viernes, 8 de febrero de 2013

Navegantes antiguos en el Atlántico



Puede ser que la exploración en aguas del Atlántico se desarrollara ya en los años del primer milenio, sobre el 1.100 antes de Cristo, cuando a los fenicios (tirios más concretamente) se les atribuye por la tradición clásica la fundación de Cádiz en primera línea de mar, en una de las bahías más aptas para el fondeo de naves de todo el Mediterráneo Occidental.


Gadir (Cádiz), creció rápidamente, heredando la tradición de sus fundadores: el comercio y la pesca. Pronto fueron capaces de equipar sus propias flotas y ampliar su comercio, incluso en la costa africana. Sin embargo no existe un registro histórico de sus descubrimientos.

Cádiz, la Gadir fenicia, importante base comercial e industrial
en el Atlántico, y nudo de las comunicaciones entre África, Europa
y el Mediterráneo.

Cartago, una colonia más joven, pero vinculada durante mucho tiempo a su metrópoli, Tiro, llegó a ser más poderosa, e incluso inició empresas de mayor calado que han llegado hasta nosotros, como la de Hannón El Navegante. Pero tras su enfrentamiento militar con Roma, se eclipsó su estrella y al final desapareció, como su madre, Tiro, mientras que Cádiz, aunque ya no como colonia eminente, continuó existiendo, hasta nuestros días. 

La flor y nata de las flotas de Cartago recorrieron grandes extensiones de mar y según Diodoro Sículo, llegaron incluso a Madeira, y sus monedas se han encontrado frente a la costa de Corvo en las Azores. 
Los rastros que han dejado en nuestras islas Canarias son muy difusos, aunque, recientes excavaciones parecen confirmar que arribaron a nuestras costas.


Excavaciones en Buenavista, Lanzarote, donde, al parecer se han encontrado
vestigios fenicios.


Navegantes tirios al servicio del faraón Necao circunnavegaron África unos 600 años a.d.C., según el historiador y geógrafo griego Herodoto. El rey egipcio, que buscaba una solución alternativa a la de reconstruir un canal que unía el río Nilo y el Mar Rojo, encargó a un grupo de fenicios que circunnavegaran África (tierra que el faraón creía que sería de un tamaño no mucho mayor que su reino), siguiendo el sentido de las agujas del reloj. 

Con ello pretendía comprobar si podía existir una nueva ruta comercial viable. La expedición fenicia tardó tres años en circunnavegar los 36.600 kilómetros del litoral africano, y tuvo que detenerse dos veces (seguramente cerca de lo que es en la actualidad Ciudad del Cabo y Senegal) para recolectar trigo y poder continuar el viaje. 

El hecho de que el relato no conste en ninguna otra fuente ha llevado a muchos historiadores a considerarlo como falso. Sin embargo, la observación de Herodoto de que mientras navegaban rumbo oeste, bordeando el extremo meridional del continente, los marineros comprobaron que el sol, al mediodía, se situaba al norte (dato absolutamente correcto tratándose del hemisferio sur), parece constituir hoy día la información más auténtica del relato, aunque ni siquiera el mismo Herodoto parecía creerlo.

"En ese sentido, es evidente que Libia está rodeada de agua por todas partes, salvo por el lado en que confina con Asia; que nosotros sepamos, el rey de Egipto Neco fue el primero que lo demostró, ya que, tras interrumpir la excavación del canal que, desde el Nilo, se dirigía al golfo arábigo, envió en unos navíos a ciertos fenicios, con la orden de que, a su regreso, atravesaran las Columnas de Heracles hasta alcanzar el mar del norte y llegar de esta manera a Egipto. Los fenicios, pues, partieron del mar Eritreo y navegaron por el mar del sur. Y cuando llegaba el final del otoño, atracaban en el lugar de Libia en que, en el curso de su travesía, a la sazón se encontraran, sembraban la tierra y aguardaban hasta la siega. Y, una vez recogida la cosecha, reemprendían la navegación, de manera que, cuando habían transcurrido dos años, en el tercer año de travesía, doblaron las Columnas de Heracles y arribaron a Egipto. Y contaban -cosa que, a mi juicio, no es digna de crédito, aunque puede que lo sea para alguna otra persona- que, al contornear Libia, habían tenido el sol a mano derecha. Así fue como se conoció por vez primera el contorno de Libia; y posteriormente han sido los cartagineses quienes lo han confirmado."
HERÓDOTO, Historia, IV 42, 2 – 43, 1, traducción de C. Schrader, Biblioteca Clásica Gredos, Madrid, 1979.

