domingo, 28 de diciembre de 2008

Sobre los geógrafos y las geógrafas



Es difícil escribir, o enseñar, acerca de la formación de conceptos en geografía. No hay un procedimiento fijo para descubrir nuevos conceptos, así como tampoco es posible escribir una gran novela después de un corto curso de creación literaria. Algunos geógrafos son observadores e imaginativos, son muy sensibles al entorno físico, social e intelectual que les rodea, y aplican con facilidad una fértil imaginación a los problemas geográficos. Algunos aprenden con tesón cómo pensar y percibir de manera adecuada en un entorno limitado. Algunos, simplemente nunca aprenden.

David Harvey. Teorías, leyes y modelos en geografía [Explanation in geography], trad. por Gloria Luna Rodrigo. Madrid, Alianza Editorial, 1983: 300.

La gente que me conoce sabe que no soy muy dado a la teoría, pero corren tiempos difíciles. En los últimos años el número de egresados que han cursado geografía se ha reducido de forma notable, y ante el peligro, se ha decidido reformar el grado, creando una nueva titulación que se llamará Geografía y Ordenación del Territorio. De aquí saldrán los herederos de la ciencia cuyo objeto de estudio es...¿cual es el objeto de estudio de la geografía?. Muchos dicen que la geografía es lo que hacen los geógrafos. Otros proclaman que es el estudio del espacio físico. Algunos atrevidos afirmaban lúcidamente que la ciencia del paisaje.
Pero a mí modo de entender las cosas, es todo eso y mucho más.

La geografía debe ser entendida como una ciencia holística, y no descubro nada que no dijeran Humboldt, Reclus, o Bertrand, porque los hechos territoriales son complejos.

Podemos hacer numerosas tareas: estudios de población, trabajos de participación social, ordenamos espacios urbanos, gestionamos espacios naturales, realizamos estudios climáticos, teorizamos y ponemos en práctica la educación ambiental, nos dedicamos al desarrollo local, sea lo que sea eso; tenemos en nuestras manos el entendimiento de complicadas herramientas de análisis, síntesis y comunicación espacial: los S.I.G. Algunos se dedican a la docencia.

En la actualidad, con la competencia que se produce entre las diferentes titulaciones las facultades y los departamentos parecen banderines de enganche de la Legión o de los Marines. Hay que colocar títulos atractivos, marcas de neón, si queremos vender los productos, pero tampoco es cuestión de cerrar horizontes y crear delineantes, burócratas u ordenadores de territorio (que mal suena eso). La estrategia no está mal, pero la táctica es pésima. Muchos geógrafos trabajan hoy como administrativos, funcionarios o cosas peores. Los escritos "científicos" de otros son bastante limitados, y los estudios técnicos de muchos dan pena y vergüenza. Hay caraduras que están destrozando el buen nombre de la profesión por su escasa formación, nula competencia y una execrable temeridad científica.


Ordenaremos territorio, sí, pero también los podemos desordenar. Estos conceptos están ligados a una modernidad algo tocada por el auge del capitalismo y su posterior batacazo. Se están sacralizando las herramientas que sirven para esos propósitos, como los S.I.G., las bases de datos, las hojas de cálculo o la teledetección, y no nos damos cuenta de que un mono con una pistola puede matar a alguien y un burro sopló una flauta y sonó. Ni el primero es Wild Bill Hickcock, ni el segundo Wang Chiheng.
Lo importante es la formación del sujeto, y no solo en cuanto a conocimientos, sino a herramientas, por supuesto, pero también en actitudes y métodos....¡la metodología es primordial!.
Compartimos formación con Yves Lacoste, David Harvey, George Bertrand, Augusto Pinochet, el Príncipe Guillermo de Inglaterra, Michael Jordan. Eso significa que tenemos de todo, como en botica.

Estimados colegas y sin embargo amigos, mis mejores deseos para este año nuevo que comenzará en unos días.

sábado, 20 de diciembre de 2008

Crecimiento urbano: otro modo de producción capitalista (II)





















 

El espacio urbano es una mercancía que se compra y se vende continuamente, pero también tiene un importante valor de uso. El paisaje urbano es fundamental en la vida de una comunidad, pero las desigualdades inherentes al desarrollo capitalista segregan ese paisaje: crea barrios llenos de comodidades y servicios y abandona a muchos seres humanos en sectores degradados o los expulsa fuera de la ciudad. Ni siquiera pueden habitar parques, plazas o jardines, sino que deben ocupar (como en una opereta decimonónica), ojos de puentes, márgenes secos de ríos y arcenes de autopista (SMITH, 1996).
Son muchos los ejemplos que podemos constatar, sobre todo en el mundo anglosajón, en donde la crisis industrial convirtió amplias zonas urbanas en sectores degradados y marginados: muelles, almacenes, fábricas quedaban vacías de contenido al perder su función original, convirtiéndose en gigantescas parcelas en las que el capital podía actuar y escribir una nueva página en el proceso de producción de ciudad. Emblemáticas son las actuaciones en las márgenes del Támesis en las que los yuppies convertían zonas victorianas abandonadas en áreas residenciales. Esta ciudad renovada atrae a los turistas y se convierte en una fuente de ingresos nueva para el naciente capitalismo postfordista (HALL, 1996).



 
Los puertos de Baltimore, el frente marítimo de Boston, se convierten en los escaparates simbólicos de las ciudades renovadas. La ciudad se transforma en un escenario teatral; las calles restauradas de manera exquisita se parecen a un decorado de Disneyworld. La nueva América renace sobre las cenizas de las viejas estructuras obsoletas. El problema es que los vecinos, antiguos obreros fabriles en paro o prejubilados no encajan en este pastiche, son condenados al ostracismo o sencillamente expulsados a los barrios periféricos o a la calle en el peor de los casos.
Los gobernantes se encuentran cómodos en este proceso: en muchas ocasiones pone sus medios al servicio del capital y en contra de los pocos ciudadanos que se han atrevido a disentir y a protestar.
Los “urbanistas”, en muchos casos han olvidado la justicia social y han trabajado a favor de las clases explotadoras. Esta idea planea en los trabajos de muchos técnicos que se dedican hoy a la planificación urbana. El urbanismo humanista que lucha por la redistribución social se está construyendo (HARVEY, 1977).

Bibliografía
- SMITH, Neil (1996) The new urban frontier, Routledge.
- SMITH, Neil (1998) “New globalism, new urbanism” en 14th Annual Urban Studies Lecture, University of Pennsylvania.
- CAPEL, Horacio (1975) Capitalismo y morfología urbana es España, Barcelona, Los Libros de La Frontera.
- HARVEY, David (1977) Urbanismo y desigualdad social, Madrid, Siglo XXI de editores.
- HALL, Peter (1996) Ciudades del mañana, Barcelona, Ediciones del Serbal

jueves, 18 de diciembre de 2008

Crecimiento urbano: otro modo de producción capitalista (I)



