miércoles, 22 de abril de 2015

Retorno a Samarines




En Samarines, desde los tiempos aborigenes siempre han existido personas realizando usos  y aprovechamientos vinculados a su localización geográfica y su gran diversidad biológica y ecológica, cultural. es uno de los lugares del Valle de las Higueras con más usos y prácticas históricas y tradicionales.

Gran parte de las especies vegetales y animales presentes en Samarines tuvieron usos agroganaderos o medicinales en la estrategia productiva de la sociedad de autoconsumo que ocupó este territorio desde tiempos prehispánicos. 

Riscos del Filo del Cuchillo. Un lugar privilegiado para la pesca con caña.

Desde los guanches y su uso del látex de la tabaiba amarga como agente tóxico para la pesca (embarbascar) en los chacos litorales, al cosco usado como materia prima para la elaboración de gofio en épocas de escasez de grano de cereal, pasando por las especies usadas como forrajeras, el rico y variado medio biológico de Samarines ha permitido la gestación de toda una serie de tradiciones y prácticas culturales vinculadas su histórico uso común.

Samarines fue una zona de recreación y baño, debido a la cueva que se encuentra en la playa y que servía como un lugar de descanso y avituallamiento al refugio del intenso sol veraniego. 

Fundamentalmente fue usada por los vecinos de Malpaís de Candelaria y algunos de la Villa de Arafo, que en la temporadas en las que las labores agrícolas decaían, y en los meses de intenso calor, bajaban a pasar alguna jornada junto al mar. 

Se solía pescar y mariscar y avituallarse de agua en el pozo del Aguadulce, en La Viuda. Actualmente sigue siendo usada por muchas personas que quieren un lugar de baño alejado de los núcleos urbanos, y ha sido usada en temporadas como playa para practicar el nudismo.

A lo largo de los acantilados encontramos interesantes poblaciones representantes del cinturón halófilo costero: lechuga de mar, salado y tabaiba dulce.

Samarines, tanto en su litoral como en los fondos marinosy en la cercana cima del cantil de La Magdalena y San Blas, posee un innegable valor que va más allá del mero patrimonio natural. 

Los usos tradicionales, han permanecido inalterables a lo largo de los siglos, especialmente los vinculados a la pesca.

La desembocadura del barranco de Samarines forma una pequeña bahía, cuyos fondos están cubiertos de gravas finas y arenas gruesas, y bordes rocosos, donde se desenvuelven especies como las caballas (Scomber japonicus), alfonsiños (Beryx splendens), pejeverde (Thalassoma pavo), tamboriles (Sphoeroides spengleri) , gallos (Balistes carolinensis)  y morenas ( Gymnothorax spp.)

La dificultad del terreno y los factores climáticos, dan lugar a una agricultura de secano, probablemente de trigo morisco y cebada pelona, por su gran resistencia a la sequía y a la falta de suelo. Estos cultivos  de subsistencia fueron necesarios para matar  el hambre  que ha asolado Canarias en diferentes épocas. 

El paisaje que podemos observar en Samarines es el resultado de la actividad humana en el  Sur empobrecido y  si deja ver la huella  del pasado, recuerdo de actividades agrarias como los bancales abandonados. Mayormente la vida de las personas estaba relacionada con la pesca y la recolección de mariscos, desenvolviéndose con soltura por los riscos, pesqueros y profundidades de las cuevas donde habitan los moluscos.

Hoy en día, ya que es una zona de gran exposición solar,  es usada por la gente para la recreación marítima y el baño.

Playa de Samarines, compuesta por una desembocadura de barranco que se resuelve en forma de playa de arenas groseras y callao de diferente granulometría, encajado entre dos acantilados basálticos cubiertos de coladas fuertemente erosionadas, que se resuelven en rasas intermareales de desigual entidad y tamaño.

La arqueología de Samarines, está  relacionada con las celebraciones aborígenes en la cueva de Achbinico, y el recuerdo de los samarines que  posiblemente habitaban en las cuevas que existen en el tramo inferior del barranco cerca de la playa.

Miembros de una orden de culto religioso y la adivinación eran sacerdotes de la clase de los guañameñes. Una clase sacerdotal educada en especies de seminarios, llamados sámaras, de donde viene el nombre de las cuevas de esta denominación. De todas las islas sólo existen testimonios geográficos y tradicionales en Fuerteventura y Tenerife. [Bethencourt Alfonso (1880) 1991: 295].
La orden de los samarines, eran también conocidos por agoreros, adivinos, hechiceros y profetas así como por guañameñes por llevar éste último nombre el sumo pontífice o el summus aruspex, vestían completamente de negro con el guatimac o idolillo de barro colgado al cuello. [Bethencourt Alfonso (1911).

También se encuentra a medio camino entre el lugar donde aparece la Virgen de La Candelaria, en las playas de Chimisay; su primera residencia, en las cuevas del Mencey en el Barranco de Chinguaro y su posterior ubicación en la Cueva de Achbinico (San Blas).


Risco norte del Barranco de Samarines, tapizado por un tabaibal dulce bastante denso. En el fondo apreciamos algunos ejemplares aislados de tarajal y un continuo cespitoso de cosco o barrilla.


La desembocadura del Barranco de Samarines es una playa de cantos y gravas de diferente granulometría, con varias bermas, más acusada la de las mareas diarias y mucho menos evidente la de la playa de tormenta. La fuerte pendiente y la poca plataforma inciden en que el ascenso y retroceso del oleaje, tenga un evidente resultado geomorfológico, con gran removilización de materiales.



El barranco de Samarines se encuadra en el termotipo inframediterráneo xerofítico,  bajo una continua exposiciòn a la maresìa. Por tanto encontramos un tabaibal dulce halófilo y también plantas del cinturón halófilo costero, representado por diferentes especies de plantas como lechuga de mar (Astydamia latifolia), tomillo de mar (Frankenia laevis), esparraguera (Asparagus pastorianus), magarza de mar (Argyranthemum frutescens) y  corazoncillo de mar (Lotus sessilifolius). Es evidente que la tabaiba dulce (Euphorbia balsamìfera) es la especie mejor representada, acompañada por  los salados (Schizogyne sericea) y espinos blancos (Lycium intricatum).
En Samarines  se practican tres tipos de pesca: Con caña, que se hace desde los riscos y acantilados, donde se localizan ciertos pesqueros en los que se acumulan basuras generadas por los pescadores. Pesca submarina, en las zonas de batimetría media, pescándose con fusil y bichero, especies como el sargo, el pulpo y la vieja. Desde pequeños barcos,  en las zonas más profundas, se utilizan nasas y trasmallos. El marisqueo aún se practica, pero es menos importante que en el pasado, debido a que la sobreexplotación ha esquilmado los fondos, y existe evidente escasez de ciertas especies.

Era situada junto a las Tierras de Arena, cultivadas de tomates, y hoy desaparecida bajo el Polígono Industrial. Vestigio de una época en la que los cereales eran el principal cultivo de esta zona. Foto aérea de 1961.

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