Barco cartaginés. 

Después de la conquista de Tiro por Nabucodonosor en el año 573 a.C. tras un largo asedio, los fenicios establecieron la nueva capital en Cartago, en la costa norte de África, y a partir de entonces fijaron su atención en el oeste. 
Los fenicios consiguieron controlar el paso por el estrecho de Gibraltar y además descubrieron las islas de Madeira, Canarias, y Azores. Posteriormente, durante las dos expediciones que tuvieron lugar en el siglo V a.C., consiguieron llegar más lejos aún. 

En la primera de ellas, bajo el mando de Himilcón, los navegantes fenicios siguieron el litoral de Francia, cruzaron el canal de la Mancha y llegaron a Cornualles, lugar de donde procedía el estaño con el que los fenicios habían comerciado, como mediadores, durante años.

Periplo de Himilcón.

En la segunda, según Flavio Arriano, Hannón zarpó desde Cartago con unos treinta mil colonos y cruzó las Columnas de Hércules y navegó por el mar exterior, con Libia a babor, y navegó hacia el este, treinta y cinco días. Pero cuando finalmente desvió hacia el sur, cayó en toda clase de dificultades, sed, calor ardiente y fieras corrientes surcando el mar. (Anábasis de Alejandro Magno, libro VIII)
Plinio el Viejo cuenta que Hannón llegó a circunnavegar toda África, saliendo del Mar Mediterráneo por las Columnas de Hércules (el estrecho de Gibraltar), bordeando toda la costa africana hacia el sur, doblando por el Cabo de la Buena Esperanza, y regresando por el Golfo Arábigo. Al parecer fundó seis nuevas colonias, exploró los ríos Gambia y Senegal y la costa desde Guinea hasta el Camerún.

Periplo de Hannón el Navegante

Durante la siguiente centuria, el desafío de los marinos griegos contra la preponderancia fenicia en el Mediterráneo, y las guerras púnicas que finalizaron con la destrucción de Cartago por los romanos en el año 146 a.C., pusieron fin a la historia de la exploración fenicia.

En este mapa del siglo XVIII, el periplo de Hannón contiene más escalas.

sábado, 2 de febrero de 2013

Globalización y Localización





¿Cómo considerar las cuestiones locales y globales desde una perspectiva crítica?
¿Qué significa el neologismo Glocalización 
Es una relación de doble vía entre lo global y lo local, que nos ayuda a apreciar la interrelación de las escalas geográficas y, en particular, la idea de que mientras que lo local  existe dentro de lo  global, lo  global  también existe dentro de lo  local.
En realidad pienso que no es sino un nuevo capítulo del antiguo conflicto de la geografía.
¿Estudiar los lugares o estudiar las relaciones y los flujos entre los lugares?
Rutas de los diferentes oleoductos y gasoductos en Oriente Medio.

¿Qué importancia tiene el estudio del espacio global  y su relación con los espacios locales? Su importancia es radical. Cuando pensamos que el paisaje de las Islas Canarias se transformó allá por el Siglo XVI, porque el Reino de España necesitaba, en su estrategia de expansión comercial y militar, calafatear navíos en los astilleros peninsulares y las peguerías de Agache y Arico trabajaban a pleno rendimiento deforestando grandes masas de pinares para fabricar pez, nos damos cuenta de la importancia que tienen las decisiones globales en la configuración del paisaje local.

Dentro de este enfoque, los proyectos locales para transformar el mundo parecen tener poco peso: ¿de qué sirve que yo cultive hortalizas en un huerto urbano cuando las cadenas mundiales de restaurantes de comida rápida sirven miles de raciones de hamburguesas diariamente en Tenerife? ¿Para qué colocar una placa solar en casa  si REPSOL va a perforar el fondo marino para sacar petróleo, sin tener en cuenta las consecuencias ambientales?

Los geógrafos tenemos un papel privilegiado en esta representación. Nuestro manejo de las escalas nos permite diseccionar las diferentes implicaciones de los proyectos y componer discursos nuevos acerca del significado de esas dos regiones mundiales llamadas Globalia y Localia.

 
La deforestación de buena parte de las cumbres de la Isla de Tenerife fue provocada por la producción de pez para calafatear barcos de la Armada Española

El discurso neoliberal, apoyado en la tecnoburocracia, ha iniciado desde hace años una contrarrevolución que consiste en atacar Localia argumentando que su pequeño tamaño la hace incapaz de resolver sus propios problemas. El marco de Globalia lo define todo, lo limita todo, es un Superconjunto que abarca y contiene un número transfinito de Localias.

