jueves, 22 de julio de 2010

Usos tradicionales del agua en Arafo




Charco de Los Jaguarzos, en la Montaña de Las Arenas, a finales de la primavera, totalmente cubierto de un denso herbazal


Usando la cartografía, las informaciones orales de la gente vieja (que sabe más de esto que nosotros) y la propia observación de campo, hemos podido elaborar un listado de lugares del Municipio de Arafo, donde era muy probable que se formaran eres, que eran aprovechados por la gente de antes, tanto para el ganado, como para el propio uso humano.

Cuantiosos son los topónimos relacionados con estos lugares por todo el territorio canario. No solamente se utilizaba la palabra eres, sino algunas derivaciones, como ‘ere’ (Pinolere, Ere Iyonse en Arico, Ere de Los Palos en Igueste de Candelaria), ‘erís’ (Eris del Carnero en Vilaflor o Barranco los Eris en Granadilla) o ‘lere’ (Barranco de Lere, en Arico Nuevo y La Orotava, Lere de Garagueche en Guía de Isora), o incluso el diminutivo ‘eritos’, según los casos (Barranco de Los Eritos, en Arafo y Granadilla). Algunos autores refieren que algunos topónimos denominados “eras”, son corrupciones lingüisticas de “eres”, y que nada tienen que ver con los lugares en los que se trillaban los cereales. Sería este el caso del caserío de Las Eras, situado en la costa de Fasnia y Arico.

Como sinónimos cabe destacar “charco” o “charcón”, si eran mayores, no necesariamente vinculados al fondo de los barrancos. Por ejemplo, el Charco de Los Jaguarzos, en la Montaña de Las Arenas, es una superficie endorreica de varios metros cuadrados de superficie, con su fondo cubierto por una gruesa capa de arcillas y limos, que retiene el agua y la humedad durante algún tiempo posterior a las lluvias, lo que hace que siempre esté cubierto por una densa vegetación herbácea y arbustiva.

Otro nombre asociado a este uso es el de “pilones, pilas o piletas”, quizá más vinculado a su disposición en el cauce impermeable del barranco, que podía funcionar como un reservorio estanco, captando incluso las débiles lluvias primaverales u otoñales y manteniéndolas durante períodos largos, hasta su pérdida por evaporación.

Parece aceptado también que el topónimo guanche “Achacay”, y sus derivaciones o similares también se relacionan con estos charcos de los fondos de barrancos. El Barranco de Achacay en Fasnia y en Los Cristianos, el Barranco Redondo o de Achacay en Agache y el topónimo Chacaica, asimilado al anterior, en los altos de Güímar. En Candelaria tenemos las galerías y el saltadero de Achacay, muy cerca de Chivisaya. Para Arafo se cita el topónimo Achaca o Achacae, sin localizar en la actualidad.

Esta diversidad y cantidad de nombres asociados a estos sitios nos hacen pensar que debieron tener un uso intenso en el pasado, puesto que la información geográfica tradicional es, en su mayoría oral, pero identificaba y nombraba los lugares de modo inequívoco, para poder optimizar su uso por parte de toda la comunidad campesina.

Barranco de Los Eres.Barranco de Los Eritos. Barranco de Los Pilones. Charco El Caballo. Charco El Jaguarzo. Charcos de Los Aguiluchos. Charco del Llano. Galería El Charquillo. Galería Fuente del Charquillo. Hoya Los Eres. Las Piletas. Los Charcos. Los Pilones de La Granja. Montaña El Charco. Presa de Los Eres. Saltadero de Los Eritos. Saltadero de Los Pilones.

¿Rompe esto con el mito de la histórica abundancia de los nacientes de Añavingo, que ha sido presentada como el aprovechamiento hídrico fundamental de Arafo?

Esta hipótesis, aceptada comúnmente por parte de los investigadores incluso ha explicado la existencia del regadío en el pueblo de Arafo, como un "oasis" en el árido sur de Tenerife, junto a lugares como GÚímar y Adeje (por supuesto, antes de que galerías y pozos transformaran por completo este panorama).

Quiero decir que, quizá los caudales de Añavingo no eran tan abundantes, ni eran de fácil disposición por todo el común de las gentes, en especial por los ganaderos.

Habría que considerar también, si la leyenda de la riqueza hídrica de los Barrancos de Perdomo, Arafo y Amador, entullados por las coladas del Volcán de Las Arenas en 1705, tenía más que ver con estos eres que con fuentes o manantiales en sentido estricto.

Por cierto, no hemos analizado las fuentes y manantiales, que también son numerosas en Arafo, incluso en parajes situados en el interior del pueblo, la mayoría hoy desaparecidas.
Esto sólo pretende ser una calicata que nos permita, en el futuro, ahondar con mayor profundidad y extensión en estos temas araferos poco estudiados hasta el momento.

Dicho queda.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Según la gente local, el caserío de Las Eras se llama en realidad "Las Ceras"... Esto de la toponimia es muy delicado. En cualquier caso, enhorabuena por el artículo y el blog.