sábado, 2 de febrero de 2013

Globalización y Localización





¿Cómo considerar las cuestiones locales y globales desde una perspectiva crítica?
¿Qué significa el neologismo Glocalización 
Es una relación de doble vía entre lo global y lo local, que nos ayuda a apreciar la interrelación de las escalas geográficas y, en particular, la idea de que mientras que lo local  existe dentro de lo  global, lo  global  también existe dentro de lo  local.
En realidad pienso que no es sino un nuevo capítulo del antiguo conflicto de la geografía.
¿Estudiar los lugares o estudiar las relaciones y los flujos entre los lugares?
Rutas de los diferentes oleoductos y gasoductos en Oriente Medio.

¿Qué importancia tiene el estudio del espacio global  y su relación con los espacios locales? Su importancia es radical. Cuando pensamos que el paisaje de las Islas Canarias se transformó allá por el Siglo XVI, porque el Reino de España necesitaba, en su estrategia de expansión comercial y militar, calafatear navíos en los astilleros peninsulares y las peguerías de Agache y Arico trabajaban a pleno rendimiento deforestando grandes masas de pinares para fabricar pez, nos damos cuenta de la importancia que tienen las decisiones globales en la configuración del paisaje local.

Dentro de este enfoque, los proyectos locales para transformar el mundo parecen tener poco peso: ¿de qué sirve que yo cultive hortalizas en un huerto urbano cuando las cadenas mundiales de restaurantes de comida rápida sirven miles de raciones de hamburguesas diariamente en Tenerife? ¿Para qué colocar una placa solar en casa  si REPSOL va a perforar el fondo marino para sacar petróleo, sin tener en cuenta las consecuencias ambientales?

Los geógrafos tenemos un papel privilegiado en esta representación. Nuestro manejo de las escalas nos permite diseccionar las diferentes implicaciones de los proyectos y componer discursos nuevos acerca del significado de esas dos regiones mundiales llamadas Globalia y Localia.

 
La deforestación de buena parte de las cumbres de la Isla de Tenerife fue provocada por la producción de pez para calafatear barcos de la Armada Española

El discurso neoliberal, apoyado en la tecnoburocracia, ha iniciado desde hace años una contrarrevolución que consiste en atacar Localia argumentando que su pequeño tamaño la hace incapaz de resolver sus propios problemas. El marco de Globalia lo define todo, lo limita todo, es un Superconjunto que abarca y contiene un número transfinito de Localias.

Globalia es energía y flujo, mientras Localia es, sencillamente, el soporte físico donde se producen las operaciones generadas por Globalia.
Intuimos (porque no lo podemos percibir por los sentidos), un espacio global sin referencia física: los mercados de valores e índices sin regular, las transferencias de capitales y mercancías sin regulación, el crédito, las decisiones económicas y políticas, el derribo de fronteras y límites. Es el capitalismo tecnoinformatico en su máxima expresión.


Los espacios siempre han estado relacionados e unidos, por vías romanas, por cañadas reales, por vías férreas, por carreteras nacionales o por autopistas de la información.

Localia es el lugar, el barrio, el pueblo, la comunidad, la defensa de lo propio, la identidad amenazada y criticada, el trabajo real, las relaciones personales, lo tradicional, la diversidad. Existen numerosos proyectos que actúan, en diferentes partes del mundo, sobre las economías comunitarias, llegando a establecer vías alternativas de desarrollo que no se ajustan al nuevo orden mundial capitalista (Vía Campesina, Ciudades en Transición, Asamblea de Movimientos Sociales). La resistencia colectiva es la esperanza que les queda a los movimientos antiglobalización.

La Vía Campesina.

Frente al aspecto monolítico y uniformizado de Globalia (pensemos que todas las tiendas multinacionales, son todas iguales, en todos sitios), estas vías alternativas adoptan la estructura de red. Muchas de ellos son dignos y a tener en consideración, incluso objeto de estudio, pero, según muchos de sus detractores, incapaces de desafiar el poder de las fuerzas globales. 
Las grandes multinacionales han propiciado que la Tierra se convierta en “plana”, sin rugosidades, tanto físicas, sociales o políticas. La élite global de millonarios se consideran ciudadanos del mundo (viven en Nueva York, explotan cientos de fábricas en Rumanía, Tailandia y México, guardan su dinero en Islas Caimán y se lo gastan en Montecarlo). Son las grandes fortunas, propietarios de fondos buitre, los líderes de los mercados, los multimillonarios de la tecnología, la moda, la comunicación.


Los mercados globales se establecen en plazas virtuales y se mueven por carreteras 
de fibra óptica pero afectan a lugares concretos y personas reale
s.

Y los políticos y politicuchos pretenden seguir sus pasos, y caen en la corrupción en un ejercicio de emulación cutre-salchichero. 
Las autoridades locales de todo el mundo tratan desesperadamente de atraer estos dineros, y consideran seriamente alterar leyes respecto a los derechos laborales y a la salud pública para construir Eurovegas en Madrid, o cambiar la legislación ambiental para implantar un puerto en Granadilla, o un parque temático en la Montaña de Tindaya.

Hay parques científicos y ciudades jardín, con coches lujosos, céspedes regados y escuelas privadas en algunos de los lugares más pobres de todo el mundo, como Shangai, Kuala Lumpur o Nueva Delhi.
 
La configuración urbana influye en la disposición de centros comerciales y de distribución, frente a sectores más tradicionales.

Los centros turísticos más exclusivos del mundo se localizan tras altas empalizadas coronadas de alambre de espino que los separan de la miseria circundante, como un rosario de perlas (como enclaves aislados), símbolo del lujo y protegidos por la seguridad privada.
Los cascos históricos de muchas de nuestras ciudades han sufrido procesos de elitización social, como Sevilla, Barcelona, Santa Cruz.



La idea de que el mundo es una “aldea global”, de que ya no existen fronteras, ni barreras, sería un nuevo mito geográfico halagüeño, si no escondiera un fondo perverso. 
Forma parte de una estrategia de propaganda promulgada para hacernos creer que ya no existen diferencias entre los lugares; que la globalización capitalista es la correcta y que es buena para todos. Es el modelo de desarrollo clímax de la Historia de la Humanidad.
 
En realidad esto una falacia, porque se plantea en términos sociales negativos, no positivos. Hablamos de un capitalismo feudal, con personas que pertenecen al estamento de mando y personas que son el estamento de tropa. No se pretende mejorar las condiciones de vida de los trabajadores y trabajadoras de China y el sudeste asiático, sino empeorar las condiciones de la ciudadanía europea. En este panorama, tiene sentido la resistencia local frente a la globalización, los unos por alcanzar y mejorar sus derechos y los otros por mantener lo que ya se ha conseguido.

Turismo. Otra manifestación de la globalización que, a veces, puede llegar a ser perversa.


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