas convenientemente, pueden mejorar, renovar y cambiar sensiblemente el horizonte didáctico, actualizando los métodos y la aplicación de conceptos. 




 

LA ENSEÑANZA Y LA GEOGRAFÍA

Enseñar es instruir, mediante el uso de diferentes actividades y métodos, una serie de conocimientos y destrezas, creando condiciones para producir conocimiento nuevo.
Hoy en día, la enseñanza, en la mayoría de los casos, es un medio para enseñar solamente contenidos, de modo abstracto, usando teorías, leyes y conceptos, para que los estudiantes aprendan estos conocimientos y los usen en su vida personal o profesional.
Existe una conexión vital entre el estilo educativo de un profesor y el proceso de aprendizaje. Es imprescindible relacionar la didáctica con respecto a lo que se está aprendiendo (el contenido), el profesor y el estudiante. El proceso de enseñanza y el aprendizaje se puede ver como el desarrollo de una interacción mutua entre esos tres vértices del triángulo didáctico.





La didáctica de la geografía, posee un sentido específico al aplicarla a una disciplina tan particular, y al mismo tiempo, tan general.
Las herramientas didácticas tienen que ser capaces de alcanzar los objetivos de enseñanza; los presupuestos epistemológicos; la metodología propia de la geografía, y sobre todo, de transmitir y hacer entender la información relevante a los estudiantes.
La geografía es la ciencia de los lugares, del paisaje, el estudio de la superficie de la tierra, de la ubicación y distribución de las características físicas y culturales, también es la ciencia que estudia las pautas del clima, de la distribución de la vegetación, de la interrelación de estas características con las actividades humanas.
A mí me gusta repetir que la geografía es el campo de estudio de los geógrafos, que parece una definición simplista, pero que refleja la gran complejidad de la ciencia a la que nos dedicamos.



Cuando un profesor aborda la enseñanza de la geografía, utiliza diferentes enfoques, y todos ellos requieren diferentes métodos y materiales. Entre estos enfoques están el enfoque transmisivo (usualmente mediante apuntes del profesor o libros de texto), o los enfoques activos y constructivistas que utilizan métodos como la lectura crítica, la investigación, la discusión, el planteamiento y resolución de problemas, salidas de campo, el método de preguntas y respuestas, la dramatización, el uso de laboratorios, la experimentación, y el aprendizaje por descubrimiento. 







Uno de los métodos de enseñanza comunes y tradicionales que los profesores de geografía siguen utilizando en la actualidad es el relacionado con el enfoque transmisivo, en el que el profesor, mediante una conferencia, transmite conocimientos a los estudiantes que se sientan pasivamente en el aula y escuchan, subrayan en textos o toman apuntes.

Teniendo en cuenta la naturaleza abstracta de algunos de los conceptos geográficos, el profesor se apoya para explicarlos en el uso de mapas, dibujos, gráficos, diagramas, y a veces, fotografías. Cuando los conceptos son demasiado abstractos, no se asimilan con facilidad.

Otro método utilizado para enseñar geografía es la salida de campo (mal llamada excursión en el 90% de los casos). Las salidas de campo son caras y consumen demasiado tiempo, y en estos Años Oscuros de recortes y austeridad, los gastos directos recaen, a veces, en los alumnos. 




 
Otra de las cuestiones que impiden su desarrollo generalizado es que las salidas deben estar bien planificadas en origen (elección de los lugares, confección de rutas y de cuadernos de campo, citas previas), y en su ejecución no solo consumen el tiempo de la salida, sino de una sesión previa introductoria y de otra posterior de conclusiones y puesta en común.

Con las restricciones económicas en educación, muchas veces, el único método factible es el transmisivo. Los profesores de geografía se convierten en una casta sagrada que detenta el poder escolar, todo lo que dicen es concluyente y un género de verdad evangélica. 




 

Las clases se convierten en aburridas y desalentadoras, especialmente con un profesor mal adiestrado y no actualizado, incapaz de aportar experiencias personales en investigación, nuevas perspectivas o dar cancha a la discusión científica.

Otros profesores, sin embargo, introducen métodos como la lectura comentada y la discusión posterior, o las prácticas de gabinete, intentando ofrecer un entorno más eficiente y de aprendizaje interactivo.
El enfoque transmisivo supone una gran carga adicional de dificultades que deben enfrentar conjuntamente y por separado educadores y educandos.