jueves, 8 de agosto de 2013

Geografía de los alimentos (I)



La geografía de la alimentación es el estudio de la cultura, el medio ambiente, económico y social de los alimentos y su relación con el paisaje y el lugar. La geografía de la alimentación abarca temas como el consumo de alimentos, la producción de los mismos, las cadenas de productos básicos, la agricultura, el transporte, el localismo y la globalización, la sostenibilidad, la salud y la justicia social .

La geografía de los alimentos se encuentra en la interfaz de diferentes disciplinas, tales como la antropología, geografía cultural, ecología  economía, historia, psicología y sociología.
La escala es fundamental en los estudios sobre la alimentación y los alimentos, desde la seguridad alimentaria, que es una preocupación gubernamental a nivel de los estados, hasta los problemas generados por la subida del precio de ciertos alimentos básicos a escala personal o familiar.

Las redes de distribución de los alimentos pueden estudiarse a diferentes escalas (internacional, nacional o regional), y el consumo de alimentos puede tener relevancia a escala regional o nacional.


Adquirir alimentos cercanos y de temporada: bueno para el medio ambiente, bueno para la economía local
bueno para tu salud.

Los alimentos se generan en un lugar y en un tiempo determinado, y estos cultivos o prácticas ganaderas crean, a su vez un paisaje determinado. Existe, por tanto, una producción social del espacio (como plantea Henri Lefebvre).

El comercio de alimentos a escala global puede servir de ejemplo para la teoría de David Harvey sobre la compresión del espacio tiempo, ya que el adelanto tecnológico ha permitido el consumo de alimentos perecederos a mucha distancia de su lugar de producción.

La producción de alimentos es un campo en el que seres humanos y medio ambiente se afectan entre sí, ya que los modos de producción modernos tienen efectos claros en el entorno (fitosanitarios, invernaderos, roturación de tierras, etc), pero una tormenta de granizo o una inundación por ejemplo, pueden acabar con una cosecha de alimentos y producir una hambruna.


Los productos de la gastronomía local son un resumen de la geografía alimentaria
y humana de cada región, comarca o país. El gofio escaldado es una reminiscencia
viva de nuestros antepasados guanches.

Desde la época romana, los autores antiguos se interesaban por la geografía de la alimentación. Sin ir más lejos Estrabón relataba las producciones de la Iberia romana, o Isidoro de Sevilla en el siglo VII en su texto Etymologiae , (Libro XVII. La agricultura).
Durante la época colonial y el período de exploración, desde el siglo XVI hasta el siglo XIX muchos geógrafos, antropólogos, y funcionarios coloniales estudiaron la comida regional y la relacionaron con las etnias que habitaban las diferentes regiones. Se editaron interesantes estudios sobre la papa, el tomate, el arroz, el maíz, el árbol del pan, la mandioca o el banano, tanto desde el punto de vista práctico como descriptivo

Frente al impulso de corte posibilista que consideraba que cualquier producto podía ser plantado en cualquier punto del mundo (nacen así los famosos Jardines de Aclimatación, de los que el Jardín Botánico del Puerto de la Cruz, es un excelente ejemplo), surgen voces más “localistas” o “culturalistas” que se preocupan por la cuestión de la escala y el lugar, con fuertes convicciones de que es imposible generalizar ciertos cultivos. Este segundo enfoque (podríamos denominarlo determinista) fue uno de los más importantes durante los albores de esta disciplina geográfica.


La manipulación y tratamiento de los alimentos ha generado multitud de
patrimonio de interés etnográfico e histórico. Molino de gofio de la Cuesta del
Tanque, en Arafo.

Con la aceleración de la globalización en los años ochenta y el giro cultural de la década de noventa, la geografía de los alimentos, comenzó a crecer rápidamente en importancia y en intereses. Se dejaron a un lado los límites de las descripciones y preocupaciones regionales por la agricultura y alcanzó a todas las áreas de conocimiento de la geografía.
Hoy la geografía de los alimentos, abarca numerosos campos de estudio:
  • biogeografía del alimento (el trigo)
  • geografía histórica y la etnografía (molinos, trilla, regadío)
  • historia folklórica (canciones de siega, de trilla)
  • la cartografía (mapas de cultivo del trigo)
  • los estudios culturales y la deconstrucción (trigo y alta cocina, gourmets)
  • geografía económica (globalización y cultivos de trigo)
  • ecología política (activismo en contra del derroche y del hambre, migraciones)
  • estudios urbanos (importancia de los silos, alhóndigas y molinos en la trama urbana)
  • geografía marxista (los cereales como factor de explotación: segadores a jornal)
  • la geografía feminista (roles de género en las fases de cultivo y tratamiento del trigo)
  • geografía postmoderna (se acabó la Historia del pan, comamos sucedáneos sin gluten).
Las relaciones ente los alimentos y la ecología son muy estrechos, por lo que la geografía de los alimentos se ha basado en ellos para desmontar muchos mitos sobre la capacidad de carga del planeta y el hambre. Algunos modelos han criticado las posturas neomaltusianas, tan usadas por políticos, ultraecologistas y tecnócratas, y han demostrado que el hambre es un problema político y no ambiental o de exceso de población.


La subida en el precio de los alimentos se debe más a cuestiones relacionadas
con la especulación en los mercados de futuros que con problemas en la producción
o comercialización de los mismos.

Los alimentos están muy relacionados con las prácticas agrícolas, aunque en los últimos años se ha evidenciado una clara disminución de la producción de ciertos alimentos, al tiempo que aumenta su especulación en los mercados mundiales. Agricultura y desarrollo, siempre han sido dos campos fundamentales para los geógrafos (ver otras entradas de este blog).

Buena parte de los estudios más recientes sobre la agricultura en el Tercer Mundo, en un contexto de subdesarrollo, pobreza rural, cambio de estilos de vida y emigración, llevan a la conclusión que los problemas del mundo rural pobre solamente tienen solución desde la existencia de una fuerte economía alimentaria local. Estos postulados pueden entrar en contradicción con los defensores del comercio justo y los productos "verdes", ya que defienden soluciones endógenas frente a soluciones de mejora del mercado y de la comercialización.


Nuestra alimentación diaria está a merced de lo que ocurra en nuestro puerto,
en las líneas de navegación, con el precio del petróleo, de guerras en lejanos
países, de tormentas y huracanes, de terremotos y de siglas tan feas como PAC,
POSEICAN, REA, RUP, PPC, FEAGA y muchas más que no me acuerdo.


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