LA
DIVERSIDAD VEGETAL DEL SAHEL.
Hierbas de las estepas y sabanas
La
cubierta herbácea es bastante continua en toda la región, dominada por
varias especies de gramíneas anuales (Andropogon gayanus,
Andropogon pseudapricus, Hyparrhenia hirta, Eragrostis tremula) floreciendo un mosaico compuesto de numerosas teselas
de diferente tamaño e importancia relativa.
A
medida que aumentan las lluvias, aparece una mezcla de plantas leñosas (árboles
y arbustos) y de gramíneas que se van sucediendo en el espacio, hasta concluir
en los sectores más húmedos, donde la biodiversidad vegetal aumenta, y se diversifica
también la fisonomía, siendo las especies del genero Acacia cada vez más dominantes.
Acacias dispersas en un amplio sector arenoso, en la región de Kanem, muy cerca de su capital, Mao. |
En el
sur más húmedo encontramos también lugares con una mezcla muy difusa de
gramíneas, como Loudetia togoensis y Cymbopogon
giganteus, y leguminosas arbóreas
como el lingué (Afzelia africana) y el tali
(Erythrophleum guineense) que parecen
poseer una gran amplitud ecológica, puesto que se repiten a lo largo de
territorios muy extensos.
En las
periferias del Sahel, se alternan regiones de árboles y arbustos del desierto
con regiones de pastizales y sabanas.
La presencia de gramíneas de amplia valencia ecológica,
como Sporobolus pyramidalis parece
vincularse a la condición degradada de los pastizales del Sahel, debido,
frecuentemente, al sobrepastoreo.
Detalle de las flores de la hanza, (Boscia senegalensis), arbusto perenne de la familia de las alcaparras, cuyos frutos y semillas están considerados como un importante recurso alimenticio. |
Los matorrales y las hierbas esteparias son el tipo más
extendido de la vegetación en los suelos arenosos. Se caracteriza por la
existencia de un arbusto o árbol solitario, muy abierto, y suelos cubiertos de
modo discontinuo por hierbas anuales como
Cenchrus biflorus, Aristida spp., Schoenefeldia gracilis, o Eragrostis tremula.
Arbustos
y matorrales
Entre los matorrales más frecuentes encontramos la sabara (Guiera senegalensis), un arbusto que alcanza 3 metros de altura, en
áreas de escasas precipitaciones, intensa luz y suelos secos que se suceden a
lo largo de la región del Sahel. La
planta es capaz de colonizar zonas muy degradadas, donde la
cubierta leñosa anterior ha sido suprimida, por tala o fuego, formando rodales puros.
Detalle de los frutos de la mirra africana, Commiphora africana, arbusto caducifolio que exuda , una goma comestible, aromática con multiples propiedades medicinales. |
Otras especies se distribuyen dependiendo de la latitud.
En el sur del Sahel, con lluvias comprendidas entre 250-300 mm anuales,
aparecen Acacia senegal, Acacia laeta, y
arbustos como Pterocarpus lucens, Combretum
glutinosum, Sclerocarya birrea, Boscia senegalensis, Commiphora africana en
zonas de suelos arenosos. En zonas más arcillosas Acacia seyal, Acacia nilotica, Anogeissus leiocarpus y Ziziphus
mauritiana. En el Norte del Sahel, se encuentran esencialmente las mismas
especies acompañados de Acacia tortilis, Acacia
erhenbergiana y Leptadenia pyrotechnica.
Mención aparte requieren los arbustos (en ocasiones
alcanzan porte arbóreo) del género Combretum,
especies perennes frecuentes en el Sahel,
que son afectados con frecuencia por incendios forestales. Después del
paso del fuego y la quema de la vegetación, pierden la floración y las hojas y
rebrotan de nuevo muy rápido.
Región de Kayes, en Mali. Las zonas de lateritas, si reciben la suficiente humedad ambiental, se convierten en sabanas cerradas, donde abundan hierbas de porte medio, arboles y arbustos. |
En el norte del Sahel, encontramos Combretum aculeatum que es la especie más septentrional. En las
zonas más arenosas prevalece Combretum
glutinosum.
