viernes, 17 de noviembre de 2017

Inundaciones urbanas y cambio climático







El 13 de enero de 2001, se produjo un deslizamiento en Las Colinas en Nueva San Salvador, originado por un terremoto que causó casi 600 muertos, al desprenderse una masa de suelo de una ladera de aproximadamente 400 m de altura y caer sobre un área residencial ubicada al sur de la ciudad de, cubriendo más de 6 manzanas de viviendas.

El 31 de marzo de 2002 tuvo lugar otra inundación en la isla de Tenerife. La tormenta anclada en Santa Cruz de Tenerife dejó 232,6 litros por metro cuadrado, con una intensidad máxima de 162,6 litros por metro cuadrado en una hora. Causó la muerte de 8 personas.

Las inundaciones producidas por las lluvias caídas entre el 16 y el 19 de diciembre de 2016, debido a un temporal de Levante que afectó a la Comunidad Valenciana, Murcia, Almería y Baleares, dejó 5 muertos y cantidades de lluvia en algunos puntos por encima de los 600 litros por metro cuadrado. 

Portada del Diario de Avisos el día después de la ríada del 31 de marzo de 2002



Para resolver este problema, las autoridades siempre han buscado soluciones en la ingeniería, encauzando torrentes, realizando obras longitudinales en ríos, creando desagües que van directos al mar u otras enmiendas similares.

Sin embargo, pocas veces se han corregido las causas más allá de la propia ciudad, ya que muchas veces, las aguas corren descontroladas debido a la falta de cobertura del suelo que es incapaz de absorber la lluvia y se produce la escorrentía de forma súbita.

La regulación y prevención de inundaciones es sólo uno de los valores vitales que el suelo sano ofrece. Cada vez más tendremos que confiar en la capacidad de retención de los suelos saludables como corrector ante los fenómenos meteorológicos extremos (sequías, inundaciones) que, debido al cambio climático, se vuelven más frecuentes y graves. 


Encauzamiento del Barranco de Bellavista, Maspalomas, Gran Canaria.

El cambio climático probablemente modificará los actuales regímenes de precipitación que intervienen en el ciclo global del carbono conectados con los procesos de erosión.

Se prevé que la duración y la intensidad de las sequías y la violencia de los episodios de lluvias esporádicos aumenten en Europa Occidental, lo que acelerará los procesos de pérdida de suelo.

La calidad del suelo será determinante para valorar la forma en que nos afectará el cambio climático en el futuro. 


Nuevo cauce del Río Turia a su paso por Mislata (Valencia).


El suelo permeable también puede proteger contra las olas de calor, almacenando grandes cantidades de agua y manteniendo la temperatura baja. Este último punto es particularmente importante en las ciudades, donde las superficies duras, el vidrio cemento acero, asfalto y el sellado del suelo crean el efecto de isla de calor.

La isla de calor urbana es un fenómeno de origen térmico que se produce en áreas urbanas y que consiste en que existe una temperatura diferente, que tiende a ser más elevada especialmente durante la noche, en el centro de las ciudades (donde se suele producir una edificación masiva) que en las áreas de alrededor, como extrarradios o zonas rurales.

Las consecuencias de la isla de calor urbana son muy variadas, como la disminución del período frío de invierno; extensión del verano, incremento de la demanda de refrigeración, aumento de la demanda energética, con sus consecuentes perjuicios ambientales y económicos; aumento de eventos extremos de calor, con sus consecuentes perjuicios ambientales y económicos; estrés térmico por calor, para flora, fauna y para los humanos, con riesgos para la salud humana especialmente en la infancia y adultos mayores.


Los centros urbanos generan y absorben mucho calor y lo retienen durante mucho tiempo.


La mayor temperatura también contribuye a las reacciones de los gases de combustión presentes en la atmósfera, produce alteraciones en la flora y fauna urbana y en ciudades muy grandes se observan alteraciones en el clima regional.

La isla de calor urbana también contribuye a que llueva con más intensidad en zonas urbanas debido a la acumulación de núcleos de condensación (partículas de gases, humos, polvo) y al calor que irradia la propia ciudad.

El aumento de la urbanización de las zonas periurbanas en Europa, especialmente en estados como España, Portugal, Grecia o Irlanda, provocó una pérdida del 0,81% de la capacidad productiva de las tierras cultivables, ya que los campos se convirtieron en ciudades, carreteras y otras infraestructuras entre 1990 y 2006. 


Urbanización reciente en Guardamar del Segura (Alicante). Las zonas costeras han sufrido procesos de urbanización acelerados en los últimos años.


Tales proyectos de desarrollo urbano impermeabilizaron importantes bolsas de suelo que antes absorbían agua de lluvia.

Al margen de las preocupaciones de seguridad alimentaria, esto también significa que Europa tiene una capacidad reducida para almacenar carbono orgánico, evitar inundaciones y mantener las temperaturas bajas.

Varias ciudades europeas están tratando de hacer uso de estas funciones del suelo, para evitar inundaciones urbanas y contener, limpiar y drenar el agua de forma natural, utilizando un enfoque ecológico, utilizando la depuración y el almacenamiento de agua en vez de su canalización y expulsión al mar o a los ríos.

  • Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible (SUDS). El drenaje sostenible se basa en los pavimentos permeables, aceras y jardines. En algunas áreas urbanas, el espacio verde se considera un lujo. En el suelo y en los tejados, hay hormigón que no es permeable y no absorbe el agua de lluvia, bloqueándolo y lo redirige a los sistemas de drenaje que, a su vez, a menudo se obstruyen y luego el agua se desborda en las calles y aceras, lo que causará inundaciones.

El concepto de drenaje sostenible tiene mucho sentido. Como parte de las iniciativas medioambientales que se están llevando a cabo en Europa y en todo el mundo, la recomendación es que las superficies impermeables se reemplacen con materiales permeables, como césped y jardines. Esto permitirá que el agua de lluvia drene en el suelo. El proceso, conocido como infiltración, también sirve para mantener la vida de las plantas. 


Esquema de un Sistema Urbano de Drenaje Sostenible.


El Parque Gomeznarro en el Distrito de Hortaleza, entre Gomeznarro y Carretera de Canillas en Madrid, es un ejemplo de SUDS, que fue restaurado para incluir nuevas superficies permeables, vegetación y almacenamiento de agua subterránea, mediante el aumento de la cobertura y masa vegetal del parque, la mejora de los viarios dentro del parque sin incrementar el sellado, la impermeabilización o esterilidad del suelo.

  • Los techos verdes o jardines en la azotea. Los techos verdes (techos que están cubiertos con vegetación), por su propia naturaleza, absorben el agua de lluvia y ayudan a mitigar las inundaciones.

Son una tendencia muy popular en toda Europa (Copenhague, Culemborg, Suiza, Boadilla del Monte). Los beneficios son evidentes: para el propietario del edificio, es una herramienta de gestión de aguas pluviales. Para la comunidad, reduce posibles inundaciones y filtraciones de la lluvia. Para el medio ambiente, evita el desbordamiento combinado (aguas pluviales, grises y negras) del alcantarillado, neutraliza el efecto de lluvia ácida y elimina la contaminación por nitrógeno del agua de lluvia. 

 
Techo verde en una casa particular. Barcelona.

  • Crear llanuras de inundación y áreas de desbordamiento para ríos. Hubo un tiempo en que las llanuras aluviales cubrían grandes extensiones a lo largo de los ríos europeos. Hoy, debido a la expansión urbana, menos de la mitad subsisten. Existe un movimiento para restaurar estas planicies de inundación debido a su importante papel en la protección contra inundaciones, la gestión del agua y la conservación de la naturaleza.

Básicamente, lo que hacen las llanuras de inundación es retener y absorber agua, protegiendo así a las ciudades cercanas, de los efectos de las fuertes lluvias. Podemos citar la experiencia del Río Órbigo y el Río Aragón en España, la Isla de Wight (Reino Unido), o el Río Thur, (Suiza). 


Restauración fluvial del Río Aragón. Navarra.




  • Separar el agua de lluvia del sistema de alcantarillado. Para mejorar la gestión del agua y proteger el sistema de alcantarillado de daños causados por el aumento súbito de los caudales, las ciudades están comenzando a modernizar sus sistemas subterráneos de tubería y drenaje, separando el agua de lluvia del sistema de alcantarillado. La separación permite que las plantas de tratamiento de aguas residuales funcionen correctamente, sin que se sobrecarguen con grandes cantidades de agua de lluvia.

  • Instalar sistemas de infiltración de agua y atenuación. Esta herramienta consiste en crear tanques subterráneos de manera rápida y sencilla (hormigón prefabricado o depósitos de Polietileno de Alta Densidad), que permiten la acumulación de grandes cantidades de agua durante la lluvia, para liberarla en períodos de sequía. Están diseñados para instalarlos en lugares donde hay mucho tráfico y donde los niveles de agua subterránea son altos. 

  • Mantener el sistema de alcantarillado limpio. Imbornales, arquetas, rejillas de filtración, alcantarillas, tanquillas sépticas, deben estar saneados y desocupados para que puedan hacer su trabajo. Parece una medida obvia, pero los sistemas de alcantarillado pueden obstruirse con desechos, escombros, sedimentos, raíces de árboles y hojas. Muchas veces no son capaces de asumir grandes cantidades de agua y se producen reventones de alcantarillas o reentradas de agua por sumideros de garajes.   
  • Imbornal totalmente obturado por suciedad. Es evidente que en caso de lluvia, sería incapaz de encauzar el agua hasta la alcantarilla.

  • Planificación de edificios. A pesar de las mejores prácticas de gestión del agua de lluvia, las viviendas y los edificios pueden estar sujetos a inundaciones. Como precaución adicional, la adaptación de los hogares para minimizar daños es una medida inteligente y proactiva. Algunas medidas sencillas incluyen elevar enchufes e interruptores en la pared, impermeabilizar el edificio o el hogar, cerciorarse que ventanas y puertas tengan sellos a prueba de los efectos de la lluvia y el viento, y usar materiales más duraderos, como cemento o ladrillo.

  • Mejorar los mecanismos de advertencia de inundaciones. Transmitir adecuadamente las advertencias anticipadas de tormentas e inundaciones inminentes no solo dará a las personas la oportunidad de ser proactivas para prevenir daños a sus propiedades, sino que salvará vidas.

En España, iniciativas como los sistemas de alerta temprana de inundaciones se están revisando para estimar el modo en que los desastres naturales, como las inundaciones, se pueden evaluar con precisión y cuándo (y con qué frecuencia) se deben comunicar las alertas.

Se están perfeccionando los sistemas de predicción y los mecanismos de alerta temprana para crear una herramienta operativa para los responsables de la toma de decisiones, incluidas las confederaciones hidrográficas, las compañías de gestión de aguas, empresas hidroeléctricas, protección civil, servicios de emergencia, y organizaciones de ayuda humanitaria.


Sin embargo, no podemos simplemente dejar que el gobierno, los municipios, los ecologistas o los planificadores establezcan una infraestructura para prevenir las inundaciones urbanas. 


Huerto urbano en un solar. Santa Eulalia. Murcia.


Cada uno de nosotros, debemos responsabilizarnos personalmente de adaptarnos al cambio climático. Ya sea que se trate de recolectar agua de lluvia o hacer un jardín en las azoteas, es imperativo que tomemos las medidas necesarias para ser parte de la solución de gestión del agua de lluvia.

Según la Agencia Europea del Medio Ambiente, se puede esperar que las pérdidas anuales por inundaciones se multipliquen por cinco en 2050 y hasta 17 veces en 2080.

La AEMA publicó un informe sobre la necesidad de la adaptación al cambio climático en Europa. Es evidente, observando las últimas tendencias, que las medidas preventivas deben implementarse lo antes posible.

Hay que seguir investigando e implementando soluciones sostenibles que permitan disminuir los efectos de las inundaciones urbanas y adaptarnos a la nueva realidad que supone el cambio climático.


Instalación de un sistema aqua cell en un lugar donde eran habituales las inundaciones por la mala infiltración del terreno.

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