Globalia es energía y flujo, mientras Localia es, sencillamente, el soporte físico donde se producen las operaciones generadas por Globalia.
Intuimos (porque no lo podemos percibir por los sentidos), un espacio global sin referencia física: los mercados de valores e índices sin regular, las transferencias de capitales y mercancías sin regulación, el crédito, las decisiones económicas y políticas, el derribo de fronteras y límites. Es el capitalismo tecnoinformatico en su máxima expresión.


Los espacios siempre han estado relacionados e unidos, por vías romanas, por cañadas reales, por vías férreas, por carreteras nacionales o por autopistas de la información.

Localia es el lugar, el barrio, el pueblo, la comunidad, la defensa de lo propio, la identidad amenazada y criticada, el trabajo real, las relaciones personales, lo tradicional, la diversidad. Existen numerosos proyectos que actúan, en diferentes partes del mundo, sobre las economías comunitarias, llegando a establecer vías alternativas de desarrollo que no se ajustan al nuevo orden mundial capitalista (Vía Campesina, Ciudades en Transición, Asamblea de Movimientos Sociales). La resistencia colectiva es la esperanza que les queda a los movimientos antiglobalización.

La Vía Campesina.

Frente al aspecto monolítico y uniformizado de Globalia (pensemos que todas las tiendas multinacionales, son todas iguales, en todos sitios), estas vías alternativas adoptan la estructura de red. Muchas de ellos son dignos y a tener en consideración, incluso objeto de estudio, pero, según muchos de sus detractores, incapaces de desafiar el poder de las fuerzas globales. 
Las grandes multinacionales han propiciado que la Tierra se convierta en “plana”, sin rugosidades, tanto físicas, sociales o políticas. La élite global de millonarios se consideran ciudadanos del mundo (viven en Nueva York, explotan cientos de fábricas en Rumanía, Tailandia y México, guardan su dinero en Islas Caimán y se lo gastan en Montecarlo). Son las grandes fortunas, propietarios de fondos buitre, los líderes de los mercados, los multimillonarios de la tecnología, la moda, la comunicación.


Los mercados globales se establecen en plazas virtuales y se mueven por carreteras 
de fibra óptica pero afectan a lugares concretos y personas reale
s.

Y los políticos y politicuchos pretenden seguir sus pasos, y caen en la corrupción en un ejercicio de emulación cutre-salchichero. 
Las autoridades locales de todo el mundo tratan desesperadamente de atraer estos dineros, y consideran seriamente alterar leyes respecto a los derechos laborales y a la salud pública para construir Eurovegas en Madrid, o cambiar la legislación ambiental para implantar un puerto en Granadilla, o un parque temático en la Montaña de Tindaya.

Hay parques científicos y ciudades jardín, con coches lujosos, céspedes regados y escuelas privadas en algunos de los lugares más pobres de todo el mundo, como Shangai, Kuala Lumpur o Nueva Delhi.
 
La configuración urbana influye en la disposición de centros comerciales y de distribución, frente a sectores más tradicionales.

Los centros turísticos más exclusivos del mundo se localizan tras altas empalizadas coronadas de alambre de espino que los separan de la miseria circundante, como un rosario de perlas (como enclaves aislados), símbolo del lujo y protegidos por la seguridad privada.
Los cascos históricos de muchas de nuestras ciudades han sufrido procesos de elitización social, como Sevilla, Barcelona, Santa Cruz.



La idea de que el mundo es una “aldea global”, de que ya no existen fronteras, ni barreras, sería un nuevo mito geográfico halagüeño, si no escondiera un fondo perverso. 
Forma parte de una estrategia de propaganda promulgada para hacernos creer que ya no existen diferencias entre los lugares; que la globalización capitalista es la correcta y que es buena para todos. Es el modelo de desarrollo clímax de la Historia de la Humanidad.
 
En realidad esto una falacia, porque se plantea en términos sociales negativos, no positivos. Hablamos de un capitalismo feudal, con personas que pertenecen al estamento de mando y personas que son el estamento de tropa. No se pretende mejorar las condiciones de vida de los trabajadores y trabajadoras de China y el sudeste asiático, sino empeorar las condiciones de la ciudadanía europea. En este panorama, tiene sentido la resistencia local frente a la globalización, los unos por alcanzar y mejorar sus derechos y los otros por mantener lo que ya se ha conseguido.

Turismo. Otra manifestación de la globalización que, a veces, puede llegar a ser perversa.