En la zona sahelo-sudanesa, con abundancia de arcilla y tierra
colorada (lateritas) despuntan Combretum
nigra y Combretum ghasalense
acompañando a especies como Pterocarpus
lucens y Lamnea acida en el estrato arbolado.
Bosques
de galería de márgenes fluviales
Muchas de las especies que forman estos bosques de ribera
pertenecen a dominios situados más al sur, pero adaptados al bioclima
seco. Siguen la mayoría de los ríos
relativamente grandes, formando tiras estrechas de bosque denso en medio de estepas
y sabanas. Podemos distinguir diferentes tipos, dependiendo del tamaño de la franja
que compone la red hidrográfica.
Riberas del Río Chari, el segundo curso fluvial en importancia del Sahel, cerca de Blangoua. Puede apreciarse la rica vegetación de tipo arbóreo. |
a)
Los bosques
galería de ríos, como el Níger, Chari, o Senegal, que mantienen flujos de agua
más o menos constantes todo el año. Durante la temporada de lluvias
(cuando migra hacia el norte la zona de convergencia intertropical), se alteran
drásticamente sus condiciones hidráulicas, produciendo inundaciones
estacionales. Estos bosques están caracterizados por Cynometra vogelii, Garcinia livingstonei, adaptados a las
inundaciones y arbustos como Combretum
micranthum. También podemos hallar praderas de Oryza barthii en la zona de inundación de los cauces.
b)
Tras
ellos se sitúa una franja forestal caracterizada por Berlinia grandiflora, Vernonia colorata, y Cola laurifolia, que se
inunda muy rara vez. A medida que nos alejamos de los cursos permanentes de
agua, sobre todo en aquellas de zonas de menor precipitación, el espacio es
ocupado por especies de la estepa o de los bosques aclarados como Bombax costatum, Daniellia oliveri, Diospyros
mespiliformis, Lannea microcarpa.
c)
Los
bordes de las lagunas y las riberas de wadis con flujos temporales suelen ser
colonizadas por Acacia nilotica y Acacia seyal.
Márgenes del Río Niger, el más importante del Sahel. Muchos poblados se apiñan en sus orillas. |
Como se ha descrito, existe una biodiversidad bastante
más diversa de lo que a priori puede parecer. Sin embargo, la conservación de
estos recursos genéticos se ha convertido en un problema social.
La intensa presión ejercida por las actividades humanas
actuales tiende a reducir o incluso hacer desaparecer muchas de estas
formaciones vegetales, con objetivos centrados en el corto plazo, sin tener en
cuenta la necesaria adaptación a los cambios en el largo plazo, en especial el
reto del cambio climático.
Cailcedrat ( Khaya senegalensis) árbol de madera muy apreciada y con numerosos usos medicinales que se encuentra en los bosques ribereños |
Este conflicto entre desarrollo humano y conservación de
la biodiversidad es especialmente preocupante en el Sahel, donde la propia
supervivencia de la población está en peligro debido a la extrema fragilidad de
los ecosistemas.
Por lo tanto, la preservación, y reconstitución del
potencial biológico de estas grandes áreas o su enriquecimiento son una labor
de extrema urgencia.
Poblado del Sahel. Muchas de estas comunidades se han visto afectadas por la sequía, el hambre, los conflictos armados y la falta de oportunidades, por lo que se han convertido en zonas expulsoras de población cuyo destino suele ser la cuenca mediterránea y Europa. |
Todos los árboles, arbustos y herbáceas citadas
desempeñan un papel importante contra la desertificación y tienen un papel
fundamental en la protección y mejora del medio ambiente. Se extraen alimentos
y son fuente de energía, forraje, medicinas y diversos materiales utilizados en
construcción, artesanía, hilaturas, ornamento, etc
La herencia genética de estas plantas es más importante y
requiere especial atención, por su capacidad de resistencia a numerosas
agresiones (pastos, desrame, la extracción de leña...) y su adaptación a
condiciones de aridez extrema, con suelos esqueléticos, y afectados por la
acción del vientos intensos y constantes.
La biodiversidad genética es una riqueza en perpetua
renovación que constituye la base potencial de la mejora de las condiciones
ambientales y del progreso económico y cultural.
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