En los últimos cuarenta años tenemos la sensación de que la planificación convencional urbana ha caído en total olvido. Urbanistas y políticos se han dedicado a fomentar el crecimiento urbano sin pararse a pensar en las consecuencias sociales. Predomina la idea de que la ciudad es una máquina de crear riqueza debido a que el largo período de crecimiento que experimenta la economía capitalista produce excedentes que deben ser reinvertidos. La planificación sólo sirve para encauzar en parte este “boom” constructivo, mostrando su verdadera función tras la crisis y recesión de los años setenta del siglo veinte. (HALL, 1996).
Dentro de este panorama en el que el capital diseña estrategias para obtener el máximo beneficio, el valor del suelo y los costes de producción de las viviendas son determinantes. En la sociedad capitalista la ciudad crece de acuerdo con los intereses de una minoría: propietarios de los medios de producción, propietarios del suelo, promotores y constructores. La Administración ejerce un papel ambíguo, siendo agente y árbitro en el proceso de construcción urbano. Generalmente ha estado en buena parte de las ocasiones del servicio de la minoría dominante (CAPEL, 1975).
En los últimos años, en este escenario donde compiten y luchan las diferentes clases sociales, ha aparecido una nueva forma de producción de espacio que busca las mayores plusvalías ocupando espacios degradados y socialmente marginados, sin preocuparse de los costes sociales que genera: hablamos de la Teoría de la Elitización Social o Gentrification.
Gentrification es simplemente un proceso de revitalización, renovación y progreso de los barrios urbanos más pobres. Se caracteriza por el derribo o restauración de viviendas y edificios donde viven las clases pobres (parados, toxicómanos, viejos, inmigrantes, mendigos, prostitutas) y la construcción de edificios con mayor número de plantas y viviendas. Las comodidades y los equipamientos de estos barrios aumenta en cantidad y calidad (sobre todo teniendo en cuenta que estas áreas sufrían la desinversión pública y privada debido al bajo poder adquisitivo de sus anteriores vecinos). Así, la estructura física y demográfica del barrio es reemplazada.
Los complejos movimientos actuales del capital dentro y fuera del desarrollo urbano son los vectores directores del proceso. La renta del suelo, es decir, la diferencia entre la renta actual y la potencial, es la base de la gentrification: el promotor compra suelo a muy bajo precio, en zonas en las que nadie quiere invertir, luego rehabilita o construye y vende a muy alto precio. La elitización social es un regreso a los centros de las ciudades por parte de los flujos de capital más que de las personas, por tanto, los intereses del capìtalismo son los que marcan la función del lugar.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

LA CRISIS DEL MEDIO RURAL Y CAMPESINO EN LATINOAMÉRICA (Final)


5. EL “NUEVO” CAMINO ENTRE LA REVOLUCIÓN Y LA INANICIÓN: AUTOSUFICIENCIA ALIMENTARIA BASADA EN LA AGRICULTURA TRADICIONAL.
Desde el punto de vista ecológico, el capitalismo sólo es capaz de producir a partir de ecosistemas simplificados, como monocultivos agrícolas, plantaciones, ganadería extensiva y monoespecífica, pesquerías de una sola especie, o explotación sílvicola especializada en un tipo de madera o de árbol.
Cuando tiene que integrar la gestión, para producir a partir de ecosistemas complejos, como el caso de casi todos los naturales, sobre todo los del mundo tropical, tanto en tierra como en el agua, el sistema capitalista los destruye y sustituye por otros nuevos que pueda manejar, o sólo aprovechara de ellos lo que le interese, creando desequilibrios que a la larga acabarán con el ecosistema, como en el primer caso. Por tanto el sistema de mercado en el que nos movemos y la naturaleza parecen estar en una contradicción insalvable.
El monocultivo conduce a la dependencia del mercado para obtener insumos, energía y comercializar los productos, por lo que éstos adquieren sólo un valor de cambio, apartándose del tradicional valor de uso. Los enfoques tecnocapitalistas no tienen en cuenta, ni la ecología de los lugares, ni las relaciones económicas y sociales de las regiones, ni el aumento de la población
Sin embargo, en las comunidades campesinas tradicionales, se obtiene la energía para su funcionamiento de otros seres vivos, pero ha aprendido a manejar a estos otros seres para que el abastecimiento de energía sea inagotable a escala humana, cosa que han hecho durante milenios: los pueblos tradicionales han formado un contrato con los animales, las plantas y el territorio, para coexistir y proporcionarse ayuda mutua.
Muchas son las estrategias que la cultura tradicional ha desarrollado para conservar la fertilidad de los suelos durante generaciones:
- Combinar gran número de especies y organización horizontal y vertical de cultivos con secuencias cronológicas establecidas.
- Explotan la heterogeneidad ambiental a escala local y regional.
- Mantienen cerrados los ciclos de materiales y residuos, reciclando los desperdicios.
- Dependen de recursos locales, de energía humana o animal, y usan bajos niveles de tecnología, lo que los convierte en escasamente dependientes del exterior.
- Dependen de variedades locales de cultivos e incorporan el uso de plantas y animales silvestres. La producción suele ser para el consumo local.
Todo esto conduce a elevados índices de diversidad alimentaria, que muestran diversas culturas campesinas de América Latina, desde los Andes a las selvas ecuatoriales o tropicales, pasando por zonas de estepa y semidesierto. Esto es el resultado del manejo y la utilización, tanto de los recursos locales, o autóctonos, como de la apropiada adopción y adaptación de las especies vegetales y animales domesticadas en otros contextos e introducidos a partir de la colonización española y posterior contacto con las culturas agrícolas milenarias de Asia desde donde se introducen alimentos básicos en la actual dieta campesina de América, como el arroz y el mijo.
Por tanto, podemos pensar que una planificación adecuada dirigida a combinar los recursos autóctonos con los introducidos, debe producir una diversidad tal en la dieta de los productores, en las regiones y en la población de los diferentes países que sería la garantía de una autosuficiencia perdurable.
Esto parece una utopía, en el contexto de un modelo social tecnocapitalista postindustrial, que busca la máxima productividad para conseguir el supremo beneficio monetario, que no siempre es reinvertido en la actividad agraria o en el bienestar de los productores. Este sistema desvincula a las sociedades humanas del espacio que habitan y se han convertido en partes de una red global, jerarquizada, que depende de centros de decisión cada vez más alejados de los lugares en que se producen los alimentos.
Dentro del movimiento internacional de protesta contra la globalización del capitalismo, los Centros Internacionales de Investigación Agrícola, algunas universidades americanas, como la de Berkeley en California, o algunas ONG’s que trabajan en América Latina han empezado a apostar por estos modelos de agricultura en consonancia con su medio ambiente y escasamente dependientes del exterior. Quizá en este movimiento está la respuesta que los campesinos latinoamericanos esperan desde hace tanto tiempo y que les permita dejar de pasar hambre.
BIBLIOGRAFÍA.
- CEPAL & PNUMA (1983). Expansión de la frontera agropecuaria y medio ambiente en América Latina. Naciones Unidas- CIFCA. Madrid.
- CUNILL GRAU, P. & RUBIO RECIO, J.M. (1997). Perspectivas Geográficas de América Latina. Seminario de especialización. Departamento de Geografía. Universidad de La Laguna.
- HORTA, H et al (1987). Nicaragua, seen by nicaraguans. Libertas. Leuven – Breda.
- LACOSTE, Y, (1991). Los países subdesarrollados. Oikos tau. Barcelona.
- MENDEZ, R. & MOLINERO, F. (1996). Espacios y sociedades: Introducción a la geografía regional del mundo. Ariel. Barcelona.
- TOLEDO, V.M. et al (1985). Ecología y autosuficiencia alimentaria. Siglo XXI. México.

jueves, 27 de noviembre de 2008

LA CRISIS DEL MEDIO RURAL Y CAMPESINO EN LATINOAMERICA ( y 3)















 
4. LA RESPUESTA VIOLENTA DE LOS EXPOLIADOS: LAS GUERRILLAS CAMPESINAS.

Nos centraremos en el análisis de dos movimientos guerrilleros que surgen en naciones centroamericanas, que comparten ciertas características, pero que difieren en otras.

