lunes, 12 de enero de 2015

Geografía de las religiones: distribución, difusión y dispersión.


Cuando analizamos un mapa mundial de distribución de las religiones se revelan patrones interesantes, pero, al igual que todos los mapas, debe ser comentado con precaución.

Las interpretaciones de los modelos mostrados deben tener en cuenta las limitaciones inherentes al mapa y los datos en que se basa.
Estos mapas dan la impresión de que la religión dentro de cualquiera de las partes sombreadas es relativamente uniforme, lo que no es el caso.
La mayoría de estos mapas muestran solamente la religión que prevalece, y no da ninguna indicación de la relación entre las religiones principales y otros cultos menores, o la situación del agnosticismo, por ejemplo.
En este sentido, también ocultan la presencia real del ateísmo en la sociedad, no sólo en términos de la distribución de los ateos y los no practicantes, sino cada vez más, en términos del surgimiento y asentamiento de una sociedad secularizada.

Símbolos religiosos de los aborígenes australianos.
Estos mapas también pueden inducir a error en el sentido de que, mientras que en las grandes áreas puede ser demostrada la presencia de una religión dominante, lo que realmente importa es la distribución de los creyentes, que en algunos países no es uniforme.
Así, por ejemplo, el norte de Australia (una zona de unos dos millones y medio de kilómetros cuadrados), se suele clasificar como animista (la religión de los aborígenes), cuando el total de indígenas australianos no llegan al medio millón, y algunos practican otras religiones.
Por el contrario, Nueva York aparece dentro muchas clasificaciones como una ciudad judía, cuando la población de ésta religión solamente supone millón y medio de personas en una ciudad de nueve millones.

Manifestación de judios apoyando el Estado de Israel en Nueva York.

Otro factor bastante difícil de reproducir en los mapas es la vitalidad religiosa o la adhesión a una religión concreta (la práctica de la misma y en qué grado). Sería un error suponer que cada religión es seguida fielmente por igual por todos sus creyentes en todo lugar, ya que el trabajo de campo revela que existen variaciones muy significativas en cómo la religión se expresa, tanto dentro de la misma como entre diferentes religiones.

¿Cómo surgen y evolucionan las religiones?
El mosaico de religiones mundiales plantea preguntas interesantes sobre cómo se llegó a la situación actual, y cuáles son los factores que influyeron. Claramente, algunos componentes de la distribución son en gran parte endémicos.
Los sistemas de creencias tradicionales están basados en el tiempo de los sueños, en objetos con alma, o en cualquier elemento del mundo natural, y por ello son venerados o temidos como dioses.

Ornamentos litúrgicos preparados para una ceremonia minimista.

Estas religiones son comunes entre las sociedades indígenas y la evidencia arqueológica sugiere que estuvo presente en la mayoría de las culturas antes de las formas más modernas de religión aparecieran.
Otros componentes reflejan la persistencia religiosa en o cerca de áreas donde las religiones aparecieron por primera vez.
El hinduismo ha dominado la India desde su nacimiento, y el budismo conserva su posición en la zona en la que primero se extendió y se transformó en importante.
Un tercer conjunto de componentes refleja la propagación de las principales religiones desde las zonas originales con el paso del tiempo.
El cristianismo es un buen ejemplo, desde su origen en Oriente Medio, hasta la actualidad, abarcando todo el mundo.

Monasterios de Mar Saba, desierto de Judá, israel.

Orígenes, difusión y dispersión de las religiones
Hoy en día la distribución de las religiones no son más que fotogramas de una continua película en movimiento. A escala mundial, dos factores son particularmente importantes para explicar la distribución de las principales religiones en cualquier punto en el tiempo: los lugares donde se originaron las religiones, y los procesos por los que se dispersaron y difundieron sus creencias.
Un aspecto particularmente sorprendente de la geografía de religiones es que todas las principales religiones del mundo se originaron en un área relativamente pequeña en lo que hoy es el suroeste meridional del continente asiático, entre Siria y la India.
A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, los intentos de explicar tan desconcertante pauta geográfica se basaron en gran medida en el determinismo geográfico, puesto de relevancia por Fiedrich Ratzel y relacionado con la biología evolutiva, el darwinismo social, el organicismo y el vitalismo.

El cristianismo ha equiparado a Jesucristo con el León de Judá, tribu del Rey David, del que Jesús era descendiente.
Esta corriente geográfica  se basa en la suposición de que las actividades humanas están controladas o determinadas por el entorno geográfico. El argumento fundamental es que los aspectos de la geografía física, especialmente el clima, tienen influencia psicológica en la mentalidad de las personas, que a su vez define el comportamiento y la cultura de la sociedad.
A la geógrafa (profesora de las universidades de Clark y de Chicago) Ellen Churchill Semple se le atribuye la introducción de la teoría de los Estados Unidos después de estudiar con Ratzel en Alemania.
Semple, en Influences of Geographic Environment: On the Basis of Ratzel's System of Anthropo-Geography (1911) argumentó que los primitivos habitantes nómadas del desierto de Oriente Medio podían ver el movimiento de las estrellas y los planetas a través de cielos claros. Esto generó en ellos la idea de un orden y una progresión cósmica y pensaron en una sola mano guiando lo creado por este universo ordenado (de ahí el origen del monoteísmo en el Oriente Medio).
También subrayó que la imaginería y el simbolismo de una religión están significativamente afectados por su lugar de nacimiento, por lo que el infierno de los esquimales es un lugar de oscuridad, tormenta e intenso frío, la del judío es un lugar de fuego eterno.

Ellen Churchill Semple

Ellsworth Huntington en sus Principios de Geografía Humana, publicado póstumamente en 1951 sugiere que toda religión está influenciada por su entorno, especialmente el entorno de su lugar de nacimiento.
Como Ellen Semple, también argumentó que los objetos de culto son a menudo determinados por factores geográficos. Así, el dios de la lluvia (Indra), es particularmente importante en la India, donde las lluvias son inciertas, y a menudo catastróficas, y en el Antiguo Egipto, se adoraba al Nilo (Hapy), por razones similares.

Indra, dios de la lluvia hindú.

De acuerdo con esta perspectiva el cristianismo se originó en una región seca, donde el pastoreo era una de las principales ocupaciones y esto llevó a las numerosas parábolas pastoriles de Jesús, como la parábola del Buen Pastor.
El determinismo ya no se considera como creíble por los geógrafos modernos porque pone demasiado énfasis en el factor del medio ambiente y porque hace caso omiso de otros factores, como la forma en que las ideas religiosas cambian a lo largo de su evolución espacio-temporal desde las zonas de origen.
Pero estas primeras ideas eran interesantes e influyentes, y persistió por lo menos hasta la década de 1940.


 
El Buen Pastor.

No hay comentarios: