martes, 16 de febrero de 2010

Más cine


Me gustan las películas que tratan de otras películas. Será porque me recuerdan aquellas lejanas clases de Lenguaje Cinematográfico, en los años ochenta en el Instituto Mencey Acaymo de Güímar.

Una de las más agradecidas a la vista es La Noche Americana de Truffaut, en el que se relata las aventuras y desventuras de un grupo de cineastas que intentan sacar adelante una película, típica, por todo los demás, de la época de Nouvelle Vague: amores, desamores, dudas, intimismo, personajes ambiguos, costumbres liberales... un excelente retrato de lo que era el cine del momento en Europa, un cine sobre personas y sentimientos, alejado de grandes superproducciones y epopeyas tan del gusto de Hollywood.

Dentro de la misma tónica, aunque de un modo tagencial, porque lo que en realidad se cuenta es la vida de los cómicos, tanto de teatro como de cine, es la siempre agradecida Viaje a Ninguna Parte, de Fernán Gómez. Esa España de postguerra que nos empeñamos en olvidar, donde los habitantes de este país se inventaron mil y un trucos para escapar del hambre y la miseria. Memorable la interpretación de Fernán Gómez, con aquel famoso "senorituuuu" que ha pasado a los anales del cine español como ejemplo de sobreactuación.


Increíble es la renovadora y hasta asombrosa Sunset Boulevard, donde el cine es retratado en toda su dureza, como una droga dura que se mete en las venas de los que lo ejecutan, para no poder sacudirse de ella jamás.


Cautivos del Mal, de Minnelli, es la cara oculta del glamour y el dorso de la alfombra roja, del juego de poder, de manipulación, pero también de creación, de cómo es posible combinar buen cine con cine comercial, que al fin y al cabo es los que han hecho cineastas como Ford, Wilde o Coppola. Aborda también el tema de los diferentes oficios dentro del cine, que, muchas veces, se nos presenta solamente como un asunto de actores y directores: las estrellas, los productores, los guionistas, los ayudantes de dirección, directores y montadores, etc.


Y por ultimo, para acabar (aunque hay decenas de películas que hablan del cine, como hay centenas de libros que hablan de literatura... ahora caigo que solo conozco un par de obras de teatro que hablen de teatro), la que para mí es una de las mejores películas jamas rodadas: Cantando bajo la lluvia de Stanley Donen y Gene Kelly. En la reciente gala de entrega de los Premios Goya, se citó en dos ocasiones: era la película favorita de Rafael Azcona, y es la peli favorita de Antonio Mercero...ahí es nada. Compartir gustos con dos de los mayores creadores de sombras del cine español. Cantando bajo la lluvia es la película contra el aburrimiento, la melancolía y la depresión. Sus números musicales son estupendos, y, para nada hablaremos de la puesta en escena, ni de las piernas de Cyd Charisse. Los tres papeles principales Gene Kelly, Donald O'Connor y Debbie Reynolds son absolutamente arrebatadores, pero, mi preferida, es, sin duda, Jean Hagen y su interpretación de Lina Lamont... con esa voz absolutamente demencial, ese sincero homenaje a la interpretación de la pantomima. El momento del paso del cine mudo al sonoro ( que debió ser igualmente traumático en la realidad), y esa constatación de que muchos actores no servían por su timbre de voz. El Star System es desmontado mediante el humor.





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