lunes, 25 de mayo de 2009

El final del túnel


Por fin vemos luz al final del túnel. Los "brotes verdes" se desarrollan. Se plantean soluciones tan necesarias para los miles de parados y público en general como las nuevas playas en Candelaria (el paraíso de la socialdemocracia canaria).
Sin embargo, aquí no queda la cosa. La extraña disociación mental y postural que convierte a nuestros políticos (de izquierda, derecha, centro, arriba y abajo), en arquitectos, ingenieros, capataces, albañiles y peones (en realidad, lo único que son, pero con sueldos millonarios), con necesidad de cemento y asfalto nos lleva a que todas las soluciones pasen por la excavadora y la concretera. Qué pena que ninguno de ellos aspire a ser maestro, médico, campesino, enfermero o biólogo. Tendríamos mejores escuelas, hospitales, campos cultivados, o espacios naturales.
Se ponen encima de la mesa, con presupuestos y todo (estos tíos no se enteran de lo que cuece allende los Pirineos), futuras grandes obras para los próximos años: la red ferroviaria tinerfeña, la ampliación a tres carriles de la autopista del sur, la Vía Exterior Los Rodeos-Radazul, y el cierre del Anillo Insular de carreteras. Aunque algunos ya defienden el túnel Valle de La Orotava- Valle de Güímar con la boca grande, alto y claro..
Me da la impresión de que no han aprendido nada. Quieren solucionar la crisis a golpe de obra pública. Llevamos años a vueltas con todo eso. El estado financia gigantescas obras que se eternizan, dan trabajo a la gente y oportunidades a los jóvenes. Como resultado de esa cinta transportadora, nos encontramos con miles de jóvenes sin formación, sin apenas saber leer y escribir, dependiendo de una amasadora, de un saco de cemento. El estado saca su dinero de nuestros impuestos, como nuestras pensiones, que salen de la caja de la seguridad social, o el seguro de desempleo, que sale de nuestra nómina. El estado es mamá, que reparte el dinero entre todos sus hijos, aunque no sé si será mejor ser huérfano.
No hay perspectivas nuevas. No hay planteamientos nuevos. No hay ideas nuevas. La peor crisis en muchos años y la quieren arreglar con viejas recetas. Al final, pasará lo de siempre. Las cosas se arreglarán por si solas, se harán las carreteras, los puertos, nuevos aeropuertos, una aguja espacial, un World Trade Center, y los canarios tendremos la misma renta que los suizos, 5 hospitales por comarca, seguro dental y los niños nos los cuidará una guardería gratuita....todo hasta la próxima "desaceleración".
He aprendido, con el tiempo, superando el pesimismo y la misantropía, que el mayor capital que puede tener una nación es el capital humano. Así hemos salido de muchos problemas anteriores, a base de esfuerzo, de espíritu de superación. No existen los césares salvadores, no existen las soluciones mágicas. Solamente con sacrificio, trabajo duro, renuncias materiales, se puede salir adelante. Analicen esto los que son padres: ¿qué herencia queremos dejar a nuestros hijos? ¿armarios llenos de ropa, tabaquismo y alcoholismo precoz? ¿bienes materiales, egoísmo y hedonismo? Sin duda, la mejor sociedad es aquella donde campen a sus anchas el individualismo, la avaricia, el egoísmo, la ausencia de valores, la falta de conocimientos, la renuncia a la critica constructiva... No se angustien, eso ya está aquí.
Tanto criticarnos y, cuando las cosas se ponen mal, que "la iglesia se ocupe de los pobres, que yo no me bajo del coche oficial a dar limosna a un mendigo". Y eso lo insinúa uno de los hombres más ricos de las Islas Canarias.
Nada, muchachos, a seguir votando en esa pantomima decrépita que llaman democracia parlamentaria.

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