En Nicaragua, gracias a la ayuda militar y económica de los EE.UU., la dinastía tiránica de los Somoza se mantiene entre 1936 y 1979. Decenas de miles de campesinos fueron asesinados en este período, pero a pesar de esta sangrienta represión, el Frente Sandinista de Liberación Nacional, logra llevar a la rebelión a campesinos, obreros, estudiantes, comerciantes y parte de la Iglesia Católica.

La guerrilla rural tiene en Guatemala su exponente más reciente, a partir de los años sesenta, en contradicción con las guerrillas urbanas de tupamaros uruguayos o montoneros argentinos.

Los movimientos que más encontraron arraigo en las regiones rurales, si exceptuamos la guerrilla castrista, o los históricos movimientos de Sandino, Zapata o Villa, fueron los sandinistas del F.S.L.N. y la guerrilla guatemalteca. No contamos aquí los movimientos peruanos maoistas de Sendero Luminoso, por sus extrañas connotaciones mesiánicas.

Sin embargo, excepto el aún activo E.Z.L.N. de Chiapas y el Tupac Amaru peruano (sacrificado en el asalto a la embajada japonesa durante el mandato del gángster Fujimori), la gran mayoría de los movimientos guerrilleros están formados por blancos y mestizos. Por ejemplo, en Nicaragua o Guatemala, que tienen una población indígena del 40%, sus movimientos guerrilleros carecen prácticamente de indios.

Los campesinos que se adhieren a la guerrilla suelen ser hombres no muy jóvenes, debido a que las mujeres campesinas, por su educación y su concepción machista de la sociedad, están menos dispuestas a comprometerse activamente en un movimiento político. A la causa de la guerrilla rural se adhieren pequeños campesinos, arrendatarios, peones y también personas vinculadas con la Iglesia, como ex-seminaristas, monjes o curas. Debemos recordar en este punto que las F.A.R.C. colombianas fueron fundadas por el cura español Camilo Torres, y el peso que ha tenido la Teología de la Liberación, con representantes como Ernesto Cardenal, Monseñor Arnulfo Romero, Ignacio Ellacuría, Jon Sobrino, Dom Hélder Cámara y otros, que han denunciado activamente las situaciones de injusticia desde un punto de vista cristiano.

Sin embargo, en la población rural, los objetivos revolucionarios y los métodos de lucha de la guerrilla encuentran una receptividad oscilante, que si bien a veces llega a una solidaridad activa (Nicaragua, Cuba), en otros casos como en Perú con el caso de Sendero Luminoso o la tentativa boliviana del “Che”, encuentran en los campesinos a sus peores enemigos.

En el caso de Guatemala, una de las motivaciones posibles al impulso revolucionario fueron los gobiernos de Arévalo y de Arbenz (1944-1954), que había autorizado partidos políticos, sindicatos libres, decretó leyes sociales, disminuyó la influencia del capital extranjero y puso en marcha una amplia reforma agraria, pero que fue derrocado por un ejército de mercenarios entrenados y equipados por la C.I.A.

En Nicaragua se contaba con la referencia de una figura heroica, Sandino, general insobornable que fue apoyado por campesinos y trabajadores y que expulsó a las tropas estadounidenses que ocupaban Nicaragua desde hacia decenios, siendo asesinado por Anastasio Somoza y el apoyo de los “marines” U.S.A.

Significativamente, las zonas donde se inició la reforma agraria de Arbenz en 1952 o el norte y noroeste de Nicaragua, donde Sandino tuvo a sus partidarios, se convirtieron en focos de disturbios sociales y políticos y en las canteras de donde salían los futuros guerrilleros.

En todos ellos, el final es parecido: el FSLN logra que se le unan cada vez más capas de la sociedad hasta el levantamiento general y el triunfo del 19 de julio de 1979.

La primera ley decretada por el gobierno sandinista, el mismo día de la liberación, fue la reforma agraria. Las grandes explotaciones de Somoza y sus compinches fueron nacionalizadas. Los obreros agrícolas, en torno al ATC (sindicato agrario), podían participar en la gestión y recibían un “sueldo social”, mejorándose las escuelas en los campos, los centros de salud, las campañas de vacunación y de alfabetización, la educación de adultos, y la construcción de viviendas, todo gratuito. En paralelo, las organizaciones de masas (AMNLAE, Juventudes Sandinistas19 de julio) movilizan cada año miles de voluntarios para ayudar a recoger las cosechas de café y de algodón.

La segunda fase de la reforma agraria empezó en 1981. La nueva ley estipula que los campos sin cultivar serán repartidos entre los campesinos pobres y sin tierras.

Entre 1981 y 1986, 115.000 familias de las más pobres se aprovecharon de esta nueva ley y recibieron individualmente o en cooperativas el derecho a la propiedad sobre más de 2.240.000 hectáreas de terreno cultivable.

En 1984, la tenencia de la tierra se presentaba de la siguiente manera:

- 22 % propiedad del Estado.

- 63 % grandes propiedades terratenientes

- 14 % pequeñas y medianas propiedades y cooperativas.

Sin embargo, la Revolución nicaragüense fue atacada desde el año 1981, cuando la C.I.A. reorganizó a los antiguos guardias somocistas en la FDN. El Congreso de Estados Unidos, con la presión del presidente Reagan, ponía 19 millones de dólares a disposición de los diferentes grupos de la “contra”.

El país, agotado y cada vez más hundido en la crisis económica, celebra unas elecciones a finales de los años ochenta que gana Violeta Chamorro, al frente de una coalición de partidos antisandinistas: U.N.O. (Unión Nacional Opositora). Esta representante de una de las familias más ricas de Nicaragua y viuda de un político asesinado por Somoza, llegó a la presidencia esgrimiendo el conseguir la paz y la ayuda económica de los Estados Unidos si los sandinistas perdían el poder. Desde entonces, Chamorro pone en marcha la contrarreforma y los siguientes gobiernos, representantes de partidos de la extrema derecha, han vuelto a colocar a Nicaragua en la lista de los países más pobres e injustos de la América Latina. La posterior división del F.S.L.N. y las luchas entre los partidarios del comandante Daniel Ortega, antiguo presidente y Sergío Ramírez, representante del sandinismo más moderado, en nada han ayudado a que la verdadera transición política se culmine en esta nación centroamericana.

En Guatemala, la guerrilla logra aglutinar un movimiento de protesta que se manifiesta en un intento de Golpe en 1960. Los escuadrones de la muerte se ponen en marcha a partir de 1966, y bañan en sangre amplias zonas del país, sobre todo sectores rurales y de población indígena. La guerra sucia llega a las más altas cotas durante el gobierno del general Rios Mont, a principios de los años ochenta.

La paz se firma en los años noventa con representantes del gobierno y de UNRG, y se le concede el Premio Nobel de la Paz a Rigoberta Menchú, defensora de los indígenas y en especial de las mujeres.

