martes, 4 de febrero de 2014

El triángulo de las Bermudas.




Durante décadas, la historia legendaria del Triángulo de las Bermudas (o del Diablo) en el Atlántico ha sido una fuente inagotable de misterios e historias imaginarias de desapariciones herméticas de barcos y aviones. Un colega me ha insinuado que haga lo mismo que hice con el asunto de la Atlántida: que escriba desde un punto de vista crítico acerca del tema.

Se especula acerca de las fuerzas desconocidas y oscuras que provocan desapariciones inexplicables: abducción de personas por parte de extraterrestres para su análisis; la influencia de los cristales de la Atlántida; vórtices que tragan objetos hacia otras dimensiones; extrañas organizaciones secretas gubernamentales que ensayan dispositivos anti-gravedad u otras tecnologías ultramodernas y demás incongruencias.

Algunas explicaciones intentan cubrirse de una pátina científica, pero sin evidencias solventes, como las emisiones violentas y bruscas de hidratos de metano desde los sedimentos oceánicos y las interrupciones en las líneas geomagnéticas de flujo.


Revista "cientifica" donde publican los hinbestigadores del Triángulo del Diablo.

Las condiciones ambientales podrían explicar muchas de las desapariciones. La mayoría de las tormentas tropicales y los huracanes del Atlántico pasan por el Triángulo de las Bermudas, y en tiempos en que no existían sistemas de predicción del tiempo integrales (aviones, globos meteorológicos, satélites) estas perturbaciones hundieron muchas naves. El Caribe y sus islas están sembrados de galeones españoles hundidos por temporales. La evidencia de existencia de tsunamis, como el producido por el terremoto de Lisboa de 1755 o el producido en 1886 en Charleston también puede ser una causa de la desaparición de buques.

La Corriente del Golfo y sus múltiples derivaciones causan turbulencias y torbellinos violentos que pueden hundir naves, junto al gran número de islas del Mar Caribe que poseen bajíos, bancos de arena y cayos donde pueden embarrancar las embarcaciones.

Existen numerosas causas de origen humano, como los piratas, ya que toda esta zona fue un hervidero de filibusteros, bucaneros, corsarios y malandrines hasta finales del S. XIX. También se contempla la existencia de minas y otros explosivos descuidados tras los conflictos armados que han afectado a la zona: Guerra hispano-americana de 1898; la Batalla del Atlántico en la II Guerra Mundial; el bloqueo de Cuba). Los navegantes y pilotos incompetentes no son una causa menor.

Escuadrilla de TBM Avengers, como la desaparecida en 1945.

Sin embargo, y para no seguir buscando explicaciones peregrinas, yo confío en los datos de la Marina (U.S. Navy) y la Guardia Costera (U.S. Coast Guard) de los Estados Unidos, que sostienen que no hay explicaciones sobrenaturales para los desastres que se producen en el mar. La experiencia  de ambas instituciones, con cerca de 250 años y con una flota de más de dos mil barcos menores y casi cuatro mil aviones, sugiere que los accidentes debidos a causas naturales y a los fallos humanos son superiores a los estimados por frikis de la ciencia ficción y crédulos. 
Pero no en el famoso Triángulo, sino en todo el territorio abarcado y gestionado por ambas instituciones.

No hay mapas oficiales que delineen los límites del Triángulo de las Bermudas. La Junta de Nombres Geográficos de EE.UU. no reconoce el Triángulo de las Bermudas como un nombre oficial y no posee un archivo oficial sobre la zona. El nombre fue inventado por Vincent Gaddis en "The Deadly Bermuda Triangle", un artículo publicado en febrero de 1964, en la revista Argosy.

Sin embargo es un mito urbano de nuevo cuño que reaparece estacionalmente, como el Río Guadiana en Villarrubia de Los Ojos.
Según magufos y otros engañabobos, el Triángulo del Diablo es un área triangular del Océano Atlántico limitada por Miami, Bermudas y Puerto Rico.

La denominación tan afortunada nació de un relato publicado en la revista Argosy : la revista
más vendida de relatos de ficción para hombres.

¿Cuántos barcos y aviones han desaparecido allí misteriosamente? Eso depende del que lleve las cuentas y señale cuáles son los límites del famoso triangulo, ya que su tamaño varía entre un millón, hasta casi cuatro millones de kilómetros cuadrados, dependiendo de la imaginación del autor,  ya que los más generosos incluyen las Azores, el Golfo de México y las Indias Occidentales (Antillas y Bahamas).
Estos mismos “informados” remontan el misterio a la época de Colón. De todos modos, las estimaciones oficiales atribuyen entre 200 y 1.000 incidentes en el último medio milenio en esa zona ampliada.

Yo soy de los que opino que no existen hechos históricos fiables que apoyen esta leyenda. Jacques Cousteau decía que era una pamema…y creo que conocía bastante el mar y sus profundidades.
El único misterio es por qué seguimos dando pábulo a tonterías de semejante tamaño, que ya huelen muy mal (como los OVNIS, los vampiros o los zombies).

