miércoles, 3 de junio de 2009

Monopoly global

Foto de Mataparda Creative Commons License

En los últimos veinte años se han generado una serie de cambios económicos y sociales que han producido cambios morfológicos y demográficos en las ciudades.
El control del poder urbano ha cambiado. Nace la "ciudad revanchista", dirigida por políticos que no toleran al pobre, al sin techo, al mendigo, al vendedor ambulante. No hace falta sino mirar los desalojos de okupas y derribos de chabolas en Valencia, en Sevilla, en Barcelona, para construir parques ecológicos, vías de comunicación y parrandas similares. En Canarias, somos tan originales que los desahucios y derribos los hacemos en zonas de litoral, para conservar el medio ambiente y devolver el uso de la costa al dominio público, como en Cho Vito (pero no en las residencias de los millonarios). Hay que ser cínico y caradura.
Los políticos usan su poder para favorecer con decisiones y dinero los intereses del capital, y reprimen mediante la fuerza todo acto de disensión. Las formas de reproducción social han entrado en crisis, se dedica menos dinero a la educación (y se desmantela la formación profesional), y las compensaciones sociales van rumbo a convertirse en la beneficencia de principio del Siglo XX, puesta en marcha por las señoras bienpensantes de la burguesía. Los ideales de reparto y justicia social no aparecen en el vocabulario de los políticos sean del signo que sean (para mí todos son de signo negativo, que restan más que suman).
Del mismo modo, hay una redefinición del espacio urbano y de sus funciones. La nueva ciudad suburbana, el ideal de la ciudad jardín, es desbordada por el colapso de las vías de comunicación ,por culpa del auge del transporte privado y la desinversión pública en los transportes colectivos.
Aparecen entonces los procesos de elitización social, por los que grandes cantidades de dinero (esto en el pasado, sobre todo dinero negro, hoy buena parte se diluyó en la especulación), se revierten en los barrios centrales, que habían sufrido una desinversión histórica y una degradación en sus edificios, equipamientos y vecinos.
Este proceso (del que fue pionera Nueva York), que se ha ejecutado en varias fases desde los años sesenta del siglo pasado y en diferentes barrios, alcanzó su cenit con el auge del "nuevo capitalismo", gracias a la defensa de políticos como Bush, Blair o Aznar, que reafirmaron y defendieron hasta el desastre los postulados de más mercado y regulación cero.
En Santa Cruz de Tenerife, se ha producido, de una manera más leve, en los sectores cercanos al tablero especulativo en el que se convirtió la zona liberada por la Refinería, en la calle Miraflores, en los bordes de San Sebastián, y se ha intentado, con más o menos éxito en el Toscal. Siempre se sigue el mismo patrón: los vecinos tradicionales son excluidos del nuevo panorama, y aunque se producen ciertos movimientos de resistencia, se da por hecho que es un proceso consolidado y apoyado por la opinión pública (al menos por los medios de comunicación más influyentes), o por las asociaciones de empresarios, comerciantes, vecinos, etc, que criminalizan a los sectores más desfavorecidos (pobres, mendigos, sin techo, okupas, prostitutas, pequeños vendedores de droga).
Todo esto obedece a una estrategia deliberada, en la que se ataca por todos los frentes y que busca la obtención del máximo beneficio. Los nuevos barrios se mercantilizan, aparecen comercios, hostelería "chic", despachos de profesionales, se ruedan documentales. Los beneficios que se obtenían por la especulación crecen de modo exponencial, los solares se revalorizan terriblemente del paso de un comprador a otro: todo el mundo gana, el dinero corre a borbotones, el paisaje de la ciudad se embellece.
Sólo pierden los de siempre, los olvidados de la sociedad, los que precisan de medidas para corregir la espantosa desigualdad. Dentro de ese panorama de desempleo, infravivienda y miseria, los elementos más afectados y excluidos, por ser más vulnerables, son las mujeres, niños y ancianos.

BIBLIOGRAFIA:
  • SMITH, N y KATZ, C (2000) Globalización: transformaciones urbanas, precarización social y discriminación de género. Departamento de Geografía de la Universidad





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