Sandino.

martes, 25 de noviembre de 2008

LA CRISIS DEL MEDIO RURAL Y CAMPESINO EN LATINOAMERICA ( y 2)


3. LA SOLUCIÓN INSTITUCIONAL: LA REFORMA AGRARIA.

América Latina ha sido el laboratorio de la reforma agraria. Se han puesto en marchas reformas como la mexicana, tan dilatada en el tiempo; la boliviana y la peruana, con sus grandes contradicciones, o la cubana, una reforma socialista de mayor trascendencia. Las reformas agrarias son la respuesta de los gobiernos a las tensiones originadas por la injusta situación en la que el latifundista ejerce todo su poder sobre las pequeñas comunidades de campesinos con pocas tierras o comunidades indígenas. Por tanto, no afecta a las áreas de agricultura de plantación. En México, en 1910, el 1% de la población detentaba el 97% de la tierra, por tanto el 96% de la población poseía sólo el 1% de las tierras. Los expolios de tierras se veían amparados por las leyes de Porfirio Díaz. Según la de 1883, los colonos pueden denunciar tierras vírgenes y constituir compañías agrícolas, y tras la firma de un contrato con el estado recibir un tercio de las tierras denunciadas y opciones sobre el resto hasta el límite de las 2.500 hectáreas. Esta ley, concebida para la atracción de inmigrantes, tuvo grandes repercusiones en los campesinos. Las comunidades aldeanas no poseían títulos de propiedad, y en consecuencia se vieron obligados a declarar sus tierras de labor como vírgenes para percibir un tercio, pero al no tener dinero para comprar el resto, la ley se convirtió en el amparo de los especuladores para dejar a los indios sin tierras. La corrupción y las argucias semilegales, unidas a la ley de 1893 que acababa con el límite de las 2.500 hectáreas, propiciaron la formación de propiedades inmensas: el magnate de la prensa estadounidense, Hearst, poseía gran parte del estado de Chihuahua, y los latifundios se delimitaban por meridianos y paralelos. La insurrección contra Porfirío Díaz, es encabezada por líderes campesinos como Emiliano Zapata y Pancho Villa. En el Plan de San Luis, Madero se compromete a la restitución de las tierras despojadas. Emiliano Zapata publica en 1911, el Plan de Ayala, que marca la devolución de tierras, bosques y aguas y el derecho de los campesinos a defender sus propiedades con las armas, así como la entrega de los usurpadores a los tribunales. En 1912, se produce la primera restitución de ejidos, (propiedades comunales tradicionales, que serán la célula básica de la reforma agraria), y se ocupan muchas haciendas. La respuesta violenta de los latifundistas conduce a las míticas cabalgadas de las partidas guerrilleras. Las fuerzas que habían derrocado a Díaz eran demasiado heterogéneas, ya que Zapata y Villa quieren hacer una revolución social y Madero se conforma con una democracia liberal, por lo que la revolución toma nuevos impulsos, aunque acaba imponiéndose Carranza, títere de los Estados Unidos. En 1916, se convoca la Asamblea de Querétaro. El Artículo 27 de la Constitución establece la restitución de las tierras, la ayuda a los minifundistas y el fraccionamiento de la gran propiedad, a la que se le limita la extensión. El asesinato de los líderes revolucionarios conduce a que la reforma agraria evolucione con lentitud hasta la llegada de Lázaro Cárdenas(1934-1940), que impulsa la entrega de tierras a los campesinos y aumenta las nacionalizaciones, para eliminar la dependencia del exterior. Tras Cárdenas, la reforma agraria vuelve a ralentizarse y los dirigentes del P.R.I. (Partido Revolucionario Institucional), convierten a México en un país cada vez más dependiente del extranjero. Se inició incluso una contrarreforma agraria en el gobierno de Alemán, para declarar minifundio la propiedad que no pasaba de 100 hectáreas, “húmedas” o regadas. Se añade también una disposición a la Constitución de 1917, que permite a los gobernantes conceder grandes cantidades de tierra a particulares cuando se creyese conveniente. Todo este proceso culmina en los años noventa del siglo veinte con el alzamiento zapatista en la selva Lacandona y el Estado de Chiapas, en el que un movimiento guerrillero que se declara heredero de Zapata, pero con influencias sandinistas y castristas, se levanta contra el poder omnímodo del Partido Revolucionario Institucional, gobernante desde los años treinta y símbolo de la corrupción y del asesinato político, hasta el punto de provocar su caída en unas elecciones.
Analizaremos ahora la reforma agraria chilena, otro experimento interesante, si se analiza las circunstancias políticas y sociales en las que se actuó. A mediados del siglo veinte, el 6,9 % de las explotaciones chilenas controlaban el 81,3% de la superficie agropecuaria nacional. Había estancias ganaderas que superaban el millón de hectáreas. A la llegada al gobierno, Allende, en 1970, cuando es elegido por el Congreso y con una delicada política de alianzas, se encuentra con una situación económica crítica, con un presupuesto deficitario y una deuda exterior de más de dos mil millones de dólares. Sin embargo, uno de sus primeros objetivos era la reforma agraria, en la que actúa con gran urgencia. Todos los proyectos de ley de Allende, se enfrentan a un Congreso hostil, en el que está en minoría, con constantes llamadas al orden legal anterior, e incluso constitucional, por lo que la reforma agraria se desarrolla cuidadosamente, aplicando criterios de baja rentabilidad de los minifundios de asentamiento previstos por Frei en 1965. Establecen la concentración de parcelas y organizan un servicio de maquinaria, para tipos de explotación semicolectiva. Al mismo tiempo, rebajan las 80 hectáreas de regadío que había establecido Frei como latifundio y a partir de 1971 se crean centros de reforma agraria y de trabajo colectivo, sin perder de vista los márgenes marcados por la Ley Frei. El ministro de agricultura, Jacques Chonchol, habla de asignar, después de un período transitorio la tierra a los campesinos, generalmente, en sistema de propiedad cooperativa de los terrenos de producción, mientras que la casa y el huerto serían de propiedad familiar y los centros de demostración quedarían en manos del Estado. Se intentó consolidar la dimensión familiar de la propiedad agraria, potenciar la vertiente colectiva y el Estado se encargaría de la promoción en los centros piloto, sin que ello signifique la propiedad estatal de la tierra. A finales de 1972, el 50% de las tierras cultivables habían sido redistribuidas y los grandes propietarios han perdido su posición hegemónica, pero el golpe de estado de Pinochet lleva aparejada una contrarreforma apoyada por la represión y el terrorismo de estado, en la que se devuelve a los antiguos propietarios la mayoría de las tierras expropiadas desde 1965.
La reforma agraria cubana se entiende dentro del triunfo de una revolución de corte socialista, que no sólo quería cambiar a los campesinos, sino a toda la sociedad. Como en sus antecedentes históricos más similares, la Revolución Soviética de 1917, y la fundación de la República Popular China en 1949, la reforma agraria define, por su importancia, la orientación del proceso revolucionario. La primera iniciativa, de mayo de 1959, es de corte reformista, con límites altos para fijar el umbral de la expropiación (400 Ha), a cambio de una indemnización a los antiguos propietarios. La tierra se distribuiría en lotes individuales a los campesinos sin tierra. A pesar de todo ello, las compañías azucareras estadounidenses no están de acuerdo, y la prensa yanqui acusa al gobierno cubano de amenazar los intereses económicos de los Estados Unidos, paralelamente a que se organizan en Florida las primeras tentativas de invasión y el entrenamiento de exiliados anticastristas. En 1960, Eisenhower ordena reducir la cuota azucarera y en agosto se remodela la reforma agraria. Mientras que René Dumont, ingeniero agrónomo francés de corte marxista conocido por sus trabajos en pro de la agricultura del Tercer Mundo, en especial de África, estimaba que el modelo más adecuado a Cuba era el de las cooperativas chinas, Che Guevara rechazaba esto y combinó la parcela familiar y la granja estatal, promovida por el Instituto Nacional de Reforma Agraria. Dumont critica esta opción, ya que le parece excesiva la intervención del estado, que implica mayor burocracia, subida de salarios agrarios pero no de producción y un gasto inútil de divisas. En 1963 se vota una ley de reforma agraria que prevé la nacionalización de todas las propiedades de más de 67 hectáreas, la creación de granjas estatales similares a los sovjoses (granjas estatales soviéticas), que llegan a ocupar el 70% de la superficie y se fijan criterios de producción dentro de los planes quinquenales, como 10 millones de toneladas de azúcar para la zafra de 1970.

lunes, 24 de noviembre de 2008

LA CRISIS DEL MEDIO RURAL Y CAMPESINO EN LATINOAMÉRICA


Ayer se celebraron elecciones municipales y estatales en la República Bolivariana de Venezuela. El Partido Socialista Unido de Venezuela, el partido del Presidente Hugo Chávez las ha ganado, pero ha perdido en algunos estados, en especial Zulia, Miranda, Nueva Esparta y también ha perdido la alcaldía mayor de Caracas, la capital.
A raíz de esto, publico, en varias entregas, un trabajo de 2001 sobre la situación de los agricultores en América Latina.

INTRODUCCIÓN.

En este trabajo pensamos abordar los problemas a los que se ha enfrentado y se enfrenta la agricultura y los campesinos de América latina, estableciendo un panorama general y describiendo algunas de las soluciones que se han planteado, desde la vuelta a los sistemas tradicionales de cultivo, a las soluciones revolucionarias ejemplificadas en algunos movimientos guerrilleros que han actuado en diversos países americanos.
Desde nuestro punto de vista de geógrafos, pensamos que el territorio es un producto social, porque soporta desde hace miles de años a sociedades humanas que han tenido que habitarlo, construir edificios, vías de comunicación, roturar, parcelar y cultivar.
Estas actuaciones son resultado de la sociedad de cada tiempo, que intercambia energía con el geosistema y maneja ciertos recursos, canaliza determinados flujos de materia y energía en provecho propio, con un carácter, sostenible o insostenible, según la sociedad sea rural o urbana.
Lo urbano difiere de lo rural, y por tanto, de lo campesino, en la finalidad de ambos sistemas y en la intensidad de su intervención en la naturaleza.
Las sociedades urbanas, pierden en gran medida su finalidad de productores de alimentos, para ser los que deciden sobre su comercio y sus consumidores. Lo urbano se alimenta del flujo que le llega desde lo rural.
Analizaremos aquí solamente los problemas a los que se enfrentan los productores de alimentos de América Latina y daremos unas soluciones que nacen de la observación de las huellas de la historia en el territorio, que deben ser fuente de inspiración para los planificadores, de creatividad para nuevos proyectos que reinterpreten el espacio y a sus gentes.
El territorio hay que observarlo como una realidad formal, dinámica y resultado de los procesos dialécticos de la Historia.

Independencia de las naciones latinoamericanas.



1. LA AGRICULTURA DE AMÉRICA LATINA: PANORAMA PRELIMINAR.

En muchos países de América Latina los campesinos todavía son un gran porcentaje de la población, y en muchos de ellos, los problemas de la agricultura siguen siendo un obstáculo para su verdadero desarrollo:
- Subproducción agrícola, por culpa de las técnicas empleadas, los equipamientos inadecuados, en espacios que han sido profundamente transformados por las sociedades que los habitan desde hace siglos.
- Problemas relacionados con la forma de apropiación de los medios de producción, las relaciones de producción entre dueños y campesinos sin tierra, y, sobre todo, el reparto de beneficios entre los trabajadores, los propietarios y los que comercializan los productos agrícolas.
Se suele aceptar que en los países de América Latina, la productividad media es baja, ya que mientras un agricultor norteamericano puede alimentar a 40 personas, uno del Brasil sólo alimenta a seis, lo que se agrava cuando el brasileño debe contar con mano de obra no censada, es decir, con su mujer y sus hijos, para sacar adelante su producción.




El otro problema, el del despojo por parte de los poderosos de la propiedad de la tierra, es evidente en Latinoamérica, donde el fenómeno de los Latifundios es manifiesto: el 1,5 % de las explotaciones agrícolas disponen del 50% de las tierras cultivables. Este acaparamiento es tanto o más chocante, debido a que estas grandes haciendas son parcialmente explotadas y además de una forma muy extensiva. 
Esto impide que se produzca un elevado rendimiento por hectárea, pero asegura la riqueza a sus propietarios que poseen miles y miles de hectáreas. Para llevar a cabo una revalorización más intensiva que pudiera dar más trabajo a la mano de obra, hay que invertir más, pero los propietarios están poco interesados en ello, porque las salidas de los productos son escasas y sujetas al vaivén de los mercados internacionales. En la actualidad, gran parte de las haciendas está sin cultivar, mientras que los jornaleros están desempleados durante meses.
Los pequeños campesinos no tienen suficientes tierras para cubrir sus necesidades básicas. En Brasil, el 50 % de los propietarios de tierras sólo poseen el 5 % del suelo.
Si a esto unimos el enorme crecimiento demográfico, que provoca grandes tensiones en los medios rurales y urbanos, las respuestas son explosivas.

Arada tradicional con bueyes.
Allí donde la presión sobre la tierra era mayor, las tensiones se despertaron pronto, como sucedió en Méjico que inició una reforma agraria en 1915. En el resto de naciones no se abordó hasta pasada la primera mitad del siglo XX, cuando la presión sobre la tierra se hizo insostenible. Pero las reformas emprendidas, cuando no fracasaron, o fueron frenadas por las armas o resultaron insuficientes, por lo que el campesino emigró en masa a la ciudad, ayudado por la industrialización producida entre 1940 y 1970, que aumenta las posibilidades de trabajo en las urbes, por lo que los espacios urbanos latinoamericanos crecen desmesuradamente y se producen en ellos inmensos problemas de todo tipo: infravivienda, ausencia de equipamientos básicos, marginación social, delincuencia y criminalidad arraigadas.
Gran parte de la agricultura tradicional está en crisis, y la agricultura industrial, propiciada por la Revolución Verde, avanza expulsando a los campesinos tradicionales de sus predios y destruyendo el medio natural, como en el caso del Chaco argentino – paraguayo, donde la gran empresa extranjera y el gran latifundista, frente a la demanda creciente de ciertos recursos, como el tanino, lo agota, sale del mercado y del ciclo de producción, abandonando las tierras, que se exponen a los agentes de erosión y al deterioro ambiental.
El Chaco paraguayo es uno de los lugares donde la deforestación avanza a más velocidad.

Los productores de subsistencia y minifundistas, que cultivan más intensamente, pero en mayor ajuste con el medio ambiente, son rodeados por los latifundistas mercantiles, hasta el punto que se ven obligados a sobreexplotar sus tierras hasta que se agotan y deben abandonarlas y morirse de hambre o emigrar.
En otros puntos de América Latina, como la Amazonia brasileña, hay disputas por la tierra, como por los 50 millones de hectáreas en la cuenca de los ríos Tocantins y Araguaia, en el Sureste de Pará, Norte de Goiâs y Oeste de Maranhâo, cuando, tras abrir la carretera Bêlem- Brasilia y la Transamazónica, la indefinición a la hora de demostrar jurídicamente la propiedad de la tierra conduce al conflicto entre emigrantes, grandes empresas agropecuarias, incentivadas por el estado y pobladores tradicionales (caucheros y recolectores de juvias).

