VEGETACIÓN DEL BORDE ATLÁNTICO.
El borde atlántico del Sahara es una franja costera de
diferente anchura y miles de kilómetros, que va desde el sur de la cuenca del
Río Massa, (Tiznit) pasando por Ifni, Tan Tan, Sáhara Occidental y Mauritania,
hasta el norte de Senegal.
La influencia marítima aumenta la humedad relativa,
suaviza las temperaturas y disminuye la amplitud térmica, tanto diaria, como
anual. Esto conduce a una mayor densidad de la cobertera vegetal.
Playas de grandes extensiones de arena y con un oleaje constante son propias de esta zona litoral. Dakhla. Sahara Occidental. |
Las afinidades del paisaje vegetal de esta franja con la
flora macaronésica son apreciables, muy parecido al de los pisos basales de las
islas orientales canarias. En esas zonas, un elevado número de especies
vegetales son comunes y se comparten endemismos.
Algunos autores hablan del enclave macaronésico en África para referirse a esta franja costera
entre Agadir y Mauritania, por las relaciones florísticas que mantienen con los
archipiélagos de la Macaronesia, especialmente Canarias.
Curso fluvial del Río Massa, cerca de Agadir. En esta zona comienza el enclave macaronésico continental africano. |
El clima de este borde es árido, pero con una
incuestionable influencia oceánica (Corriente Fría de Canarias) que suaviza,
las temperaturas.
Los vientos alisios, frescos y húmedos, influyen y
propician la humedad y las escasas precipitaciones necesarias para la
supervivencia de estas comunidades biológicas.
Ejemplar de dagmús Euphorbia officinarum ssp.
echinus, un tipo de cardón dominante en las zonas rocosas con menos afección de la maresía. |
Estos vientos soplan paralelos a la costa y apenas se
introducen en el interior, debido a la barrera que representa la cordillera del
Atlas.
Las plantas de esta zona tienden a la suculencia, incluso
las xerófitas comunes como Acacia radiata
o Salvadora pérsica, engrosan sus tejidos para adaptarse a las condiciones
de mayor humedad ambiental. Se manifiesta un aumento de los índices de
endemicidad, sobre todo en los géneros Limonium
y Limonastrium.
Mesembryanthemum crystallinum, barrilla, planta propia de sustratos arenosos y fuertemente salinizados, incluso encharcados ocasionalmente por las aguas del mar. |
Entre las suculentas más importantes podemos citar Euphorbia echinus, y Euphorbia balsamífera, que
permanecen en los lugares donde el efecto del pulverizado marino (spray marino
o maresía) es decisivo. Otra crasulácea
que juega un papel destacado en el paisaje vegetal de esta franja costera es Senecio anteuphorbium. También hay
matorrales esclerófilos, como el espino blanco (Lycium intricatum), o Rhus
oxyacantha.
En zonas litorales tenemos sobre todo plantas típicas del
cinturón halófilo costero, como Astydamia
latifolia (lechuga de mar), o Zigophyllum
fontanesii (uva de mar). Esta vegetación es tanto rupícola (primer ejemplo),
como psammófila, en el caso del segundo.
Las plantas psammofilas colonizan las dunas litorales y contribuyen a su fijación y mantenimiento. Salsola sp., cerca de Bir Ganduz. |
Euphorbia
balsamifera se encuentra en diversas
zonas del borde occidental, acompañada en algunas ocasiones por un tipo de
cardón (llamado dagmús por los
nativos) Euphorbia officinarum ssp.
echinus. Su límite norte es el río Sous, llegando por el Sahara Occidental
hasta la región de Zemmour.
Otra subespecie, Euphorbia
officinarum subsp. officinarum (Euphorbia beaumierana), está restringida a
algunos puntos del enclave macaronésico
de la
costa occidental de
Marruecos, como Agadir.
Salsola kali es otra de las especies que suele colonizar zonas de arenales, penetrando en el interior. |
Sobre los escasos y pedregosos suelos de las hamadas, en
el Sahara Occidental, los elementos más característicos son la aulaga (Launaea arborescens), el argán (Argania spinosa), y Acacia
gummifera.
Estas llanuras quemadas y estériles, a veces están cubiertas
en sus partes deprimidas y erosionadas de una abundante vegetación herbácea que
sirve como pastizal para el pastoreo silvestre.
En lugares pedregosos, siempre que los vientos hayan
disminuido y existan sedimentos finos con capas de humus raquíticas, nace tuera (Citrullus colocynthis) y chihh (Artemisia pontica) en sustratos volcánicos
pedregosos, y Reseda arabica en zonas
más arenosas.
