Estos lugares presentan déficit
de precipitaciones casi todo el año, por lo que la encuadramos dentro del
termotipo inframediterráneo xerofítico, donde se sitúa el tabaibal-cardonal (Aeonio-Euphorbion canariensis), que ocupa las laderas de los conos
y las zonas más interiores de las coladas. Es evidente que la tabaiba dulce (Euphorbia balsamífera) es la especie mejor representada, manteniéndose el
cardón (Euphorbia canariensis) ligado
a ciertos lugares del espacio, en las que las condiciones de humedad edáfica y
ambiental son más favorables. En las ramblas de los barrancos encontramos el óptimo
de la comunidad dominada por el balo (Plocama
pendula) acompañado por magarzas (Argyranthemum
frutescens ).
Balos y magarzas |
La estructura de esta vegetación
corresponde a un desierto de plantas suculentas, en la que la forma achaparrada
de la tabaiba dulce es acompañada por cardoncillos (Ceropegia fusca) y
romeros marinos (Campylanthus salsoloides).
Las tabaibas son buenas exponentes de procesos de sucesión vegetal en antiguos
campos de cultivo abandonados, como lo atestiguan los bancales de las laderas
del cráter de Montaña de los Riscos.
Cornical con frutos. |
Sin embargo, los cardones se limitan a
ocupar con preferencia litosuelos y zonas escarpadas, ya que desaparece
prontamente de aquellos lugares que son ocupados por el hombre, poseyendo
escaso poder recolonizador. La estructura candelabriforme, suculenta, afila y
espinosa de los cardones es aprovechada como soporte por plantas como el cornical (Periploca
laevigata), para enredarse y desarrollarse. Junto a los cardones, en puntos
cercanos al óptimo aparece el verode (Kleinia
neriifolia) y el incienso (Artemisia
thuscula).
Tabaiba dulce |
Dentro de esta comunidad hablaremos de la
presencia de la leña buena (Neochamaelea
pulverulenta) que suele ser un buen indicador del estado de conservación o
de recuperación del hábitat.
Cardones |
Evidentemente, en un lugar tan
humanizado en el pasado y aún en la actualidad, en muchos sectores, las
comunidades nitrófilas y ruderales son
muy importantes. Basta señalar, en los
antiguos campos de cultivo, la presencia masiva y dominante de dos especies que
ocupan suelos y ambientes altamente salinizados: la barrilla (Mesenbryanthemum crystallinum) y el
vidrio (Mesembryanthemum nodiflorum).
También aparece con profusión en bordes
de pistas y junto a las paredes de los bancales abandonados la ahulaga (Launaea
arborescens) y el venenero (Nicotiana
glauca).
Cardoncillo |
Entre las dos montañas, en la margen occidental del Barranco de Ifara y
cerca de una era, existe un sector en el que la tabaiba amarga (Euphorbia regis-jubae) comienza a ser
dominante, y luego se extiende prácticamente por todo el cono de montaña de
Ifara. Acompañándola está el tomillo de burro (Micromeria hyssopifolia).
Estas especies son bioindicadoras de una intensa actividad ganadera que
desbrozó y compactó el suelo,
propiciando la multiplicación de estas
nitrófilas agresivas.
En cuanto a la flora no parece ser muy destacada la
presencia de endemismos locales, o insulares, excepto los anteriormente
citados, que aparecen con cierta regularidad en todo el sur de Tenerife.
Esparraguera |
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