Bueyes pastando en Tocantins.
Estos conflictos desembocan en violencia, dibujando una tragedia sobre el escenario natural de la región amazónica, con varios actores: usurpadores de tierras vinculados al poder político y a los terratenientes, asesinos a sueldo, policías, poder judicial, y la Iglesia Católica que ha tomado parte por los campesinos más desfavorecidos. Aunque el gobierno ha actuado, en teoría para apoyar a los que trabajan la tierra directamente, sus resultados no han sido buenos y se han encontrado con la oposición de los campesinos sin tierra y su aliada, la Iglesia Católica. Esperemos que el triunfo del representante del Partido de los Trabajadores “Lula” Da Silva en las pasadas elecciones transformen de verdad la realidad agraria de esta nación.

2. MOVIMIENTO COLONIZADOR Y FRENTE PIONERO.
En muchos casos, por ejemplo, en Guyana o en Venezuela, el paisaje se está convirtiendo en un inmenso invernadero. Los frentes pioneros, ayudan a la deforestación del bosque tropical húmedo, como en Rondonia, que en 1987 había sufrido la desaparición de un 17% de la selva. Sin embargo, esto no ha logrado aliviar la presión sobre la tierra en las áreas más pobladas, ya que sólo medio millón de colonos se establecieron entre 1970 y 1980 en toda la Amazonía brasileña.
En los frentes que son gestionados por los campesinos, la falta de infraestructuras, la lejanía, la falta de apoyo financiero y la inexistencia de un mercado eficaz donde colocar sus producciones, los ha obligado a practicar una agricultura de subsistencia, basada en el millo, el arroz, la mandioca y la caña de azúcar, en unos suelos poco fértiles y muy inestables, que se vuelven estériles año tras año, y que provocan el abandono final de las explotaciones.

Las oligarquías de terratenientes, han mantenido el poder desde la Independencia hasta nuestros días, cuando algunos gobiernos de progreso se han asentado políticamente en la región.

Muchos frentes pioneros han sido propiciados por multinacionales como McDonald’s y se han beneficiado de la modernización agraria, es decir de la Revolución Verde. Estas empresas y muchos grandes propietarios han encontrado inmensos beneficios económicos en las nuevas condiciones de producción, como la mecanización, el uso de semillas transgénicas, fertilizantes, pesticidas y riego industrial. Respaldados por grandes empresas multinacionales, como Monsanto, Rhone Poulenc, Dupont, Bayer o Basf que los han llevado al endeudamiento para adquirir los insumos necesarios, han creado nuevos monocultivos de soja, frijoles secos o sorgo, en Brasil, Paraguay y Noroeste de Argentina. 

La mayoría de estos productos no están enfocados a la alimentación directa humana, sino que se convierten en piensos que alimentan ganado, vacuno sobre todo, que acabará convertido en una hamburguesa que será consumida por cualquier ciudadano obeso del primer mundo.

¿Merece la pena?

En otros casos, la perversión del sistema ha sido tal que en Perú, Bolivia o Colombia, las inversiones estatales y de organismos internacionales han propiciado una actividad agraria desarrollada a partir de las vías de comunicación fluviales y de las nuevas carreteras, pero favorecieron la expansión de los cultivos de coca y marihuana. Hoy se planta de manera masiva, para extraer cocaína, siendo el cannabis y la adormidera los cultivos más rentables para unos campesinos esclavizados por las mafias y embrutecidos por el hambre, la miseria y la violencia. En Perú los cultivos de coca rondan las 105.000 hectáreas, altamente tecnificados y controlados por las bandas narcotraficantes .

En Bolivia, los cultivos de coca se propiciaron en las cercanías de Potosí, en la cuenca del río Pilcomayo, enfocados al gran mercado de los mineros del Cerro Rico, que consumen grandes cantidades para aguantar el ritmo de trabajo. En Colombia, los cultivos de coca amenazan las áreas protegidas de los Parques Nacionales, ante la pasividad de muchos de los funcionarios, cercados por el miedo o complacientes gracias a la corrupción. En otros sectores, la guerrilla de las F.A.R.C. (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y el E.L.N. (Ejército de Liberación Nacional), ha utilizado los cultivos de droga como fuente de financiación, y los ha impulsado y defendido en las regiones “liberadas”.



sábado, 22 de noviembre de 2008

Vacas Sagradas


La Unión India acaba de poner en órbita lunar la sonda Chandrayaan 1 (Vehículo lunar en sánscrito), un artefacto que orbitará sobre nuestro satélite durante dos años, y después será sustituida por la Chandrayaan 2. Se espera que durante dos años, estudie la superficie lunar para realizar un mapa completo de la topografía en tres dimensiones, así como de las características químicas. Tiene especial interés el estudio de las regiones polares, ya que se sospecha que pueden contener agua en forma de hielo. Bharat, la India, es el segundo país más poblado del mundo, con 1.100 millones de habitantes estimados en 2004, ocupa una superficie de 3.287.590 km² (casi seis veces y media la superficie de España). Un país tradicionalmente regido por un sistema de castas, que ha tenido a una mujer durante muchos años como Primera Ministra (Indira Gandhi), y que en la actualidad tiene una Presidenta, Pratibha Patil. Un estado federal compuesto por 28 estados, y seis territorios de la Unión.
Históricamente, la India fue una nación agrícola, que producía algodón, té, café, bambú, y sobre todo arroz y trigo para alimentar a su inmensa población. Un país azotado por hambrunas periódicas, que a partir de los años ochenta se ha ido conformando como una potencia industrial de primer orden, por lo que la visión de una país de rajás y marajás que cazaban el tigre sobre elefantes y de trenes de carbón abarrotados de pasajeros, ha ido dando paso a una nación con poder atómico, que cuenta con cientos de centrales hidroeléctricas, con una industria del automóvil que exporta a toda Asia, y que por último, cuenta con un ambicioso programa espacial propio.
Esto me hace recordar que hace unos años, a los españoles nos sorprendía que el hinduismo, la religión mayoritaria de la India prohibe comer, incluso matar vacas, ya que las consideran sagradas.
Nosotros, carnívoros sociales, donde incluso los pequeños atisbos de vegetarianismo son mal vistos, no entendíamos esa postura. Hace poco, al releer uno de mis libros de viajes preferidos, tuve ocasión de recordar a un antropólogo social, padre del materialismo cultural, que estudió este caso en un capítulo de su libro Vacas, cerdos, guerras y brujas (1976): Marvin Harris.
Harris, ya fallecido, analizaba las causas por las que no se comían a las vacas. La principal es quizá que son una sociedad eminentemente vegetariana, pero hay más:
  • Las Vacas indias excretan grandes cantidades de estiércol, que se recupera, bien como fertilizante, o, una vez seco, como combustible para cocinar. Ese combustible, que arde sin humo y con una llama sólida, equivale a 27 millones de Toneladas de queroseno, 35 m. de Tm. de carbón o 68 m. de Tm. de madera. La India no posee reservas de petróleo o carbón, y sufre una profunda deforestación.
  • Los animales que mueren de vejez o enfermedad, son aprovechados por las castas inferiores que trabajan su cuero.
  • Las vacas paren a los bueyes, la principal fuente de tracción del campo indio.
  • Una vaca cebú proporciona poca leche en comparación con las vacas europeas o americanas,(frisonas, longhorn, jersey), pero tiene más grasa, lo que permite obtener una mantequilla (ghee), que es la grasa fundamental para cocinar.
  • Las razas cebú, son las únicas vacas capaces de soportar la larga sequía y altas temperaturas pre monzónicas, al mismo tiempo, los búfalos de agua están adaptados a trabajar y moverse por los arrozales inundados.
  • Las vacas indias se alimentan de pastos que serían incomibles por otras razas (algo parecido pasa con las razas canarias de cabras en comparación con las razas continentales). Comen hierba de borde de caminos, rastrojos, desperdicios, paja y cáscaras de de arroz y salvado de trigo.
En fin, que mientras que un solomillo dura lo que dura, la vaca viva es mucho más útil para los campesinos de la India.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Opinar Criticamente


