martes, 30 de octubre de 2012

Navegantes de tiempos remotos.



Es bastante difícil determinar el momento histórico en que un grupo humano se aventuró desde el  Mediterráneo a través del Estrecho de Gibraltar, entrando en el océano abierto, dando a las fantasías y leyendas rienda suelta y descubriendo nuevas islas y tierras, más allá del velo del misterio.
Es probable que este evento se produjera poco después de que estos hombres desarrollaron competencia suficiente en la navegación al alcanzar el límite occidental del Mediterráneo. 


Ulises y las sirenas. El relato de la Odisea nos habla de mares oscuros y peligrosos, habitados por seres maravillosos. Fue un largo regreso del héroe por excelencia desde Troya hasta Itaca.
Posiblemente los primeros fueron los fenicios, pero hay  algunos indicios de que los helenos arcaicos, gente de la época minoica y cretenses, avanzaron en las artes de la navegación, hasta alcanzar las costas de la Península Ibérica y el Magreb.

Este legado del tiempo antiguo está presente en la mitología, como los trabajos de Hércules, Perseo, Jasón y otros héroes mitológicos, cuyo peso y de la descripción de los lugares en la historia y la geografía ha sido tan determinante, que en algunos mapas de la Edad Moderna, como el de Richard Hakluyt  de 1587: De Orbe Nouo Petri Martyris Anglerii Mediolanensis Protonotarii et Caroli Quinti Senatoris Décadas Octo, Diligenti Temporum Observatione et Utilissinis Annotationibus ... Illustratæ., que muestra las islas de Cabo Verde como las Hespérides y hábitat de la Gorgona Medusa.
Esto es una curiosidad, irrelevante en una investigación seria, pero sirve de marco explicativo de cómo nuestros antepasados entendían el mundo que iban descubriendo a medida que avanzaban los progresos técnicos y sociales. 

Moneda fenicia que representa un barco y a sus tripulantes navegando entre bestias marinas.


Los primeros relatos de grandes barcos son ciertamente muy antiguos, y nos hablan del paso de la navegación de pequeñas naves de cabotaje al mar abierto. Existen vasos griegos de gran antigüedad, con pinturas de barcos que parecen capaces de transportar cientos de hombres y prolongar sus viajes durante años (también ilustra capítulos de los relatos de La Odisea  de Homero).
En la Biblia, se habla de Hiram, rey de Tiro, y Salomón, Rey de Israel:  la flota comercial del rey, que era tripulada por los Oficiales de Hiram, regresaba de Tarsis trayendo oro, plata y marfil, monos y pavos reales.  Algunos estudiosos entienden que Tarsis (hebreo: Tarshîsh, "sobre el mar" o "que se rompe"),  se identifica con Tartessos, en el Valle del Guadalquivir (el río Baetis), en el extremo occidental del Mediterráneo. 

Es una palabra fenicia, derivada a su vez del acadio, que significa "fundición", "refinería".  Este nombre se le dio a las localidades donde los fenicios desarrollaban actividades mineras, como el sudeste de España, Túnez y la isla de Cerdeña. 

Mapa del posible territorio de Tartessos y su relación con griegos y fenicios

De acuerdo con Isaias 60:9 y 66:19 se trataba de una tierra distante. Según los profetas Jeremías y Ezequiel, la plata (Jer. 10:9), el hierro, el estaño y el plomo (Ez. 27:12) provenían de Tarsis, por la cual muy probablemente se referían a la Tartessos de España. Cuando Jonás se fue al puerto de Joppe y se embarcó en una nave que tenía a Tarsis como destino, su propósito era huir a un país lejano (Jon. 1:3), y Tarsis, ubicada en España, en el otro extremo del Mediterráneo, podría haber sido ese lugar.  


Barco fenicio. Bajorrelieve hallado en Sidón.
La expresión "naves de Tarsis" es el nombre de la flota de barcos de Salomón y se ha interpretado generalmente como una referencia a una gran flota de barcos capaces de navegar hasta España. 
Sin embargo, recientemente se ha sugerido que probablemente se la deba traducir como "flota de mineral refinado", pues así se designaba a los barcos que traían a los mercados los metales procedentes de las diversas refinerías del mundo. En algunos de los pasajes del Antiguo Testamento donde se mencionan estas naves, los fenicios colaboraban con los israelitas en empresas conjuntas, o eran los dueños de ellas o sus tripulantes. 


Ostraca del reinado de Josías (640-609 aC) en Judá, que registra un suministro
de plata al templo "Así ordena Josías el rey: que se dé de manos de Zakaryahu plata de Tarsis para el templo de Yahweh, tres siclos".
Sin embargo, las mercaderías exóticas que traen estos barcos indican, más bien, tráfico desde África, en incluso Oriente. Sin duda, "naves de Tarsis" tenía un significado secundario,  distintivo, que se usaba para un tipo especial de buque de gran capacidad y equipo, y llevaba ese nombre porque el oeste de España era un lugar que suponía una empresa comprometida, larga y peligrosa.
Por tanto, estos grandes barcos eran capaces de navegar desde Fenicia hacia el Atlántico y quizá fueran capaces de ir a más lejos, ya desde tiempos remotos, cercanos al año mil antes de Cristo.


Idealización de la llegada de las naves de Tarsis a un puerto de la
costa de Israel.

No hay comentarios: