miércoles, 27 de enero de 2016

Vestigios del pasado



Una galería es un túnel con una sola boca (bocamina), con una sección media de 2 x 2 m, perforado con la intención de alumbrar agua. En Tenerife hay emboquilladas 1.051 galerías, con una longitud total perforada de 1.680 km. Por tanto, haciendo un pequeño cálculo aproximado, tenemos que dichas galerías han generado 6.720.000 metros cúbicos de residuos que se depositan en forma de 1.051 escombreras, distribuidas por todo el territorio insular, por lo que constituyen una de las formas de relieve humanos más evidentes de Tenerife.

En las zonas costeras, la mayor parte del material de desecho se ha utilizado para la recuperación de tierras (por ejemplo, el crecimiento de la zona portuaria de Santa Cruz de Tenerife), donde la tierra, piedras y escombros han construido cientos de hectáreas de instalaciones y espacios robados al mar.
Los tonelajes y volúmenes de residuos (escombros, gangas) producidos en Canarias cada año son muy grandes, pero solamente algunos de los materiales que pueden ser reutilizados lo son efectivamente, por lo que se han generado problemas evidentes con los vertederos de escombros.


Aripe

Los vertederos de residuos domésticos e industriales generan suelo artificial y habitualmente ocupan agujeros previamente excavados en el suelo y son cubiertos encima con capas de materiales inertes, que se van asentando con el peso y el agua de lluvia y generando estratigrafías propias y nuevas.

En el pasado, existían numerosos vertederos que cubrían el territorio insular y que difundían su carga contaminante en el suelo o en el aire (puesto que una manera de hacerlos decrecer en volumen era incendiándolos). De estos vertederos viejos, que habitualmente llenaban antiguas canteras o pequeños barrancos y su contenido estaba completamente sin control hemos llegado a los modernos vertederos controlados, para la disposición de residuos donde se está sujeto a las autorizaciones ambientales y donde hay implementadas instalaciones para la interceptación y eliminación de los gases y los lixiviados.

Cueva de Belmaco.

Una vez enterrado el material humano bajo el suelo está sujeto a la degradación química. 
Para los depósitos orgánicos, las condiciones hidro-geológicas que rodean el material y los cambios en esas condiciones, relacionadas con los cambios ambientales pueden determinar su susceptibilidad a la degradación. Las fluctuaciones en el nivel de agua controlan el potencial reductor del ambiente del subsuelo, ya que los ambientes muy húmedos promocionan la formación de productos químicos corrosivos que eliminan restos y basuras, aunque generan sustancias negativas en el medio (los lixiviados de los residuos). 
Cuando las condiciones apropiadas prevalecen, el registro geológico tiene el potencial de capturar huellas de acontecimientos fugaces (huellas de animales) y formas de vida delicadas (insectos, polen).

Masca

De nuestro pasado aborigen se han conservado numerosos restos. Algunos estudios cifran las huellas de la actividad antropogénica en  2100 ± 100 años B.P. Estos vestigios comprenden una tipología amplia de elementos, desde conservación de cuevas de habitación y enterramiento, a huellas de poblamientos, tales como edificios, vertederos e incluso toponimia.
Lugares específicos, como los barrancos o acantilados litorales, siempre han tenido un atractivo para el asentamiento de las comunidades humanas. 

El análisis del registro estratigráfico en algunas zonas de nuestro extenso litoral y de los cauces fluviales indica una gran variedad de tipos y estilos de ocupación del suelo, en lugares de difícil acceso, lo que ha aumentado la probabilidad de que la preservación de depósitos culturales.

Lugar de Guargacho, en el momento de su excavación.

Por el contrario, en algunas áreas, la construcción y el desarrollo social posterior a la Conquista, conllevó la tala de bosques y la roturación de amplios espacios para el cultivo, que se ha traducido en la degradación (cuando no la desaparición) de los depósitos arqueológicos.

Muchas de estas actuaciones (en especial la roturación temprana del suelo para ganar tierras de cultivo) trajeron como consecuencia la acumulación de sedimentos de grano fino sobre vestigios preexistentes, lo que puede mejorar las posibilidades de preservación, y también puede enmascarar los depósitos de modo que no pueden ser detectados por técnicas de prospección tradicionales. 

Conchero

Por tanto, muchos de estos análisis solamente se pueden estudiar con eficacia mediante un enfoque multidisciplinar, que busca integrar la evidencia arqueológica con técnicas geomorfológicas, edafológicas y geológicas. 

Aunque el ladrillo, hormigón, acero, plástico y vidrio representan componentes importantes de los depósitos artificiales actuales, su capacidad relativa de conservación varía considerablemente. 
Los procesos geodinámicos externos, como la meteorización, la lluvia, el viento y el hielo, y el potencial erosivo de los sistemas de alta energía (escorrentía fluvial y abrasión marina) conspiran para nivelar la superficie de la tierra. A estos agentes, en Canarias tenemos que añadir nuestra actividad volcánica, capaz de sepultar en poco tiempo decenas de kilómetros cuadrados bajo centenares de metros cúbicos de nueva superficie terrestre.

Montaña Tindaya

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