"El neoliberalismo nos ha llevado a un individualismo exacerbado, que está conduciendo a la destrucción de las personas como seres solidarios, se ha creado una sociedad de lobos, donde los demás son competidores a los que hay que destruir"
Un cita digna de un congreso sindical obrero.
"En nuestra agricultura hay productos que pueden tener repercusión medicinal. Puede ser que venga una transnacional como Monsanto (una de las más grandes del mundo) y los patente, ¿y que podemos hacer nosotros? Eso es lo que están haciendo en la India. Son cuestiones que se deben considerar"
Un cita que parece sacada de una revista de Greenpeace.
"Hoy se hace valer a las personas por la capacidad que tienen para consumir y para comprar todo lo que la propaganda le presenta. Pero la felicidad no viene de comprar, ni de llenarse de cosas"
Un cita que pudo ser extraída de cualquier discurso de un líder anti sistema.
Pues no. Son citas de una entrevista realizada el 27/07/07 a un Cardenal de la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana. Son citas de Oscar Andrés Rodriguez Madariaga, religioso salesiano de Honduras.
Pero si tachaste en la casilla las posibilidades del sindicato obrero, de un grupo ecologista, o de estar en contra del sistema, a lo mejor también acertaste.
Esto demuestra lo sesgada que es a veces la información en este mundo occidental en el que vivimos. La Iglesia solamente aparece en los medios como un dinosaurio condenado a la extinción, feo, grande, prepotente, lleno de arrugas y que da miedo.
La verdad os hará libres. Por eso no se dejen dirigir por personas que representan intereses políticos, intereses empresariales o de cualquier otro tipo. Déjense guiar por su conciencia, pero para que una conciencia de señales correctas, debe estar educada, debe tener conocimiento y visión crítica.
La doctrina social de la iglesia no es algo nuevo, porque está presente en el Evangelio. La visión de un hombre que se relacione con su entorno sin destruirlo me parece atisbarla en San Francisco, y la evidencia de que nuestra sociedad no se puede basar simplemente en el materialismo, ya lo planteó Jesús en su caminar por Palestina.
¿Es nuevo para la Iglesia el camino universal de todos los pueblos de la Tierra? ¿O la importancia de la educación para crear jóvenes capaces de transformar el mundo legado por sus padres?
Me da pena de que las criticas giren en torno de tres o cuatro cuestiones que se repiten como las serpientes de verano o las apariciones del Yeti.
Tampoco hay que dormirse en los laureles y en la autocomplacencia soberbia, porque eso sí que es malo. Hay que trabajar y caminar con las personas.
Y , por cierto, a los que condenan al Papa Benedicto XVI de carca y conservador, que se lean las conclusiones de la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano en el Santuario brasileño de Nuestra Señora APARECIDA, conocido como Documento de Aparecida, celebrado en 2007.
"Por tanto, id, e instruid a todas las naciones, en el camino de la salud, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo:
Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado: y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén. (Mateo, 28. Vers. 19 y 20)






domingo, 16 de noviembre de 2008

Las Medianias Altas de Arafo


Gran parte del sector de las Medianías Altas del municipio de Arafo se pueden encuadrar dentro del territorio de un Espacio Natural Protegido por el Texto Refundido de las Leyes de Ordenación del Territorio de Canarias y de Espacios Naturales Protegidos, D.L. 1/2000, de 8 de mayo: el Paisaje Protegido de las Siete Lomas.
Dicho espacio es compartido con los otros municipios del Valle de Güímar. Candelaria y Güímar. Arafo representa el 45´5% de este espacio natural de 1013’9 Has, es decir, 4,61 Km. cuadrados, lo que supone un 13,6 % del territorio municipal.
Este espacio está constituido por una serie de lomas y barrancos (Amance, Añavingo, Gambuesas, Afoña, Tapia), bastante encajados y que forman parte de la cuenca hidrográfica de Arafo, encuadrada entre los malpaíses de Media Montaña y del Volcán de Las Arenas.
Ya cuenta con un Plan Especial de Ordenación con aprobación definitiva, por el Gobierno de Canarias (número 2004/194 de 6 de octubre de 2004) por lo que todas las acciones a emprender en este espacio deben estar en consonancia con las normas emitidas por las autoridades competenciales en materia de medio ambiente y espacios protegido de la Comunidad Autónoma de Canarias.

Chivisaya: los matorrales dominan el paisaje, salpicado por pinos dispersos.
Posee una importancia histórica y paisajística vital dentro del conjunto de la armonía geosistémica del Valle de Güímar, y también importantes recursos hídricos, con 10 galerías en su interior que llegan a generar excedentes hídricos que son exportados al exterior del municipio y del Valle, aforando un total de 41 litros de agua por segundo de media.
El suelo de este espacio ha sido aprovechado por los campesinos para el cultivo, que han tenido que sorribar taludes y laderas, levantando paredes y removiendo los materiales, lo que ha mejorado la capacidad agrológica de estos suelos. La mayor parte del sustrato geológico está compuesto por pumitas de variado espesor y granulometría pero también hay una importante presencia de coladas basálticas recientes y poco alteradas en el sector de Los Loros y Chivisaya, o en Las Vigas, Lo de Ramos y Perdomo. Asimismo encontramos imprtantes depósitos de arcillas poco evolucionadas que forman los barreros de Lo De Carta o La Granja.
Los sustratos de capacidad moderada para el cultivo los localizamos en La Granja y El Pinalete, con bancales de pequeño tamaño.
Los de capacidad baja, debido a las fuertes pendientes y al diminuto tamaño de las parcelas, se encuentran en Gorgo, y Galván, donde todavía existen parcelas dedicadas al cultivo, pero también pendientes muy erosionadas sobre planchas pumíticas de diverso espesor. El abandono de las tierras trae consigo el inicio de procesos de degradación y pérdida de suelo.

Las zonas cumbreras del municipio.
Los sustratos de capacidad muy baja, suelos sobre depósitos de barrancos y derrubios de ladera, así como suelos pardos, sólo son aptos como pastizales y matorrales forrajeros, tales como escobones, codesos y tederas, y se encuentran principalmente en el lomo de La Granja, y Chivisaya.
Los suelos improductivos incluyen las zonas más abruptas de los barrancos antes mencionados y las coladas recientes del Volcán de Las Arenas y de la Media Montaña.
En cuanto a la vegetación, resaltar la presencia de sabinares, como formaciones abiertas, sobre cornisas y laderas del barranco de Añavingo, Gambuesas o Amanse. Junto a las sabinas (Juniperus turbinata ssp canariensis), encontramos acebuches (Olea europaea ssp cerasiformis) y almácigos (Pistacia atlántica). Estas zonas constituyen sectores arbustivos cerrados, donde los árboles antes mencionados destacan sobre arbustos de menor tamaño, como el granadillo (Hypericum canariense), el jazmín de monte (Jasminum odoratissimum), la leña negra ( Rhamnus crenulata) y poleo salvaje (Bystropogon canariensis). Abundantes en las laderas son las cerrajas (Sonchus gummifer, Sonchus acaulis), y la palomera (Pericallis lanata) así como la efímera primaveral Romulea columnae. En los bordes cercanos a los pinares o espacios en expansión de esta formación vegetal, hallamos tomillares (Micromeria varia) y jaguarzos (Cistus monspeliensis)
En las zonas más degradadas, encontramos los típicos matorrales de sustitución, que colonizan las antiguas huertas abandonadas, compuestos por incienso perro (Artemisia thuscula) y vinagreras (Rumex lunaria).
En los barrancos de Añavingo, Amanse, Las Gambuesas, Los Eres y La Laja, encontramos restos de las formaciones termófilas del Monteverde canario, como son los madroños (Arbutus canariensis), acebiños (Ilex canariensis), mocanes (Visnea mocanera), palo blanco (Picconia excelsa), faya (Myrica faya), follao (Viburnum tinus ssp rigidum).

Teneriffa: Los Hermosas
Zona de medianías altas.
Aquí, el estrato arbustivo y el herbáceo cuenta con especies destacadas, como la capitana (Phyllis nobla), o la cresta de gallo (Isoplexis canariensis).
El pinar que encontramos en Arafo dentro de las Siete Lomas, es fundamentalmente de repoblaciones realizadas en los años cincuenta, sesenta y setenta del S. XX, en Los Frailes, La Laja y Barranco San Pedro y sobre las coladas del Volcán de Las Arenas, donde se combina con especies más propias del estado de colonización vegetal.
Estas últimas lavas, además de ser las más recientes, cuentan con la particularidad de ser las menos evolucionadas, puesto que el sustrato rocoso de 300 años de antigüedad no es idóneo para el desarrollo de árboles como el pino. Sin embargo, en zonas de acumulación de finos de escorrentía, o sectores donde la capa de basalto se adelgaza, es posible encontrar ejemplares de pinos de buen tamaño, acompañados de Rumex lunaria y el helecho Pteridium aquilinum.
Otros sectores están compuestos de pinares naturales, asociados al avance del pinar sobre antiguos campos de cultivo abandonados o sectores escarpados que escaparon de las talas pasadas y que se han conservado. En estos sectores, el pino aparece acompañado de su cortejo florístico típico, compuesto por escobones (Chamaecytisus proliferus), jaras (Cistus symphitifolius), codesos (Adenocarpus foliolosus) y ocasionalmente, en zonas más umbrosas y húmedas, fayas, brezos, aceviños y palo blanco. Estos sectores naturales de pinos, con grandes pinos tea se encuentran en los barrancos de Añavingo, Amanse y sectores traseros de Los Frailes. s
El pinar avanza a buen paso sobre sectores agrícolas que ya no se trabajan, formando bosquetes que salpican el espacio, y en donde la sucesión vegetal avanza a buen ritmo debido a la alta calidad y fertilidad de esos suelos.

Caldera De Pedro Gil, Montaña de Las Arenas y Pico del Valle, rodeados de pinares.
Mención especial hay que hacer a ciertas plantaciones de árboles que como el castaño y los alcornoques (Castanea sativa y Quercus suber), han tenido hasta hace poco tiempo un interés económico evidente, pero que se han abandonado y la vegetación natural empieza a colonizar estos lugares.
En cuanto a la fauna, no existen hábitats exclusivos, pero la variedad de hábitats traen consigo una fauna relativamente rica y diversa.
Encontramos las tres especies de reptiles endémicos de mayor distribución, que son bastante abundantes: lagarto tizón (Gallotia galloti galloti), perenquén (Tarentola delalandii) y lisas (Chalcides viridanus). De las tres, la lisa es la más escasa, ya que se restringe a zonas de cultivos y pastizales con mayor humedad, así como a sectores rocosos que mantengan cierta humedad durante todo el año. En la Cueva de Arafo se halló un yacimiento paleontológico a 600 metros de altitud en el Barranco de Amance, que albergaba restos fósiles del extinguido Gallotia Goliat.
Importante es también la presencia de cinco rapaces: aguililla (Buteo buteo insularum), cernícalo (Falco tinnunculus canariensis), gavilán (Accipiter nisus), y las nocturnas búho chico (Asio otus) y coruja (Tyto alba).

Valle de Güímar con las zonas altas de Arafo cubiertas de pinares.
En cuanto a los murciélagos, destacar la presencia del orejudo canario en el Barranco de La Piedra Cumplida (Plecotus teneriffae), y del nóctulo pequeño (Nyctalus leisleri) y rabudo (Todarida teniotis) en casas de campo del municipio.
La fauna introducida se compone principalmente de erizo moruno, la musarañita, conejos, ratón doméstico, ratas y gatos asilvestrados, que ejercen fuertes presiones sobre la vegetación natural (conejo) y que ponen en peligro la nidificación de ciertas aves (gatos y ratas).
Destacaremos que en ciertos sectores del Pinalete y de los Frailes hay una importante presencia de la ornitofauna forestal, compuesta por banderitas (Regulus regulus), chirreros (Parus caeruleus), pinzón vulgar (Fringilla coelebs).
En los frailes se suele observar con frecuencia el pinzón azul (Fringilla teydea teydea).También en un sector de pinar entre el Volcán y el Pinalete se podría encontrar nidificando el gavilán, rapaz típicamente forestal pero que en su afán de cazar otros pájaros sale de sus ámbitos habituales. Parejas de aguilillas nidifican en el Barranco de la Piedra Cumplida, así como las corujas en el de Añavingo. Hemos observado en la zona por encima de Media Montaña algún que otro pico picapinos ( Dentrocopos major).

Media Montaña
La presión a la que ha sometido el hombre a este espacio es bastante evidente, en los campos de cultivo, o en la explotación de galerías que acabaron con los regatos e hilillos de agua que solían discurrir por los barrancos de Arafo o a las numerosas fuentes que recogen los documentos históricos.. La disminución de caudal de muchas de estas galerías y pozos avisa del descenso del nivel freático.
El patrimonio cultural está representado por elementos relacionados con las actividades agrarias, como alguna era, casas de labor tradicionales, entre las que destacan los conjuntos de La Granja y Lo de Carta, hornos para secar fruta, y sobre todo una densa red de caminos, la mayoría de los cuales se encuentra en estado de abandono y ruina, cubiertos por la vegetación, sin señalizar, cuando no ocupados por elementos de las fincas privadas lindantes
El abandono de tierras agrícolas, sin embargo, ha permitido el avance de ciertas formaciones vegetales, sobre todo el pinar, y la recuperación de los fondos arbustivos de barrancos y de algunas laderas.
En los últimos veinte años se ha producido una importante transformación del paisaje agrícola de este espacio, que se construyó en otras épocas en las que la escasez, el hambre y la búsqueda de todo tipo de recursos en el medio natural era un imperativo para la supervivencia.

Pinares repoblados.
De esos momentos pasados nos quedan huellas en el paisaje, como bancales, senderos, cuartos de labor, caminos empedrados, charcas, atarjeas: el espacio era un lugar donde hombre y naturaleza coevolucionaban juntos.
Sin embargo, la ocupación humana actual, plasmada en ciertos sectores, como el borde de la carretera Arafo- La Cumbre, se traduce en una serie de viviendas de carácter diseminado, así como de instalaciones de tendido eléctrico y telefónico aéreo, el abandono de los bancales que no pueden servir como solar edificable, y también el mal estado de algunos senderos y caminos tradicionales, frente al uso y abuso de los caminos asfaltados. Estas viviendas se ocupan muchas veces por foráneos del municipio que ante las mejoras de las vías de comunicación, se sienten cómodos viviendo en un entorno rural a poca distancia de su núcleo urbano de trabajo.

Las medianías de Arafo están sometidas a una fuerte presión de construcciones en el suelo rústico desde hace algunos años.