Tuera, una cucurbitácea propia de zonas arenosas e incluso salinas que posee numerosas propiedades medicinales. |
En las sebhkas, que son depresiones costeras asociadas a
procesos de marismas e infiltraciones de agua salada, encontramos suelos con un
gran contenido en cloruros y sodio, que suelen estar colonizados por hierbas
espinosas y halófilas del género Suaeda (S.baccata,
S.marítima y S.monoica), y Salicornia herbácea. Tenemos algún arbusto
ocasional como Halocnemum strobilaceum
La parte más meridional del borde occidental del Sahara,
se extiende desde el extremo norte de Mauritania hasta la isoyeta de 150 mm.
Tras los cordones litorales de dunas es posible localizar cursos estacionales de agua en el fondo de los wadis que son capaces de mantener una variada vegetacion. Saquia el Hamra. Sahara Occidental. |
Alberga una vegetación
frágil y poco frondosa. Las lluvias son escasas y muy
espaciadas. Aparte de la cubierta herbácea efímera de color verde conocida
como acheb, la vegetación depende principalmente de la influencia
oceánica en la zona cercana al litoral, ya que el rocío y las brumas atenúan el
efecto de una
evapotranspiración muy intensa. El acheb constituye un pasto de calidad tanto para los dromedarios como
para la escasa fauna salvaje.
Aspecto de la zona intermareal en el Parque Nacional del Banco de Arguin, Mauritania. |
Entre las especies más adaptadas a este clima se
encuentran el sbatt (Stipagrostis pungens), que forma matorrales; hâd (Cornulaca
monacantha) y askaf (Nucularia
perrini), quenopodiáceas muy apreciadas por los dromedarios; junto a Calligonum comosum y algunas efemerófitas, plantas cuyo desarrollo
completo se realiza en poco tiempo. Las hierbas que acompañan a estos
matorrales son Cyperus conglomeratus, una
especie lactógena muy apreciada, Farsetia
stylosa y diversas fabáceas (Crotalaria saharae, Indigofera argentea).
En algunos sectores consteros, más alejados del litoral se puede encontrar una vegetación herbácea y arbustiva de cierta importancia. Mauritania. |
El gran desarrollo longitudinal de la franja occidental
del Sahara, con un gradiente Norte-Sur
que va desde zonas templadas hasta zonas
tropicales provoca una yuxtaposición de especies saharianas y sahelianas.
En algunos lugares puede encontrarse Euphorbia balsamífera, Acacia
tortilis, Capparis decidua, Maerua crassifolia, y Ziziphus lotus. Acacia tortilis
posee una forma característica de sombrilla y su distribución se extiende
desde el Sahel hasta el sur de Marruecos.
Azufaifo, uno de los pocos árboles que es capaz de resistir las duras condicones climáticas y edáficas de esta zona. |
Por añadidura, la presencia del océano crea un gradiente
oeste-este. Las precipitaciones ocultas (brumas y rocíos) relativamente frecuentes e
importantes favorecen el crecimiento de determinadas especies
vegetales en la franja litoral (incluidos líquenes y setas).
En las montañas litorales se puede observar matorral bajo
y de hojas carnosas y, sobre todo, herbáceas, la mayoría rastreras y con un
sistema de raíces que penetra profundamente en el suelo.
Saladares de Bir Gandouz en el Sahara Occidental. Afectados por el flujo de la marea; el agua del mar queda retenida o acumulada y va formando lagunas o lagunitas paralelas al litoral que permiten el asentamiento de especies vegetales y una rica avifauna. |
La herbácea característica de esta zona es Ipomoea pes-caprae, acompañada con
frecuencia de Cyperus maritimus, Traganum moquinii, Sporobolus
spicatus, Cistanche phelypaea, Polycarpaea nívea y Cressa cretica.
También es posible
encontrar arbustos de
hojas suculentas (Salvadora pérsica), escamosas (Tamarix senegalensis, Tamarix passerinoides)
o reducidas (Nitraria retusa).
Algunos wadis, cerca de la desembcadura, forman gueltas en su cauce, charcos donde el agua dulce queda atrapada y que permiten su utilización por animales y personas. |
En las lagunas
y en la
orilla de las
albuferas o sebkas,
se encuentran especies propias de medios salinos, principalmente
quenopodiáceas como Arthrocnemum macrostachyum, Salicornia
senegalensis, Salsola baryosma,
Suaeda vermiculata, Aeluropus
lagopoides y Zygophyllum waterlotii.
Conviene destacar que algunas especies vegetales
encuentran aquí el límite de su área de distribución, tanto septentrional (como
es
el caso de Avicennia
germinans) como meridional: Spartina marítima, una poácea de
origen templado. Esto pone de relieve el interés como «cruce biogeográfico de
caminos».
Humedales y zonas inundadas en Saquia el Hamra, en el Sahara Occidental. |
La zona marítima alberga
grandes áreas con presencia
de hierbas fanerógamas marinas
(Zostera noltii, Cymodocea nodosa, Halodule wrightii) que desempeñan un
papel vital en la economía
pesquera y en la preservación de
la biodiversidad costera
y marina en
general (fauna bentónica, peces, mamíferos y aves).
Costa de Mauritania, cerca del Banco de Arguin. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario