lunes, 9 de enero de 2012

Enseñar geografía




Uno de los mayores desafíos que enfrenta la sociedad española de principios del siglo XXI se refiere a la educación. La necesidad de mejorar las habilidades de la fuerza laboral para afrontar los retos de la ciudadanía democrática que evoluciona muy rápido en un mundo cada vez más complejo, presenta enormes desafíos educativos 

Las jóvenes generaciones de estudiantes deben ser una prioridad de
la enseñanza y didáctica de la geografía.

¿Qué necesitan saber los ciudadanos del mañana para funcionar eficazmente en un mundo caracterizado por una economía globalizada y circunstancias locales cambiantes e interdependientes? 

¿Cuál debe ser el tipo de escuela que enseñe a unos estudiantes que están abocados a tener diferentes tipos de puestos de trabajo durante el curso de sus vidas? 

Las modernas técnicas de recogida de datos y análisis de los mismos han facilitado el trabajo de los geógrafos en el campo y en el gabinete.

¿Qué experiencias educativas pueden motivar y promover el enriquecimiento y la formación personal, colectiva y social en la era de la televisión, internet, las telecomunicaciones, los smart phones, los ordenadores y la supermovilidad? 

Está claro que la geografía debe ser parte de cualquier esfuerzo serio para enfrentar los desafíos educativos implícitos en estas cuestiones. Los estudiantes necesitan estar expuestos a ideas y perspectivas que atraviesen la línea divisoria entre lo físico y lo humano; que tomen en cuenta la evolución del espacio; de las influencias de los  lugares; que centren la atención en el posible determinismo de los territorios locales sobre el saber y las actividades de sus habitantes, y que fomenten un aprecio por la diversidad de pueblos y paisajes que componen la superficie de la Tierra. 

Este fue mi primer atlas. Con él aprendí cuestiones básicas que me ayudaron durante todo mi recorrido formativo.
La geografía no es un lujo en los programas de estudios. Por el contrario, es un componente necesario de cualquier iniciativa de reforma a fin de preparar a los estudiantes para los retos del siglo XXI. Debe seguir presente en los programas escolares, reflejando un creciente reconocimiento de que la comprensión de las cuestiones territoriales y ambientales es esencial para que los estudiantes de hoy puedan moverse con eficacia en el mundo del mañana. 

La geografía es una materia esencial, pero no sólo por el conocimiento geográfico “per se” (que considero fundamental, para nuestros actos cotidianos, como viajar, hacer turismo, entender un mapa, presentar una reclamación catastral etc.) sino porque la enseñanza de la geografía es un vehículo para aumentar la atención en el aula de los temas contemporáneos y para integrar objetivos de aprendizaje y competencias asociadas a otras materias básicas (las matemáticas, la biología, la química, la física, la historia, el arte). 

Moderno sistema de información geográfico. Nada que ver con los mapas desplegados en el suelo de la primera fotografía expuesta más arriba.

Habría que trabajar en asentar una serie de cuestiones, tanto desde la Academia, como desde el Colegio de Geógrafos o desde otras asociaciones profesionales, para lograr los objetivos de enseñanza y didáctica de la geografía que mejoren la formación de la misma en primaria, secundaria y bachillerato. 

  • Prestar mayor atención a la investigación, que debe tener en cuenta ciertas cuestiones básicas metodológicas y conceptuales de la geografía que sean especialmente relevantes para las inquietudes y necesidades sociales (cambio climático, crisis ambiental, geografía del paro y del empleo, industrialización, nuevas tendencias en agricultura, urbanismo). 
  • Priorizar e impulsar proyectos transversales que tengan como denominador común los asuntos territoriales.

  • Investigar en la mejora de los procesos de comprensión de la alfabetización geográfica, la mejora de la didáctica, el saber sobre la resolución de problemas y el papel de la información geográfica en la educación, incluyendo las estrategias de aprendizaje interactivo y espacial de sistemas de información geográfico que sirvan de soporte a la toma de decisiones. 
  • Normalizar la enseñanza de la geografía para mejorar los resultados académicos en las escuelas, examinando periódicamente los resultados para identificar los temas que deben ser consolidados y asentar la base del conocimiento de la geografía actual (reciclaje y formación continua de los formadores). 



  • Mejorar las competencias geográficas de la población general, en especial de miembros de grupos de interés en todos los niveles. 
  • Fortalecer los vínculos entre la geografía académica y los usuarios de sus investigaciones. La geografía debe ser percibida como una “ciencia útil”.  

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