martes, 1 de noviembre de 2011

Cosas del clima de nuestras latitudes (grado más, grado menos).( final).

En este mapa del Siglo XIX se especifica que el lago interior de la isla de Washington
es de agua dulce y que existen varios pantanos unidos por canales.

Para obtener estas conclusiones se analizaron registros sedimentarios lacustres en cuatro archipiélagos ecuatoriales del Pacífico.
Washington Island está emplazada a unos 5º al norte del ecuador (actualmente en el extremo sur de la zona de convergencia intertropical) y recibe cerca de 2.900 mm de lluvia anuales. En el pasado, esta isla presentaba una acusada aridez, especialmente durante la pequeña edad de hielo, según las muestras recogidas en los sedimentos lacustres. Los científicos buscaron pruebas de microbios resistentes a la sal, y los hallaron en sedimentos de 1.000 años de antigüedad, actualmente en el fondo de un lago de agua dulce. Estos organismos sólo pueden prosperar en agua salada y para ello las precipitaciones tenían que ser más escasas que en la actualidad. Otras pruebas adicionales de esta variación en las precipitaciones fueron aportadas por la proporción de isótopos de hidrógeno en los depósitos sedimentarios.
En la isla de Palau, (a unos 7º al norte del ecuador y en el centro de la ZCIT moderna), los núcleos sedimentarios también revelan las condiciones de aridez durante la Pequeña Edad de Hielo.
En contraste, los investigadores presentan evidencias de que en las Islas Galápagos, situadas en el Pacífico Oriental, justo sobre el ecuador, actualmente con un clima árido, había un clima húmedo durante el mismo período histórico.


Islas Galápagos.

Concluir que en esos años existían climas secos en Washington Island y Palau y un clima húmedo en las Islas Galápagos proporciona una fuerte evidencia para determinar que la ZCIT se situó al sur de Washington Island durante ese tiempo y tal vez hasta el final del siglo XVIII. 

La notable migración hacia el sur en la ubicación de la ZCIT durante la pequeña edad de hielo no se puede explicar por los cambios en la distribución de los continentes y cordilleras, ya que se encontraban en los mismos lugares en aquel tiempo y en la actualidad. La explicación parece residir que durante la Pequeña Edad del Hielo, la Tierra recibió menos radiación solar (aproximadamente un 0,1 % menos que en la actualidad), y esto originó que la ZCIT flotara cerca del ecuador buscando sectores más soleados.

La ZCIT se situaba en una fecha tan reciente como 1630 a unos 550 km (5 grados), al sur de su posición actual y por los tanto, ha migrado hacia el norte a una media de 1,4 km. anuales. Si ese ritmo se mantiene, a finales del S. XXI se encontrará a 125 kilómetros al norte de su posición actual en la última parte de este siglo.
Esto podría tener consecuencias para nuestra región insular canaria y para el cercano Sahel africano, al sur del Sahara. 


Tierras Altas de Etopía.

 
En las regiones continentales del Atlántico, las tendencias son difíciles de establecer, ya que hubo un incremento importante de la aridez en la segunda mitad del siglo XX, debido a la disminución de las precipitaciones, especialmente a partir de la década de los años 60 y la gran sequía de la década de los 70. Esta propensión parece haber cambiado en los últimos años, al incrementarse las precipitaciones.

El Sahel es una estrecha franja de territorio en el África Occidental, que limita por el norte con el desierto, a unos 18ºN, y por el sur con la sabana y la selva tropical, a unos 15ºN. Su clima depende de la oscilación norte-sur de la zona de convergencia intertropical. En verano, cuando la ZCIT emigra hacia el norte, la zona es afectada por el monzón del suroeste que aporta durante un breve tiempo lluvias, a veces intensas, a la región. Después, cuando la ZCIT se desplaza al sur, vienen largos meses de sequía en los cuales el viento preponderante viene del desierto, es decir, del norte.
 
Paisaje del Sahel.

Los modelos informáticos sobre la posible evolución futura del Sahara en el siglo XXI indican una disminución de la extensión del desierto, que precisamente en su margen meridional se retiraría hacia el norte, de forma más acusada que el ligero avance, también hacia el norte, que experimentaría en su zona septentrional. El calentamiento sería mayor sobre el continente que sobre el océano, incrementando la fuerza del monzón veraniego sobre Africa y aumentando las precipitaciones en el Sahel.

Se ha constatado la desecación del Sahel en la última parte del siglo XX y es probable que se relacione con un aumento de la frecuencia del fenómeno del Niño, y su influencia en la acentuación de los períodos de sequías e inundaciones.


El Niño




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