Hace unos veinte años empezamos a patear por varios senderos que recorren las zonas altas de los municipios de Vilaflor y Adeje: Ifonche, La Quinta, Taucho; bajando de Boca del Paso hasta Adeje; descendiendo el Barranco de Erques entre Boca de Tauce y Tijoco; o subiendo desde Los Lavaderos a la Casa de Teresme.
El sustrato posee una gran variedad geológica, entre las fonolitas de Vilaflor y los basaltos intermedios de Adeje y bandas del sur, salpicado por conos estrombolianos dispersos y gran diversidad de coladas y piroclastos basálticos.
El clima es cálido, con temperaturas medias de entre 14º y 28°C y precipitaciones que no superan los 500 mm anuales. Sin embargo, en Teresme o Ifonche no es raro ver formaciones de estratocúmulos que aportan humedad y frescura.
Existe una importante red de senderos, caminos y pistas forestales, que se comunican entre sí y atraviesan el pinar en su recorrido hacia los caseríos abandonados que hay en los sectores más altos (Teresme, Los Lavaderos, Casas de Paulo, Casas de Pino El Tarro). El sendero que permite un recorrido más completo dentro del pinar es el que une Taucho, Los Lavaderos e Ifonche, a través de la cabecera del Barranco del Infierno, por el Charco la Negra y La Fuente Benitez.
Antiguos tanques y lavaderos en el caserío del mismo nombre. El Aserradero, entre La Quinta e Ifonche |
El pinar de estas zonas altas entre Chasna e Isora, a sotavento del alisio, se ubica entre los 900 y los 2.000 m. de altitud. Es una formación forestal abierta de Pinus canariensis (endemismo canario resistente al fuego como adaptación a terrenos volcánicos) que pueden alcanzar hasta 20 m de altura. Está acompañado por un sotobosque poco diversificado aunque abundante, dominado por los jaguarzos y las jaras (Cistus monspeliensis y Cistus symphytifolius) y los escobones (Chamaecytisus proliferus).
La formación de pinar con matorral tiene un límite inferior de 900 metros de altitud, debido probablemente a la presión humana sobre el bosque en tiempos pasados. En su margen superior, el pinar se extiende hasta el borde del escarpe de Las Cañadas. Estos bosques son más densos y continuos en el sureste, en Ifonche y el Barranco del Infierno, pero es más común encontrar formaciones de sustitución de jaras y escobones con pequeños pinares dispersos.
Los pinares poseen una fundamental función ecológica (por ser una formación vegetal endémica del Archipiélago y refugio de numerosas especies animales), una función hídrológica (por retener y proporcionar a los suelos el agua atmosférica) y una función paisajística (por constituir un paisaje singular, natural, patrimonial y atractivo para el visitante).
Antigua presa, todavía funcional, en un pequeño barranquillo cercano a Teresme |
Durante siglos los asentamientos de población cercanos tuvieron una especial relación con los bosques de pinos ya que, históricamente, se ha hecho uso del pino con diferentes fines: madera para construir suelos, vigas y tejados de viviendas, combustible para uso doméstico e industrial (ingenios de azúcar en Adeje, hornos de pez en Isora, Adeje, Vilaflor), pinocha para cama del ganado y como fertilizante y acolchado de cultivos de exportación como plátano y tomate. también se utilizaron los pinos para producir pez o brea en hornos especialmente construidos al efecto y de los que tenemos algunas muestras en el paisaje. De aquella época han quedado topónimos sobre el territorio, como El Aserradero, La Serrería, Montaña de Los Listones, o Los Troncos.
Tramo del sendero que une Ifonche con Taucho, entre pinares. Al fondo, la cabecera del barranco del Infierno y el Roque de Los Brezos. |
La extensión actual del bosque es consecuencia directa de esos aprovechamientos seculares: en el sector noroccidental, en el que el acceso a los pinares es menos dificultoso, su extensión se ha visto limitada a altitudes mayores (1600 metros en Montaña Teresme). Mientras, en el sector suroriental, más abrupto, con montañas y barrancos, los pinares quedaban más protegidos y descendían hasta los 900 metros en Ifonche. Hoy en día, el cambio en la base socioeconómica y la declaración del Parque Natural de la Corona Forestal, han contribuido a la preservación del bosque.
Tanquilla y canal de agua fresca. El Afarrobero. |
Dentro de los límites de su extensión actual, el estado de conservación es aceptable, siendo su calidad muy buena en las zonas más altas o en parajes especialmente escarpados.
El fuego es un factor que tiene una presencia notable en el pinar. Como muestra, las cortezas de numerosos ejemplares presentan señales recientes de incendios y en determinados pinos adultos aún quedan las hornacinas talladas en los troncos para la extracción de astillas de tea, un aprovechamiento frecuente antaño, pero que hoy ya no se practica.
Disfrutar de estos paisajes recorriendo los numerosos senderos y caminos que atraviesan estas cumbres, o asomándonos a varios balcones y miradores nos permite apreciar elementos naturales, paisajísticos y patrimoniales de gran interés.
Casas de Teresme |
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