En
general, el agua es un recurso renovable, lo que significa que si se gestiona
adecuadamente su continuidad en el tiempo queda asegurada, algo fundamental al
tratarse de un bien imprescindible para la vida.
El
agua siempre ha condicionado el desarrollo de las actividades humanas,
destacando su papel en la agricultura: el riego. Desde el punto de vista de la
sostenibilidad, las formas tradicionales de aprovechamiento del agua han sido,
en su gran mayoría, adecuadas.
Estas
formas se han basado principalmente en las escorrentías superficiales,
construcción de pequeños canales, embalses, aljibes, etc. La característica
fundamental es que no afectan al ciclo natural del agua aunque están sometidas
a este ciclo y por tanto dependen de la cuantía de las lluvias o de factores
hidrogeológicos que a nuestros antepasados se le antojaban arcanos difíciles de
controlar.
Sin
embargo, cuando el hombre quiere o necesita ir más allá de lo que la naturaleza
libremente le proporciona, desarrolla estrategias de uso del recurso que le
permiten una mayor disponibilidad del mismo pero que afectan o pueden afectar
al ciclo del agua y, por tanto, a su sostenibilidad. Es el caso de la
mayoría de los aprovechamientos de aguas subterráneas, como son las galerías y
pozos.
Socavón de entrada a la Galería de Los Aguiluchos, tras la Media Montaña. Nunca manó agua. |
La
estructura geológica del municipio, está constituida por coladas volcánicas
alternadas con depósitos piroclásticos de tipo ácido (pumitas, bano, zahorra),
y básico (picón), que presentan unas cualidades de porosidad y permeabilidad
que permiten la infiltración de las aguas pluviales en los momentos de lluvia.
La
percolación del agua de lluvia se produce hasta que encuentra en su camino una
capa del sustrato impermeable, constituida por coladas y diques muy antiguos,
cohesionados y sin fisuras, donde el agua ya no sigue fluyendo, y empapa el
terreno. A este reservorio de agua subterránea se le denomina acuífero.
Sifón de Amance cruzando el Barranco de Las Gambuesas. |
En
muchos lugares del municipio, aflora una densa red filoniana de diques que han
servido de reservorio geológico de aguas subterráneas, y la antigüedad de otros
lugares ha propiciado la formación de capas de almagre que logran retener el
agua.
El
nivel freático del acuífero estará más o menos cerca de la superficie,
dependiendo, sobre todo de las condiciones hidrogeológicas, y últimamente,
también de la actividad humana.
Arafo
fue siempre un pueblo rico en fuentes y manantiales de agua. Los de Añavingo se
remontan a tiempos anteriores a la conquista y en la toponimia del municipio se
recogen numerosos nombres que nos hablan de unos tiempos en los que era más
habitual este tipo de lugares que manaban agua: La Fuente, Bebederos, El
Chorrito, Las Piletas, Los Eres, Callejón de La Fuente, Madre del Agua, Fuente
de Joco, El Chorro.
Fuente de Chabique. El Valle. Arafo. |
Sin
embargo, con la explotación de los pozos y galerías, el nivel freático ha
descendido y la mayoría de fuentes y manantiales se han secado.
En
el municipio, las explotaciones de agua están entre la cota 50 y la 1600. Los
pozos (perforación en vertical) se encuentran más en las zonas de la Costa, y
las galerías (en horizontal) en las Medianías, y sobre todo en los Altos y la
Cumbre.
Bocamina de la Galería los Pilones de La Granja. Altos de Arafo. |
Las
galerías son túneles horizontales que penetran en las laderas, de sección más o
menos variable, y que pueden llegar una longitud considerable, más de cuatro
kilómetros en algunos casos.En 1959, en Arafo había más de 40 kilómetros de galerías perforadas, que aforaban una cantidad de 43.526 pipas al día (AMIGÓ DE LARA, 1960)
El descenso del nivel freático que se ha producido en algunas
galerías y pozos ha tenido consecuencias claras. Comunidades antaño ricas en
agua se han agotado o sus caudales son mínimos como el caso de Los Huecos, La
Laja, Viña Vieja, La Fuente, etc.
Raíles abandonados sobre la escombrera de una galería. |
El caso de los pozos es peor aún, ya que la sobreexplotación ha conducido a una intrusión del agua marina, con la correspondiente salinización y aumento de la concentración de sodio, cloruros y nitratos, por lo que la calidad del agua ha disminuido considerablemente, y se ha tenido que afrontar una mezcla de aguas o una disminución en las cualidades organolépticas que conduce a la compra de agua embotellada por parte de los vecinos. Las altas concentraciones de sodio hacen esta agua inservible para el riego.
Arafo
conserva, empero dos manantiales de cumbre que poseen aguas puras, con un
bajísimo contenido en sales y de gran pureza. Uno de ellos es el famoso
manantial de Añavingo y otro se encuentra aún más arriba, en Cazme.
Interior de la Galería de la Madre de Abajo. De poca profundidad y excavada por métodos tradicionales, aún aporta un buen chorro de agua al caudal del Barranco de Añavingo. |
En
Arafo, el aprovechamiento de pluviales es prácticamente inexistente, aunque se
construyó un gran embalse “La Presa de
Los Eres”, a unos 650 metros de altitud y con capacidad para 240.000 metros
cúbicos, pero que se encuentra vacía debido a las numerosas filtraciones que
posee y a que la cuenca de recepción del embalse no es del todo adecuada para
un vaso de tales dimensiones.
Otro
capítulo aparte es la construcción de charcas (estanques), que reservan el agua
sobrante de las galerías en los meses de invierno para su gasto posterior
durante el verano. La mayoría de las charcas son de titularidad privada, y
pertenecen, bien a empresas,que luego venden el agua a los
agricultores, bien particulares que compran agua y la almacenan para los momentos de escasez o implementear sistemas de riego localizado.
Gran estanque situado en la Costa del municipio, en La Pedrera. |
Existen
de muy diversos tamaños y capacidades, y en la actualidad, es casi perentorio
que los agricultores posean una, aún de pequeñas dimensiones, sobre todo con la
implantación de nuevos sistemas de riego, ya sea a mangueras, goteo, o
aspersión.
La
mayoría de los pozos del municipio aforan un pequeño caudal, en torno a los 24
litros por segundo. De los diez registrados, sólo hay cinco activos en la
actualidad.
Las
galerías aforan unos 158 litros por segundo. En la actualidad hay registradas
41, y de ellas solamente siete aforan más de 10 litros por segundo, siendo el
resto de caudales bastante inferiores.
Tanquilla de reparto de agua para el riego. Junto al camino de El Portugués. |
La
red de distribución de agua doméstica, en la actualidad, no presenta déficit de
suministro, excepto en momentos puntuales originados por accidentes en la red u
obras de mantenimiento. La red de abastecimiento es bastante antigua, excepto
en algunas zonas de nueva construcción. Sin embargo, el municipio cuenta con
tres depósitos reguladores de diferente capacidad, construidos en diferentes
momentos. Los dos últimos datan de 1986 y de 2002. Paralelamente, se han
afrontado obras de reposición de las conducciones más antiguas para evitar
mermas en el suministro.
La
media de consumo familiar en Arafo es de 290 litros por persona y día. Esta
media debe ser solamente orientativa, ya que está sujeta a importantes cambios,
dependiendo de la época del año, o del tipo de familia del que hablamos. Es
evidente que el envejecimiento de la población del municipio influye en un
menor consumo, debido a que en estas personas mayores, la idea del ahorro del
agua sigue permanente, herencia de unos tiempos en que el agua era un bien
escaso y había que ir a buscarla a los chorros de abasto público.
Tanquilla de aforo de la Galería de Los Huecos. Hoy, seca. Hace ochenta años fue una de las galerías más caudalosas de la isla de Tenerife |
En
lo que respecta a la reutilización del agua depurada, el Plan Hidrológico
Insular recomienda esta práctica por las
evidentes consecuencias positivas que tiene, sobre todo en la contaminación del
subsuelo. La filosofía de la reutilización es algo importante en el Desarrollo
Sostenible pero también lo es el adaptarse a las condiciones particulares de
cada lugar.
Se
debe reducir el déficit de instalaciones de evacuación de aguas residuales y
acometer la ansiada puesta en marcha de la depuradora comarcal de aguas
residuales, que tendría consecuencias positivas para los tres municipios de la
comarca.
En
la actualidad, el saneamiento se realiza mediante pozos absorbentes y
tanquillas sépticas, lo cual nos es sostenible, ni desde el punto de vista
ambiental, ni económico.
Depuradora de aguas residuales del Valle de Güímar, situada en la zona baja de Arafo. Nunca ha funcionado. En la actualidad se encuentra abandonada y sometida al vandalismo. |
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