domingo, 2 de octubre de 2011

Esperar a la Primavera.





Es un hecho constatado por los datos y por numerosos científicos que los recursos hídricos de algunos lugares del plantea están desapareciendo con bastante rapidez, debido a la sobreexplotación de los mismos, como por ejemplo en Oriente Medio. 

Después de la 'Primavera Árabe " hemos constatado que muchos de los problemas que han empujado a egipcios, sirios, yemenís, tunecinos, libios y palestinos a salir a la calle han estado más relacionados con el encarecimiento de los productos alimenticios que con otra cosa. Incluso en Israel, el paraíso hebreo de la igualdad, la combinación de altos precios y la rapiña ejercida por las clases dominantes han empujado a su población a salir a manifestarse en contra de las desigualdades y la carestía de la vida. 

Manifestaciones en Israel contra la subida del coste de la vida.

Nuestro mundo se enfrenta a una crisis tras otra en materia de sostenibilidad (económica, ambiental, recursos, alimentos) y el crecimiento de la población agrava estos problemas minuto tras minuto. 

Muchos de los países que poseen altas tasas de crecimiento demográfico están en zonas del planeta donde el suministro de agua no está asegurado, debido a que se encuentran en las zonas subtropicales y mediterráneas, por lo que el hambre se convierte en problema básico. 

En el llamado Creciente Fértil (lugar donde se iniciaron las grandes civilizaciones de la historia por la obtención de excedentes agrícolas) la producción de cereales está cayendo, debido a que los acuíferos se están agotando. 

Arabia Saudita, después de los años setenta, hizo importantes inversiones de petrodólares para no depender de los alimentos importados. Usaron petróleo para adquirir tecnología de perforación (en los años cincuenta Telesforo Bravo, geólogo canario, trabajó para los americanos en Persia señalando sectores donde perforar pozos que sirvieran a la población local) y aprovecharon un acuífero muy profundo debajo de las arenas de la Península Arábiga que invirtieron en regar grandes extensiones de trigales, lo que la convirtió en una nación autosuficiente en su alimento básico principal. 

Telesforo Bravo.

Pero después de más de tres décadas de autosuficiencia en trigo, los saudíes anunciaron en enero de 2008 que este acuífero estaba pronto a agotarse y que su producción de trigo disminuiría hasta desparecer. Entre 2007 y 2010, sus cosechas se han reducido en más de dos tercios. A este ritmo, los saudíes cosecharán sus últimos granos de trigo en 2012 y volverán a convertirse en un país dependiente del cereal importado para alimentar a su población de casi 30 millones de habitantes. 

La desaparición en poco más de treinta años de los cultivos de trigo es debido a que Arabia es uno de los países más áridos del planeta (a lo largo de la costa del Mar Rojo caen lluvias torrenciales en marzo y abril, pero en el resto del país la lluvia es inferior a los cien milímetros anuales), donde la economía tradicional estaba basada en el pastoreo nómada y una débil agricultura de secano muy relacionada con los fondos de wadis y con acuíferos someros. 

Los jessour son agrosistemas similares a nuestras gavias y nateros que
aprovechan las aguas pluviales en el Norte de África.

La producción agrícola cerealista ha dependido exclusivamente del regadío con recursos de un acuífero fósil, que no puede recargarse a una escala temporal humana. La desalación del agua del mar es tan costosa que solamente se puede utilizar para el abasto urbano, y es impensable (incluso para los petrodólares de los Saud) usarla en el regadío. 

Arabia Saudita ha respondido comprando o arrendando tierras en otros países, sobre todo africanos, entre ellos Etiopía y Sudán, que son azotados por periódicas hambrunas cíclicas. Producen alimentos para sí mismos esquilmando los recursos de la tierra y el agua de países paupérrimos, impidiendo utilizar esos recursos para producir alimentos locales que eviten el hambre y la muerte.

(continuará)

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