sábado, 10 de enero de 2009

EL ESPACIO URBANO DE ARAFO (3)


A comienzos del siglo XX se produce un ligero aumento de población, aunque la I Guerra Mundial marcará el comienzo de una etapa recesiva que acrecentará la dinámica migratoria. Sin embargo, hacia 1920, se percibió un sensible ascenso del número de habitantes, coincidente con la recuperación del sector exportador y el alumbramiento de aguas de la galería de Los Huecos. 
 


Los nuevos acuíferos y la puesta en cultivo de las zonas costeras del municipio, provocó un paulatino asentamiento de población foránea, que se asentará principalmente en El Volcán. El Modernismo de principios de siglo, que tantas transformaciones produjo en las ciudades canarias (ensanches, nuevas calles, plazas, paseos, elementos ornamentales), también empieza a llegar a Arafo, gracias a la recuperación económica que se estaba experimentado y que posibilitó la realización de una serie de significativas construcciones como el campanario de la iglesia parroquial o el kiosco del centro de la plaza y que se iniciaran los trabajos de instalación del alumbrado eléctrico en la calle principal, ampliados a todo el casco a partir de 1931. 
En esa década se construyó un nuevo edificio para Ayuntamiento, Escuelas y Juzgado, en un terreno municipal situado al lado de la Plaza. 
 

 
La posguerra supuso una etapa de crisis acrecentada por el embargo internacional impuesto a la dictadura franquista, aunque a mediados de los cincuenta se observa un cierto aumento demográfico, coincidente con el final del ciclo de aislamiento internacional y superación de la autarquía económica. 
 
En ese momento, se empezaron a ejecutar una serie de obras que mejoraron sensiblemente el equipamiento urbano de Arafo: se edificó el Edificio de la Obra Social del Movimiento, se instaló el servicio de agua potable a domicilio y se sustituyó el antiguo empedrado de la calle General Franco por un pavimentado asfáltico, se amplió y mejoró la plaza de José Antonio, se fabricaron 4 escuelas y 4 viviendas para maestros en La Hidalga y El Carmen, se edificaron 50 viviendas de renta limitada en esa última zona y se ampliaron y reformaron las Casas Consistoriales con la terminación del segundo piso. 
 
Los años 60 significaron un impulso en el desarrollo del municipio, que quedó plasmado en parte en su morfología urbana. En esa década se llevó a cabo la apertura de una calle que unirá el barrio del Carmen con la carretera Arafo-Güímar y se continuó con el asfaltado de calles. La carretera Arafo-Güímar se convierte en estos años en una zona de expansión de la edificación, mediante viviendas de autoconstrucción, sobre solares propios o solares cedidos por el ayuntamiento en zonas ocupadas por las coladas del Volcán de Arafo.
 
Las calles abiertas a principios de los años ochenta, como Rafael Clavijo, Reyes de España, o Capitán Núñez han servido en estas dos décadas como zonas de expansión urbana, en especial el arco noroeste, entre la zona de equipamiento educativo y deportivo, y La Cruz, sector que se ha colmatado recientemente por la construcción de promociones de titularidad privada.
 
 


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