El número de naufragios en esta zona no es extraordinario, dado su tamaño, su ubicación y la cantidad de tráfico aéreo y naval que soporta y ha soportado históricamente desde 1492.  La proporción entre buques y aviones que se “perdieron”, y los que cruzan sin problemas no es estadísticamente mayor que en cualquier otra área del océano.

Puerto de Savannah, en Georgia, desde el que salen diariamente cientos de buques que penetran sin remisión en el
Triángulo de las Bermudas.

Muchos de los barcos y aviones que han sido hundidos misteriosamente en el Triángulo de las Bermudas no estaban ni en las cercanías.

Las investigaciones realizadas hasta la fecha no han producido evidencia científica sobre fenómenos inusuales involucrados en las desapariciones. Por tanto, las explicaciones, incluidas las llamadas científicas (gas metano, las perturbaciones magnéticas), son innecesarias.

La leyenda del Triángulo de las Bermudas comenzó en 1945, cuando cinco aviones torpederos clase Avenger de la U.S. NAVY [Vuelo 19], durante una navegación de entrenamiento, se desvanecieron debido a una fuerte tormenta .
La hipótesis más lógica sobre la causa de la desaparición es un fallo en la instrumentación del piloto líder, teniente Charles Taylor, ya que el resto de aviones de entrenamiento no estaban equipados con instrumentos de navegación. La desorientación los llevó hacia el centro del océano, hasta que, por falta de combustible, cayeron.

El Mary Celeste, junto con otros muchos buques fantasma contribuyen a alimentar la leyenda del Holandés Errante y su tripulación de marinos desaparecidos.

A través de los años docenas de artículos, libros, programas de televisión y páginas en la web, promueven este misterio.

Lawrence Kusche, un bibliotecario de la Universidad Estatal de Arizona en los años setenta, se sintió intrigado por el número de estudiantes que llegaban preguntando acerca del Triángulo de las Bermudas. Comenzó entonces una exhaustiva investigación de seguimiento de los informes originales. Finalmente publicó sus hallazgos en 1975 en El misterio del Triángulo de las Bermudas, solucionado.

Kusche encontró que, en realidad, son pocos los que realmente han investigado formalmente el misterio. Se limitan a tomar por ciertas las especulaciones de sus predecesores, y el Gran Brujo de esta tribu fue Charles Berlitz, que publicó un best seller sobre el tema en 1974.

Después de examinar el informe de 400 páginas de la Junta de Investigación sobre la desaparición del Vuelo 19, dedujo que el incidente había sido catalogado como un accidente y no mencionaba las supuestas transmisiones de radio citadas por Berlitz en su libro.
Kusche dice que Berlitz, no sólo interpreta mal los hechos, sino que inventa otros, a discreción. La credibilidad de Berlitz «es tan baja que virtualmente es inexistente. Si Berlitz informase de que un barco es rojo, las posibilidades de que fuera de otro color constituirían casi una certeza. Dice cosas que simplemente no son ciertas. Deja de lado todo material que contradiga su “misterio”».

Kusche reveló una gran cantidad de inconsistencias y falta de exactitud entre los informes de Berlitz y las declaraciones originales de los testigos, participantes y otros involucrados en los incidentes iniciales.

El USS Cyclops, un carguero militar que desapareció en marzo de 1918, durante un viaje entre Baltimore y Barbados, y que ha sido uno de los que más ha contribuido a alimentar el misterio.
Muchos de los casos citados, ni siquiera existieron (presentaban números de vuelo falsos o de barcos inventados). La mayoría de las tragedias ocurrieron en sitios remotos, como Azores, la costa mejicana del Pacífico, Haití, Isla de Los Pinos, e incluso, Canarias. Las estadísticas fueron exageradas debido a una pobre investigación.

En los informes de Berlitz, las circunstancias de las desapariciones confirmadas se tergiversan. Por ejemplo, cuando Berlitz escribe que un barco desapareció un día soleado, los informes del tiempo de esa fecha indican un huracán.

Lawrence Kusche, sentencia: La Leyenda del Triángulo de las Bermudas es un misterio fabricado... perpetuado por escritores que, intencional o ignorantemente, hicieron uso de conceptos erróneos, razonamiento defectuoso y sensacionalismo.

En resumen, el misterio del Triángulo de las Bermudas es un misterio por culpa de unos cuantos vividores engañabobos, asociados al sensacionalismo más amarillista de algunos medios de comunicación que deben rellenar contenidos.
El mar siempre es un lugar misterioso para las personas. Las tormentas, las galernas, los vientos y las olas hunden barcos y matan a la gente, en cualquier lugar del planeta. No existe evidencia de que las desapariciones ocurran con mayor frecuencia en esta zona del Atlántico que en cualquier otro gran sector, tan transitado, del Océano. 



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